Clases presenciales: cómo son los indicadores epidemiológicos

Está destinado a analizar y evaluar el riesgo para la vuelta progresiva y segura a las aulas y la revinculación en escuelas.

08 de octubre, 2020 | 20.38

Camino a la definición de la vuelta de clases presenciales y revinculación en escuelas en medio de la pandemia, el Consejo Federal de Educación (CFE) aprobó por unanimidad el semáforo epidemiológico para analizar y evaluar el riesgo para el desarrollo de estas actividades. El mismo es complementario al protocolo aprobado en junio y busca orientar a las jurisdicciones en la toma de decisiones con información objetiva. Hasta fines de año, el regreso deberá ser progresivo, parcial y escalonado con una presencialidad limitada.

En estos meses, destacaron desde la cartera educativa, se invirtieron dos mil trescientos millones de pesos, entre nación y provincias, para garantizar insumos de higiene y readecuación de infraestructura en los establecimientos educativos de todo el país para encarar este nuevo paso. El objetivo es el de minimizar los riesgos de convivir con un virus dinámico que requiere un abordaje multidisciplinario en base al cumplimiento de nueve puntos elaborados por especialistas de la salud.

Desde el Gobierno aclararon que la decisión de comenzar o discontinuar las actividades presenciales en las escuelas deberá ser monitoreada inicialmente con una frecuencia mínima quincenal, que se irá ajustando según la realidad local, conforme lo establezcan la autoridad sanitaria nacional y las autoridades jurisdiccionales.

Al respecto, el ministro de Educación, Nicolás Trotta, aseguró: “Hoy reafirmamos nuestro compromiso de avanzar en el regreso seguro a las aulas y a las actividades de revinculación de nuestros estudiantes. En un contexto de enormes complejidades, se han buscado desde el comienzo los equilibrios necesarios entre el cuidado de la salud y las ventanas de oportunidad que se nos han presentado para regresar físicamente a las escuelas. Lo hemos logrado en 6 provincias, siempre con el enorme esfuerzo y compromiso de toda nuestra comunidad educativa”. Y agregó: “Trabajamos con avances y retrocesos en una hoja de ruta que se construye de manera colectiva e integral, abordando la continuidad pedagógica y el bienestar psicosocial de nuestras niñas, niños y adolescentes”.

Los nueve puntos

1) Contar con representantes de educación en el Comité Operativo de Emergencia (COE) para la toma de decisión del reinicio de actividades.

2) Evaluar la forma de traslado que utilizarán los niños, las niñas, docentes y no docentes, para asistir a los establecimientos.

3) Contemplar la situación habitacional o niveles de hacinamiento de los niños, niñas y docentes y planificación de acciones preventivas.

4) Instruir adecuadamente al personal docente y no docente acerca de los protocolos que deben seguirse para minimizar los riesgos de transmisión durante el tiempo de permanencia en la institución, con planificación de monitoreos permanentes.

5) Tener los procedimientos detallados sobre cómo actuar ante la aparición de un caso sospechoso y/o confirmado de COVID-19 en la escuela.

6) Articular entre las carteras de salud y educación local para la detección de casos sospechosos, procurar la realización del diagnóstico de laboratorio a fin de dar una respuesta rápida y realizar el rastreo de contactos estrechos y su monitoreo.

7) Poseer un sistema integrado de trabajo intersectorial que permita identificar y dar seguimiento a problemáticas complejas como violencia, patologías de la salud mental, trabajo infantil, dificultades de los hogares para realizar aislamientos en caso de ser necesarios, entre otras.

8) Considerar estrategias para aquellos niños y niñas con factores de riesgo que no puedan asistir de manera presencial.

9) Abordar estrategias para aquellos niños y niñas convivientes de personas con factores de riesgo.

Indicadores Epidemiológicos

Están articulados a los nueve puntos mencionados, debe analizarse la situación en general y, aclararon, los indicadores solos no determinan el estado de la misma. Éstos son de bajo riesgo, mediano riesgo y alto riesgo. Sólo podrán avanzar en clases presenciales aquellos que estén dentro del primero de los ítem y cumplan con los especificados por especialistas en salud, condiciones institucionales y sanitarias previstas en el protocolo marco aprobado el 2 de julio. En relación a las actividades de revinculación, serán posibles en aquellas zonas que presenten un grado de riesgo medio.

Bajo riesgo: reanudación escalonada y progresiva de las clases presenciales en todos los niveles educativos y modalidades en el marco del protocolo y lineamientos establecidos en la Resolución CFE N° 364/2020 y otras especificaciones.

Mediano riesgo: actividades educativas no escolares (artísticas, deportivas, recreativas, de apoyo escolar u otras) destinadas a niños, niñas, adolescentes y jóvenes en grupos de no más de diez personas preferentemente al aire libre; actividades presenciales de cierre del año para estudiantes del último año de nivel primario y de nivel secundario.