Adrián Paenza: "La Pandemia no va a resolver las injusticias"

Es uno de los referentes de la comunidad científica argentina y fue la voz de la NBA para toda una generación que creció en la década del 90. En una entrevista con El Destape despliega su perfil multifacético y habla de la falsa dicotomía entre "economía y ciencia" y de "The Last Dance", el documental furor de Michael Jordan.

31 de mayo, 2020 | 00.05

En medio de la pandemia, la comunidad científica toma una mayor importancia ante la crisis global. Comprometido con la a situación de los científicos y los avances, Adrián Paenza es reconocido como uno de los divulgadores más populares. Sin embargo, para toda una generación crecida en los años noventa también es la voz de la NBA. Esas dos facetas lo convierten en una referencia de dos temas que en los últimos sesenta días estuvieron en la boca de todos:  la ciencia  y "The Last Dance", la serie de Michael Jordan.

-El Destape: ¿Qué opina de los que dicen, de manera negativa, que el Gobierno es “un gobierno de científicos” y que no le presta atención a la economía?

-Adrián Paenza: Creo que no hay ninguna razón para pensar que son excluyentes. ¿Los científicos no forman parte de la economía? ¿No son parte del grupo de personas que forman la sociedad? ¿No son aquellos que tienen trabajo y ahora están preocupados, que comen, que viven? No me parece que sean excluyentes. Lo que sí me parece es que lo que pasaba antes es que los científicos estaban excluidos.

-ED: ¿Ahora eso se puede ver más claro?

-AP: La necesidad visibilizó muy claramente que, en lugar de estar pensando en los recursos que pueden ofrecer las religiones o los dioses, la expectativa del mundo está puesta en ver si se puede conseguir una vacuna o tratamiento contra el virus. Mientras el Gobierno anterior le quitó el rango al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, hoy no hay manera de que ellos no tengan un lugar en la mesa. El teléfono con el que estamos hablando, los anteojos que uso, las comunicaciones, los medicamentos. Todo es producto de lo que hace la ciencia.

El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación volvió a tomar el rango de Ministerio en diciembre tras la asunción de Alberto Fernández. En las últimas semanas, un grupo de científicos desarrolló el "Neo Kit  COVID-19", un test de detección rápida de coronavirus. En la investigación estuvo involucrado el propio Ministerio, el CONICET y la Agencia Naiconal de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación.  En este marco, Paenza sostuvo en El Destape que los argentinos tienen "suerte que ahora hay un gobierno que ha incorporado una pata muy importante y que faltaba". Además, en la situación en la que la pandemia azota el mundo, agregó que “todo el mundo está expectante de una vacuna o un tratamiento. No está expectante de que Apple produzca más celulares, no quiere decir que no sea importante, pero ahora lo urgente es resolver este tema”.

-ED: ¿Piensa que vamos a ir hacia un lugar con menos injusticias una vez que pase el coronavirus?

-AP: No, no creo que las injusticias se vayan a resolver. De hecho, aún en estas circunstancias van a seguir abriéndose las brechas porque el que tiene el poder pugna por sus propios derechos económicos por delante de la salud del resto. No hay ninguna razón para pensar que vamos a salir de esto mejor aunque tampoco vamos a vivir así toda la vida. En algún momento habrá vacuna, será a principios del año que viene o a mediados del año que viene, pero en algún momento vamos a salir de esto. Las compañías no van a entregar el poder que tienen, ni los laboratorios, porque cuando se haga la vacuna la va a lograr un laboratorio y la tiene que producir para que toda la población la tenga. Estamos hablando de una producción en masa que son unas ocho mil millones de unidades. No es algo trivial. Solo resta ver lo que pasa para tener kits para testear. No solo en Argentina, en Estados Unidos también. Me gustaría una expectativa de mejora, una expectativa positiva, pero soy bastante escéptico.

Adrián Paenza es un divulgador. La suma de sus variados intereses lo transformaron no solo en una de las caras visibles de la ciencia en Argentina si no también de múltiples escenarios. Incluso, para una generación, se convirtió en la voz de la NBA.   Durante estos meses de cuarentena uno de los oasis de entretenimiento fue la serie de Netflix The Last Dance, el documental de Michael Jordan. El periodista, en 1984, se reunió con David Stern que -en ese momento era comisionado de la NBA junto a Leon Najnudel, uno de los padres de la Liga Nacional de Básquet, y le ofrecieron los derechos de televisión. “Me los vendió por 2 mil dólares, yo no soy agente de televisión. Pero no los pude rechazar”. Así nació el programa ícono de las medianoches de los domingos.

-ED: ¿En medio de estos problemas pudo ver The Last Dance?

-AP: Si.

-ED: Hace 25 años, usted comparó a Michael Jordan con Maradona, lo hizo en uno de sus primeros programas ¿Los volvería a comparar?

-AP: No sé, primero estoy comparando el contexto. Esto hay que pensarlo 24 o 25 años atrás que, ojalá sea distinto, pero cuando hice la comparación dudo que nadie discutiría lo que estaba produciendo Jordan. Porque, en ese momento, no había terminado de jugar. Era el mejor jugador de básquet del mundo pero tampoco tenía en Argentina la popularidad que hoy tiene. Hoy digo Jordan en Argentina y todo el mundo sabe quién es. Nunca comparé personalidades de uno y del otro, tampoco lo haría ahora, porque son sumamente distintas. No es que pensaba distinto antes, lo sigo pensando ahora.

-ED: ¿Le parece que el documental lo hace ver mal a Jordan tal cual se dijo en diferentes lados o no?

-AP: Supongo que hacer ver... no hace ver mal a nadie con una intención. Jordan tuvo poder de veto como para decir qué iba y qué no. Hace poco apareció un audio de un periodista en el que se escucha a Jordan cómo le decía al técnico del Dream Team en el '92 que no tenía que citar a Isiah Thomas (N. de la R. Ex jugador de Detroit Pistons que se quedó afuera de los Juegos Olímpicos de Barcelona). Y en el documental dijo que nunca lo había dicho así. Qué sé yo. Pongámoslo de esta manera: todas las cuestiones personales son imposibles de desentrañar porque no tuve acceso a la cocina de esto más allá de comentarlo como periodista y disfrutarlo. Tuve el privilegio de ser contemporáneo de los tres mejores deportistas: Jordan, Maradona y Messi. También de Manu Ginóbili que tiene un afecto particular dentro de mí predicamento.

-ED: Entonces... este tipo de liderazgo ¿qué le parece?

-AP: Mucha gente a Jordan no lo quería. Otra mucha sí. Me parece que sería quedarse en una porción muy chica que borrara todo lo otro. ¿Lo haría yo? No. La verdad que no. No tengo esa condición, no me gusta maltratar, yo quisiera juzgarlo al jugador y mirar lo que produjo. ¿Para un líder está bien ser así? No sé qué está bien. No hice un curso de liderazgo para saber qué está bien y qué no.

-ED: ¿Se necesita esa presión para alcanzar unas metas en un trabajo?

-AP: Para cualquier trabajo tener una dedicación y esperar de uno mismo la perfección está bien. Sacar la mejor versión de uno. Saber que uno no está tomando atajos. Si uno lo hizo bien realmente, y está convencido de lo que hizo, no hay nada que reprochar. ¿Qué puede argumentar uno contra uno mismo si realmente le puso el 100 por ciento de concentración en la tarea que llevó adelante?

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