Fogoneados por el discurso más furioso de la oposición, personajes públicos, medios de comunicación ultramacristas y el poder concentrado, algunos sectores minoritarios comenzaron a convocar a una movilización contra el "totalitarismo", sin comprender que la cuarentena y el distanciamiento social son las únicas medidas sanitarias con las que cuenta el pueblo argentino - y del mundo - para combatir el coronavirus, además del lavado de manos.
Como marca la costumbre cambiemita, la convocatoria surgió y comenzó a difundirse mediante las redes sociales. Puntualmente, plantean "una cuarentena inteligente" que permita "libertad para movilizarse y trabajar".
Bajo la consigna "no al Estado totalitario", convocaron a "marchar por la libertad" el 30 de mayo a las 16 en el Obelisco. Además hicieron un llamamiento a las Pymes y comercios afectados por la crisis generada por la pandemia, un sector al que el Gobierno le brindó herramientas de ayuda económica para sobrellevar la situación.
Sin embargo, los argumentos son falsos ya que en la mayor parte del país la cuarentena está muy flexibilizada, con provincias que reactivaron su economía en un 80% y comenzaron a abrir las actividades recreativas, de producción y comerciales. La movilización planteada tiene un alto contenido unitario, con la mirada puesta en el AMBA, donde la situación es realmente crítica ya que la Ciudad y conurbano bonaerense concentran una inmensa proporción de contagios.
Lo curioso es que la "libertad" pregonada existe. Sin ir más lejos, personas que despotrican contra la cuarentena se han ido del país. Es el caso de la mediática macrista Susana Giménez, que teme que la Argentina se transforme en Venezuela y decidió huir a Uruguay. O Nicolás Caputo, que viajó con su familia a Estados Unidos, al igual que Agustina Macri, la hija mayor de Mauricio, como reveló El Destape. Todos lo hicieron en pleno aislamiento y vuelos privados para nada accesibles a la gran mayoría de los ciudadanos.
Bajo falsas informaciones, Giménez aseguró: "Los presos están en las calles y ¿nosotros vamos a estar presos?". Los detenidos no están en las calles, sino que, por recomendaciones de organismos internacionales de derechos humanos, se analizan prisiones domiciliarias para evitar el hacinamiento en las cárceles y la propagación de la enfermedad.
A los anti cuarentena también se sumó el expresidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, quien aseguró: "Hay mucho debate sobre cuál es el límite. Nosotros tenemos que defender las libertades que se defienden en cualquier contexto, haya o no emergencias. En la Argentina hay zonas donde no hay contagios locales, entonces ahí no se justifica".