El Hospital Interdisciplinario Psicoasistencial José Tiburcio Borda no tiene casos positivos de COVID-19 y cada paciente sospechoso es tratado a tiempo, pero todos dieron negativo. Los síntomas tienen que ver, muchas veces, con la etapa que estamos transitando: la gripe o el dolor de garganta suele ser habitual pero los controles dentro del nosocomio son muy estrictos y así lo fueron desde el principio, lo que permitió, hasta el momento, lograr que el virus quede fuera de las instalaciones. Según el cuadro, la pandemia impactó psicológica y anímicamente de forma diferente en los pacientes, pero no hubo graves complicaciones salvo la falta de insumos, que ayer llegaron y dieron un poco de alivio a los profesionales que desempeñan sus tareas como trabajadores esenciales que son.
Myrian Dragotto, médica psiquiatra y jefa del servicio 25-A, hoy de rehabilitación, comentó que hasta ayer estaban con faltantes de barbijos quirúrgicos, ya que había pocos para todos los profesionales y pacientes (éstos no los usaban al principio pero ahora lo hacen). Ante esta situación, la enfermería comenzó a confeccionar unos con tela y los trabajadores llevaron los suyos porque "a veces mandan uno que te tiene que durar toda la semana" y eso es imposible. Ante los reclamos, el lunes llegaron los insumos y "aparentemente son suficientes".
Sin embargo, pese a esa situación, el Hospital tiene su protocolo "y se cumple todo lo que hay que cumplir". Dragotto aseguró que las "medidas se tomaron a tiempo y hay una gestión muy buena". Entre ellas, están la prohibición de salir de permiso, se cancelaron las visitas de los familiares y se fomentaron otros canales de comunicación, así como también se cuidó y cuida la entrada de los profesionales.
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A todos se les toma la temperatura a la hora de entrar y se trasladan a la institución con barbijo. Sin embargo, sostuvo la médica psiquiátrica, no estaría de más tener las máscaras transparentes que llevan viceras. Consiguieron algunas mediante gestiones gremiales y donaciones pero es uno de los reclamos, aunque no están en contacto directo con pacientes positivos.
Actualmente, hay alrededor de 550 pacientes internados y algunos servicios tienen pocos recursos humanos para hacer frente a la atención. "En salud mental es muy importante la interdisciplina, a todos nos toca una parte importante, y a veces faltan disciplinas" para hacerlo.
En ese contexto, los pacientes viven realidades diferentes. La pandemia y el confinamiento afecta el estado de ánimo de todo el mundo y es normal pensar que lo hace de forma más profunda en quienes tienen alguna enfermedad mental.
"Todo depende del grado de enfermedad mental que tenga", explicó la especialista y agregó que "algunos no tienen plena conciencia de la situación, por lo que se controla dónde van y se los acompaña cuerpo a cuerpo". En tanto, "los que están mejor están viviendo dentro de todo bien porque se sienten cuidados", los profesionales tratan de verlos diariamente, estar presentes y hacer actividades recreativas que los entretenga, algo que "al parecer los alivia bastante".
El estar internado no implica estar fuera de la realidad. Tienen televisión, consumen medios de comunicación y todos están informados de lo que ocurre en el país pero "la situación se comprendió bastante bien, aunque es un abanico de posibilidades muy amplio" determinado por las patologías. De hecho, en las caminatas por el parque se acompaña a quienes están más abstraídos para cuidarlos, pero quienes están mejor pueden hacerlo de a dos respetando la distancia social.
Este punto es central. A veces, los lugares de internación dificultan ese distanciamiento pero en el Borda no pareciera ser un problema. Dragotto contó que "hay habitaciones que son de dos personas pero también, según las dimensiones, puede haber de tres o de cuatro". Para respetar la privacidad y asegurar que no se genere amontonamiento, cada uno cuenta con una mesa y un placard que genera divisiones.
Estos pacientes necesitan medicaciones y "ha pasado varias veces que faltó medicación más que nada para consulta externa, pero a los internos no", sostuvo la médica psiquiatra. ¿Qué define que alguien quede internado o que pueda estar en su casa con un seguimiento clínico? El riesgo cierto e inminente, explicó. "Cuando un paciente por su sintomatología tiene un riesgo real, se indica la internación. No todo el que delira y alucina tiene que internarse".
Por eso, cada servicio tiene un consultorio externo para hacer el seguimiento apropiado de los pacientes que tienen el alta de internación o son externos, con un número limitado para no sobrecargar a los profesionales.
Si bien no ha habido problemas en el empeoramiento de las patologías ante esta situación inédita, sí ocurrió que algún paciente externo no pudo llegar al Hospital a buscar su medicación por miedo a ser frenados en los controles callejeros, y "ahí surgen problemas, pero los internos lo están manejando muy bien".
De todos modos, la profesional aclaró que "el externo tiene el permiso para circular porque es paciente y no pueden discontinuar el tratamiento, según el caso". En estos días se registraron cuadros de "depresiones, ataques de pánico, trastornos de ansiedad, esquizofrenia grave" pero la indicación médica se realiza "en función de cada persona".