En medio de la cuarentena, la noticia de un "pueblo cerrado por culpa de un asado" sorprendió a todos. Un brote de coronavirus estalló en Loncopué, Neuquén, y generó temor cuando el virus recién comenzaba a llegar al país.
El 9 de abril se supo que Loncopué, un pueblo de 6 mil habitantes, tenía 19 casos de coronavirus, dos fallecidos y 40 personas aisladas. Un asado por un cumpleaños había desatado un brote de la pandemia en la localidad y era el lugar más complicado de la provincia de Neuquén. Una juntada irresponsable de un grupo de personas fue el primer paso para que la enfermedad luego se expandiera y se desarrollara como uno de los puntos más peligrosos. Ese día se llegó a una decisión extrema: hacer más duro el aislamiento que había decretado Alberto Fernández. Los expendedores de alimentos, también cerrados, las horas marcadas y la entrada al pueblo vallada a más de un kilómetro.
La noticia trascendió la provincia. En medio del dolor y del miedo, los habitantes de pueblo tuvieron que empezar a soportar cargadas, comentarios y el dedo acusador por una irresponsabildad individual. Incluso, hubo empresas que no quisieron llevar mercadería por temor. Productos básicos de limpieza y alimentos rechazaban ir a la localidad para abastecer. Lejos de la solidaridad y del compromiso, ante el control ya efectivo, hubo proveedores que aislaron a los autoaislados. “A mi la verdad me dolieron las palabras que tenían para la localidad. Hubo gente irresponsable, no tengo duda, pero después seguían hablando y no respondí porque estábamos trabajando para que no se nos muera más gente y seguir”, contó el intendente Walter Fonseca a El Destape.
La transimisión se dio por un caso importado. El ministerio de Salud neuquino pudo determinar que el paciente cero en la localidad fue un hombre de 42 años, residente, que viajó a Santiago de Chile y a su vuelta tenía dolor de garganta. Pero no tenía fiebre. Al principio, no había síntomas completos de la enfermedad. La fatídíca reunión fue el 22 de marzo, tres días después de que Alberto Fernández haya declarado el aislamiento social. Abrazos, vaso compartido y saludos desataron el brote que terminó en el fallecimiento de dos personas. Un hombre de 68 años, padre del que cumplía años, y otro de 64 que se contagió después por contacto estrecho con alguien que había estado.
Esa reunión ramificó el virus por la localidad. Incluso afectó a Fonseca quien tuvo “un compadre que estuvo aislado, por suerte ayer -por el jueves- fue dado de alta sin ninguna consecuencia”.
La situación por el Covid-19 llevó a un cierre total. El Gobierno de Neuquen desplegó a la policía provincial, efectivos de Gendarmería y veinte cámaras de seguridad. Solo se podía hacer compras en franjas horarias y según la terminación del documento. Además, según cuenta Fonseca, “hubo un secretario del Estado que vino a trabajar en el terreno. Estuvo acá todo el tiempo”. La gente quedó adentro de su casa con salidas, aun más estrictas, que en todo el país. Catorce días después se conoció la primera buena noticia. Un hombre de 33 años que había sido afectado por el virus se pudo recuperar, fue el primer alta.
Con el paso del tiempo, la situación se controló. Según explicaron desde el Gobierno de Neuquén, en una de loas múltiples videoconferencias que tuvo el presidente con Omar Gutiérrez, el presidente recalcó que “el trabajo realizado en Loncopué es un caso testigo para el país”. Un brote descomunal producto de una irresponsabilidad y arreglado por el trabajo de una sociedad en su conjunto. “Fueron días muy duros par mi localidad, pero también tuvimos empatía y cerros para no contagiar más pueblos”, reveló Fonseca que, además, dijo: “Tuvimos días tristes, pero les mostramos a todos que estamos fuertes”.
Desde hace más de una semana, Neuquén no registra casos postivos de coronavirus. Loncopué sufrió, en total, 34 contagios y más de 90 personas que tuvieron que ser aisladas. Ya son más de ocho los recuperados en la localidad.