Córdoba ya vacunó a más de un millón de sus 3,7 millones de habitantes contra el Covid-19; de los cuáles 252 mil ya recibieron las dos dosis y completaron su ciclo de inmunización. El propio gobernador Juan Schiaretti a través de su cuenta de Twitter hizo el anuncio: “Córdoba llegó al millón de vecinos vacunados contra el coronavirus. Es un logro de todos y un gran paso para volver a la normalidad. Pero faltan muchos todavía. Por eso les pido, a quienes ya se vacunaron, que nos ayuden a concientizar a todos, y a quienes aún no la recibieron que deben cuidarse, que la vacuna llega”.
Con esta campaña iniciada el 29 de diciembre del año pasado, ya fue vacunado con la primera dosis el 36,2% de los cordobeses mayores de 18 años; mientras que la cifra trepa a más del 80% de las poblaciones de riesgo: personal de salud y mayores de 60 años de edad.
Las cifras de vacunación aceleradas contrastan con las cifras de la pandemia: en esta provincia hay 2.757 pacientes internados, de los cuales 593 están con respirador. El lunes 7 hubo un nuevo récord con 53 muertes y la ocupación de camas de terapia intensiva sólo para pacientes con Covid trepó al 83,4%. Ayer, hubo un nuevo récord de contagios, con 5.528 nuevos pacientes y 44 muertes a causa del Covid-19.
Luego del confinamiento de nueve días dispuesto por la Casa Rosada entre el 21 y el 30 de mayo pasado; Córdoba transita desde el pasado lunes 7 de junio y hasta el viernes 18 una cuarentena provincial dispuesta por el gobernador Schiaretti para tratar de amesetar los casos de Covid-19 qué día a día suben en la provincia mediterránea.
Por caso, la Multisectorial de la Salud de Córdoba, que integran el Foro de Especialidades Médicas, la Unión de Trabajadores de la salud (UTS), la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), el Colegio Médico de Punilla, Médicos Unidos de Córdoba, la Asociación Civil Médicos de Córdoba y la Gremial Interna del Hospital Córdoba advirtió que debido “al inconmensurable esfuerzo físico, mental, emocional y profesional, poniendo en riesgo su propia vida, salud e integridad”; y que “así como falta personal, los respiradores serán insuficientes en tiempo próximo por la enorme demanda”; “no puede exponerse al personal a decidir cuál paciente deberá darse el respirador por encima de otro que también lo necesita”; por lo cuál “desde ya dejamos asentado la eximición de responsabilidad profesional del personal de salud sobre dicha situación y que de darse la misma, sean los propios directores hospitalarios en su calidad de máxima autoridad de las distintas instituciones, quienes resuelvan en consecuencia, dejando constancia escrita de la misma”.
La semana pasada, el ministro de Salud cordobés, Diego Cardozo, había advertido que se endurecerían las restricciones si la ocupación de camas de UTI por pacientes Covid llegaba al 80%. La cifra se superó el viernes 4 de junio, por lo que el Gobierno de Córdoba implementó esta nueva cuarentena desde el lunes 7, para empalmar con el confinamiento dispuesto por el presidente Alberto Fernández para el fin de semana del 5 y 6 de junio.
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Las no restricciones
Durante toda la semana pasada, frente al creciente y sostenido caso de contagios desde el Gobierno cordobés se anunció una cuarentena estricta. Incluso, el intendente de Mendiolaza, el radical Daniel Salibi había reclamado en la reunión de la Mesa de Acción Sanitaria que integra el Gobierno de Córdoba y los municipios, había reclamado el regreso a Fase 1 con aporte del Estado a los sectores más afectados. Nada de eso sucedió.
El viernes 4 Schiaretti anunció una batería de restricciones, donde escondió el regreso a la virtualidad en los tres niveles escolares: inicial, primario y secundario. Es que el gobernador cordobés, al igual que su par porteño Horacio Rodríguez Larreta es un militante de la apertura de los edificios escolares, pese a las advertencias que le dieron sanitaristas y docentes. El regreso a las clases virtuales se enmascaró en otras medidas restrictivas como el cese de reuniones sociales y familiares, el cierre de shoppings y otros centros comerciales similares; el tránsito carretero entre departamentos; mientras que la circulación urbana estará prohibida desde las 20 hasta las 6 y los controles policiales se dispondrán para vigilar lo que sucede en ese horario. Los restaurantes y bares funcionan hasta las 19 y luego hasta las 23 con delivery. Los empleados estatales de la Nación, la Provincia y los municipios siguen yendo a sus lugares de trabajo. Y la construcción también está permitida.
El intendente Salibi le explicó a El Destape que “la impresión es que no se volvió a Fase 1 para no destinar ningún tipo de ayuda económica o recursos a los comercios que se ven perjudicados. Vemos como una contradicción, vemos a los equipos de Salud y al propio ministro Cardozo que están planteando una grave y difícil situación y para evitar la propagación del virus hay que evitar la circulación; y para evitar la circulación tiene que haber recursos; entonces vemos una contradicción entre lo que se plantea desde la parte sanitaria y lo que se resuelve desde la parte política”.
“Veo bien toda restricción porque estamos saturados en las camas, sobre todo en las camas de las Unidades de Terapia Intensiva del sector público, como del privado. También estamos saturados en el servicio de emergencia. Veo bien que hayan restringido los colegios, que no haya clases por dos semanas", le dijo a El Destape, el médico Raúl Audenino dirigente del Foro de Especialidades Médicas. Por otro lado, agregó: " Creo que estas dos semanas son para ver cómo evolucionan las internaciones y si se pueden desocupar camas en terapia; creo que estas dos semanas son para eso, para ver esa evolución de internaciones. Y después se verá si se sigue con clases virtuales. Pero creo que faltan restricciones; se podría haber cortado a las 18 y no a las 20, pero esas son cuestiones económicas que los equipos de salud no tenemos injerencia. Los equipos de salud están agotados, se cortaron las vacaciones; si esto sigue así, va a morir mucha gente”.
Mientras que la Unión de Trabajadores de la Salud (UTS), emitió un comunicado donde señaló que “no se trata de una verdadera restricción como la que hace falta. Con la excusa de “no parar la economía” se sigue privilegiando el lucro de unos pocos antes que la salud de todos los cordobeses. Las medidas además de llegar tarde son completamente insuficientes. En el marco de alguna medida correcta, como la suspensión de la presencialidad en las escuelas, se mantienen abiertos rubros no esenciales que promueven la circulación de personas y por lo tanto del virus. Así terminan teniendo un efecto opuesto al que se supone que persiguen: desgastan a la población y no frenan los contagios para evitar más enfermos y nuevas muertes”.
La UTS declaró, además, que “el gobernador Schiaretti y los ministros ahora reconocieron en sus discursos que niños y adolescentes se contagian y contagian a otros. Entonces cuando ordenó el regreso a la presencialidad y la sostuvo en medio de la suba de casos estaba especulando con la salud y la vida de los cordobeses. A su vez, como dijimos anteriormente el criterio de esperar a una ocupación del 80% fue una maniobra discursiva para intentar ocultar la grave situación sanitaria y la ocupación real de camas que venimos denunciando es cercana al 100%”.
Denuncia penal
El jueves 3, 24 horas antes de que Schiaretti anunciara el regreso a la virtualidad escolar, el secretario general de la UTS, Gastón Vacchianni, la delegada docente Lucrecia Cocha y la legisladora del MST, Luciana Echevarría denunciaron penalmente al gobernador de Córdoba y a los ministros Cardozo y Walter Grahovac (Educación) por incumplimiento de sus deberes de funcionarios públicos.
Los denunciantes sostienen en su escrito de seis fojas, que tanto el gobernador Schiaretti, como los ministros Cardozo y Grahovac, sabiendo del riesgo epidemiológico, decidieron el regreso a las clases presenciales y no hicieron casos a las advertencias de los equipos de salud sobre la saturación del sistema que llevó a que pacientes no pudieran acceder a una cama para internación.
Vacchiani aseguró que “el equipo de salud está agotado y en una situación dramática. El incremento de camas y la falta de inversión nos obliga, por ejemplo, a tener que elegir a quién darle oxígeno y a quién no. Con ese nivel de tensión es imposible trabajar. Y el ministro Cardozo reconoce cínicamente que estamos colapsados, pero no hace nada para cuidarnos ni reconocer nuestra labor. Por el contrario, sigue maltratándonos como sucedió recientemente con el intento de traslados compulsivos a los residentes. Tenemos que frenar este desastre y por eso acompañamos esta denuncia”