Ante el avance del COVID-19, Argentina da pasos certeros en la producción de su vacuna nacional tras los resultados exitosos de la etapa preclínica de “ARVAC Cecilia Grierson”, el primer proyecto seleccionado por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), en el marco de la Unidad Coronavirus que integra junto con el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y el CONICET. Se trata del proyecto de vacuna de origen argentino contra el COVID-19, que, una vez concluidas las fases correspondientes, podrá utilizarse tanto como refuerzo de las vacunas actuales como para la inmunización primaria de personas no vacunadas.
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En este marco, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Roberto Salvarezza, anunció este viernes que se espera que la vacuna Arvac "este en fase I" para fines de 2022, lo que implicará un "cambio sustancial" en el plan de inmunización. "Podríamos pensar que para fines del 2022 la vacuna Arvac va a estar en fase 1. Argentina no solo va a producir vacunas sino que también van a ser las desarrolladas por nuestros científicos", remarcó el ministro en diálogo con El Destape Radio.
En ese marco, Salvarezza destacó que como el virus muta constantemente es probable que debamos recibir la vacuna año tras año", por lo que una vacuna diseñada y fabricada en el país "implica un cambio sustancial". "Hoy en día fabricamos vacunas de otros países y esto nos obliga que muchas veces el flujo de las vacunas no sea el que uno desea", agregó.
Cómo está producida la vacuna argentina contra el COVID-19
Según detalla la página oficial de Gobierno nacional, la fórmula de la vacuna argentina se basa en proteínas recombinantes, una tecnología que ya se aplica en las vacunas contra la Hepatitis B o el VPH. Es así que la seguridad de este tipo de vacunas, hace que la “ARVAC Cecilia Grierson” sea una candidata posible a ser aplicada en bebés, niñas/os, adolescentes, personas embarazadas o inmunosuprimidas, como así también en la población en general. Además, las vacunas de subunidades basadas en proteínas recombinantes son más estables y menos dependientes de la cadena de frío, lo que las hace más económicas, fáciles de producir y de distribuir.
Fase preclínica de la vacuna argentina contra el COVID-19
En los estudios en modelos animales, el grupo interdisciplinario de investigadores e investigadoras obtuvo dos prototipos de vacuna que demostraron capacidad para inducir muy buenos niveles de anticuerpos neutralizantes del virus y respuesta inmune celular T, en línea con los requerimientos actuales para vacunas que previenen la COVID-19.
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Para este proyecto, la Agencia I+D+i aprobó un apoyo de $60.000.000 para concluir la etapa preclínica de la realización de los ensayos de seguridad y capacidad inmune correspondientes y avanzar hacia las etapas clínicas que evalúen la seguridad y eficacia de las “ARVAC Cecilia Grierson” en humanos.
El diseño y desarrollo de “ARVAC Cecilia Grierson está dirigido por Juliana Cassataro, y conformado por el equipo de investigación del Instituto de Investigaciones Biotecnológicas de la Universidad Nacional de San Martín y el CONICET. Forman parte del equipo los investigadores e investigadoras: Dr. Diego Álvarez, Dra. Karina Pasquevich, Dra. Lorena Coria y la Dra. Eliana Castro, así como los becarios y becarias: Lucas Saposnik, Celeste Pueblas, Julieta Alcain y Tec. Laura Bruno.
De este desarrollo también participa la Fundación Pablo Cassará encargada de producir, bajo normas de buenas prácticas de manufactura, los antígenos seleccionados para las formulaciones vacunales. También colaboró en este proyecto el grupo de investigación del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y SIDA (INBIRS) dirigido por Matías Ostrosky para el desarrollo de los ensayos para medir anticuerpos neutralizantes.