"La profesión la elegí porque mi mama fue enfermera 40 años de Casa Cuna y desde bebé iba a atenderme ahi o acompañarla. Desde chiquita la vi como una heroína a ella y a sus compañeras y supe que se trataba de un servicio maravilloso, algo tan noble porque estás muy cerca de la gente". Estas son las palabras de Melina Paredes, enfermera en el Hospital General de Niños Pedro de Elizalde, en diálogo con El Destape.
Este 21 de noviembre se conmemora el Día de la Enfermera en la Argentina donde luego de casi dos años de pandemia quedó demostrado el rol fundamental de esta profesión tan femenizada y precarizada a tal punto que el Gobierno de CABA la considera en la categoría de administrativa. ¿Por qué profesión femenizada? Porque en nuestro país el 90 por ciento de quienes ejercen esta carrera son mujeres, no así en los cargos jerárquicos que los ocupan los pocos varones enfermeros.
Si bien su celebración a nivel mundial fue el 12 de mayo, al cumplirse el bicentenario del nacimiento de la fundadora de la enfermería moderna, Florence Nightingale, en Argentina se conmemora el 21 de noviembre, al recordar a la fundación de la Federación de Asociaciones de Profesionales Católicas de Enfermería en 1935. "El domingo es una fecha muy importante para nuestra profesión, es un mimo al alma y un reconocimiento público a una profesión tan noble y tan necesaria e indispensable. Es nuestro día para festejar pero también para conmemorar a los compañeros y compañeras que se fueron por esta pandemia que aún sigue", expresa Melina. Según la Asociación de Licenciados en Enfermería (ALE), 203 enfermeros murieron por coronavirus durante la pandemia en el país, de los cuales 36 eran trabajadores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA); 69 del Gran Buenos Aires y 95 del interior.
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Es así que en conmemoración a su día se llevarán adelante una movilización el miércoles en Congreso desde las 10 con una radio abierto y luego una movilización a Plaza de Mayo con diversas manifestaciones para exponer los principales reclamos y reivindicaciones. Los y las profesionales se manifestarán bajo cinco reclamos principales: la inclusión a la ley 6035 de profesionales en CABA, aumento salarial por encima a la canasta básica familiar, basta de insalubridad, pase a planta permanente de todos los contratados "porque en salud no sobra nadie", pensiones para los familiares de los enfermeros fallecidos y basta de violencia institución y que se aplique la Ley Micaela que no se implementa en las instituciones.
"Estamos tan precarizadas que la mayoría tenemos pluriempleo. De hecho en mi caso trabajo todas las noches. Pero más allá de que muchas veces nos vence el cansancio, seguimos con mucho profesionalismo y mucho amor", sostuvo en diálogo con este medio Elena Amarilla, enfermera del Hospital Ricardo Gutiérrez y en el Sanatorio San Cayetano, que también trabaja con niños tanto en terapia intensiva como en clínica médica.
Es que si bien durante la pandemia, las enfermeras y los enfermeros estuvieron en el frente de batalla contra el COVID-19, tuvieron y siguen teniendo una lucha contra la falta de reconocimiento profesional que no cesa. La ley 6035 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que permite a los profesionales de salud ser amparados por el marco de la ley, dándoles a los mismos una serie de derechos y obligaciones, las cuales, entre otras, permiten condiciones dignas y equitativas de labor y la posibilidad de acceder a una remuneración económica más justa, no incluye a los profesionales de enfermería que son considerados como administrativos pese a realizar trabajos esenciales en todos los procedimientos de la salud tanto pública como privada.
"Se van a cumplir tres años de aquel noviembre de 2018 donde se promulgó la ley 6035, una norma que regula la carrera hospitalaria de CABA donde Enfermería y otras profesiones quedaron afuera de la carrera. Creemos que la decisión no fue inocente ni errónea porque fue una decisión de no mejorar nuestras condiciones de trabajo pero eso también afecta a la calidad que brindamos", expresó Amarilla.
La historia de la enfermería y la lucha por el reconocimiento profesional
Al igual que otras disciplinas del campo de la salud, la formación en enfermería surgió fuera del espacio universitario. En sus comienzos, tenía un carácter más bien benéfico y empírico, relacionado con la necesidad de contar con su aporte frente a guerras, plagas y catástrofes. Quién iba a pensar que en pleno sigo XXI el mundo iba a enfrentarse a una pandemia mundial y el rol de los y las enfermeras iba a ser vital para salvar a la humanidad.
"Para la pandemia nadie estaba preparados. Nos dimos cuenta de todas las carencias que teníamos allá por marzo 2020. Al principio de la pandemia no había barbijos suficientes, no había equipos de seguridad para todos, tuvimos tiempo de mucho nerviosismo, aislamiento. Los que sobrevivimos creemos que esto es lo más importante a lo que nos pasó en la carrera, le hicimos frente a un gigante y todos estuvimos juntos como trabajadores de salud para salvar vidas", expresó la enfermera del Elizalde que asiste a la población pediátrica.
Lo cierto es que si bien desde la década del ‘40 la enfermería fue profesionalizada y en nuestro país, las primeras universidades en incluirla fueron la Universidad Nacional del Litoral, que en 1939 creó la Escuela de Nurses y la Universidad Nacional de Tucumán, que en 1952 abrió la Escuela de Enfermería y hoy son 61 universidades entre públicas y privadas las que la dictan en nuestro país, siendo la séptima carrera más estudiada, aún así, la profesión sigue siendo desprestigiada y precarizada.
En esta línea, Elena destacó que hoy la enfermería es una profesión autónoma y profesionalizada pero que todavía no se reconoce. "La enfermería creció a pasos agigantados: pasamos de ser empíricas que hacíamos lo que nos decían los médicos a ser auxiliares, de auxiliares a profesional de ahí a master e incluso hoy tenemos doctorado", destacó la profesional que lamento que no se reconoce su labor y esa es su lucha constante. "Ojalá que esto deje de ser una cuestión política y gremial que no se respete nuestra ley propia que es la 24004. Hoy deberíamos ser reconocidos con un reconocimiento histórico por nuestra labor durante la pandemia", exigió.
Una profesión femenizada con pocas mujeres al frente
Por otra parte, otra característica de esta profesión es que, según datos oficiales, cerca del 80% de los estudiantes de enfermería son mujeres, algo que es histórico en la enfermería, que inició como un trabajo muy ligado a los cuidados. Sin embargo, su profesionalización no pudo revertir esta tendencia, ya que en los últimos años la matrícula femenina en nuestro país se mantuvo estable en ese porcentaje (por ejemplo, en las estadísticas universitarias de 2018, las mujeres representan el 79,5% del total de estudiantes de esa carrera).
"Siempre fue la mujer que brindó los cuidados y tienen que ver con la figura de la mujer como más sensible y maternal aunque hay muchos compañeros varones que hacen muy bien su trabajo. Sin embargo, en los puestos jerárquicos la enfermería no se ha deconstruida todavía, los puestos jerárquicos lo siguen liderando hombres", admitió Melina que promueve la formación de una comisión de género para terminar con los maltratos machistas que existen en su hospital.
Precarizacion y multitrabajo: signos de la profesión femenizada
Las enfermeras coincidieron en la precarizacion de la profesión y las largas jornadas, muchas de ellas de dos turnos o multitrabajo para llegar a un salario digno. "Yo soy mamá de 4 chicos y tengo dos trabajos y se hace complicado. Es que nosotros en Capital no estamos bien pagos y es por eso que el reclamo sigue siendo el pase a la carrera profesional, nosotros nos sentimos invisibles ante este gobierno", relata Melina.
En coincidencia, Amarilla sostuvo que muchas veces el día a día se hace difícil y pesado porque son muchas las enfermeras que trabajan hasta dos turnos. "Se mezclan muchas cosas, por un lado el tema de la familia, la mayoría somos sostén de nuestros hogares, tenemos hijos y una casa y por otro lado las otras cuestiones de la vida misma y el trabajo que es bastante", confesó.
"Estos dos años de pandemia se hicieron duros y nos hicimos más fuertes pero más débiles al mismo tiempo. Tuvimos muchas colegas que fallecieron pero no por la pandemia en sí sino por las condiciones de trabajo. Se hizo difícil hasta obtener un barbijo para poder asistir a los pacientes con Covid-19", admitió la enfermera dando cuenta de la precarizacion durante la pandemia.
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En este marco, recordó el caso de la enfermera Gilda Zurita del Hospital Penna que falleció esperando un respirador. "No pudo tener asistencia ni en el hospital en el que trabajo ni su obra social", lamentó.
Es que parte de esta precarizacion y falta de reconocimiento tiene que ver con la feminización de la profesión que refleja las mismas condiciones, dificultades e invisibilidad que viven millones de mujeres en la sociedad actual. Es por eso que en el Día de la Enfermería es fundamental seguir exigiendo igualdad, visibilización y reconocimiento a una profesión clave para la salud de todos y todas.