Desde hace casi dos años, Argentina y el mundo en general tienen en el Coronavirus un obstáculo muy complicado que lleva a que, entre otras cosas, se busquen soluciones para frenar el avance. La letalidad del virus complicó la actualidad en todo el globo. Aunque, en un año, el horizonte se modificó por completo. Del temor a la esperanza, con cifras que acompañan esa variación y que tienen su clave en la vacunación.
El encierro, el temor y la incertidumbre con la que se vivió durante todo gran parte del 2020 llevó a que, en las fiestas de fin de año, la foto sea muy llamativa. La reunión familiar de incluyó barbijos, cuidados intensivos, prohibición de reuniones sociales de más de diez personas. Tampoco se podían hacer eventos de más de 100 invitados en lugares abiertos. El país estaba en el famoso “DISPO” y, recién, se había despertado una luz de esperanza por la llegada de vacunas al país.
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En cuanto a las cifras, el 30 de diciembre de 2020, el parte oficial del ministerio de Salud reveló que hubo 145 muertes y más de 11 mil casos. Las unidades de terapia intensiva durante el verano estaban con su ocupación por la mitad. En el Área Metropolitana de Buenos Aires y a nivel nacional. El funcionamiento del virus traspasó, además, los cuidados y las restricciones posibles. Más allá de esta situación en el verano, lo cierto es que la parte más dura de la pandemia en el país llegó con la segunda ola durante el otoño invierno con el punto máximo en mayo donde hubo mas de 40 mil casos y un pico de más de 700 fallecimientos.
A lo sombrío del panorama, por otro lado, se le sumó también una multiplicación de falsos pronósticos sobre que asustaban con una realidad aun más grave. La clave de la salida de lo que fue una tormentosa y trágica segunda ola fue una sola: la vacuna. En estos días se cumplió un año del comienzo de la campaña de vacunación. A mediados de diciembre de 2020, el Gobierno confirmó que iban a llegar dosis de Sputnik al país y se convirtió en uno de los primeros países que inmunizó con esta vacuna. En el medio desde diversos sectores opositores se sostenía, por ejemplo, que la campaña de vacunación no iba a avanzar rápido y que, posiblemente, iba a haber personas de mayores de 60 con problemas sin inmunizar en todo 2021. Fue tapa.
Desde que comenzó la campaña de vacunación hasta el 31 de diciembre de 2021, en Argentina se aplicaron 76.524.614 millones de dosis. Según los datos del monitor público de vacunación, en el país hay 38.189.134 personas con el esquema iniciado (es decir una dosis) y más de 32 millones de personas que recibieron las dos. Además, hay otros cinco millones de personas que tienen dosis adicionales y de refuerzo (La tercera).
Según Our World in Data, Argentina tiene un 83% de personas con, al menos, una dosis y un 71% de su población con el esquema completo. Con estas cifras, está por encima del promedio de Sudamérica, América del Norte, Asia, Europa y África. Está por encima de los niveles de países centrales como Francia, Alemania y Estados Unidos. En este punto, en la región solo Chile, con 20 millones de habitantes aproximadamente, alcanzó un porcentaje superior.
Los infectólogos expertos coincide en que, la foto actual, que se ve con respecto a los casos de COVID-19 tiene que ver con los efectos de la vacunación. Las cifras del jueves, por ejemplo, arrojaron 50 mil casos -récord absoluto- pero una baja cantidad de hospitalizaciones. Menos del 38% de utilización de camas UTI en el país y en el AMBA. Además, entre los relevamientos, hay un gran porcentaje de personas que están internadas que no tienen ninguna dosis. Sin ir más lejos, en la Provincia de Buenos Aires, el ministerio de Salud, confirmó que un 82% de los internados no tiene ninguna vacuna.
Aun así desde los ministerios de Salud provinciales y nacional se volvió a insistir con la necesidad de los cuidados personales, como el barbijo y los lugares al aire libre. No obstante, el panorama ya luce más alentador.