Desde hace dos semanas, el país empezó a registrar una importante suba de casos de COVID-19 tanto en el Área Metropolitana de Buenos Aires como en todo el territorio. A esa situación, se le sumó también una mayor cantidad de testeos y el aumento de la positividad en ellos. Esta situación generó diferentes situaciones en los centros ante el crecimiento de la demanda por hisoparse.
La demanda sobre los test en los centros de atención se multiplicó a un poco más del doble en menos de veinte días. Según el informe diario del Ministerio de Salud, entre los tres días previos al 24 de diciembre (nochebuena), en todo el país se llevaron adelante 219.763 test de COVID-19. La preocupación por las reuniones sociales, los síntomas y las preocupaciones por las vacaciones de verano hicieron que esa cifra se multiplicara. En los últimos tres días (4, 5 y 6 de enero) se registraron 520,500 testeos en todo el territorio. Desde ya, ese incremento de testeos que subió a más del doble también marcó que, aproximadamente, uno de cada dos hisopados dio positivo.
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El incremento de la demanda por hisopados, entre otras cosas, trajo aparejado demoras y problemas con respecto al trabajo de quienes realizan el procedimiento. En diversos hospitales, como el Santojanni o el Ramos Mejía en la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, había retrasos de hasta tres horas. En total en Capital Federal hay ocho centros habilitados para testeos sumado a "Unidades Febriles". No obstante, no logra contener la gran cantidad de personas que buscan testearse. Al respecto, Héctor Ortiz, coordinador de la agrupación Hospitales de la Ciudad de ATE, sostuvo en charla con El Destape: "Los testeadores están agotadísimos. Lo están bancando son ellos, los técnicos y los administrativos en toda la Ciudad". En ese punto, agregó: "El trabajo se atrasa, además, porque hay poco recurso humano. Y no llegan con todo. Encima con el calor y los camisolines".
En esta situación, también empezaron a producirse diversos desbordes en los centros de testeos. Justamente, en el Hospital Santojanni, en la previa a nochebuena, un hombre atacó salvajemente al médico Oscar Swarman quien, en el día de la agresión, hisopó a más de 240 personas. A raíz de ese hecho, hubo un paro de actividades el día 26 de diciembre. Con el transcurrir de los días, volvió a haber un hecho de violencia cuando por la demora ante la gran cantidad de gente se generó un tumulto en la puerta del UFU ubicado frente al nosocomio.
Más allá de lo ocurrido en Capital Federal, también hubo un fuerte crecimiento en la cantidad de testeos en la Provincia de Buenos Aires. Ante esta situación, el gobierno bonaerense pasó de 403 a 510 centros de testeos desde fin de año aunque, de igual forma, los desbordes también se conocieron. Como, por ejemplo, en el caso de Mar del Plata donde, en la playa, se trató de agredir a un testeador que no llegó a hisopar a toda la fila.
Ante este crecimiento de la demanda, desde el ministerio de Salud comunicaron diferentes normativas. Carla Vizzotti indicó: "si una persona es contacto estrecho y no tiene síntomas, con cinco o siete días de aislamiento, se esté o no vacunado, tendrán el alta sin necesidad de un test". A esto, además, se le sumó una petición directa: "Quien no tenga indicación de hacerse un test, que no vaya".