Una nena de 8 años, llamada Aralí Vivas, fue encontrada asesinada por el escuadrón de bomberos que apagó el incendio en la casa donde vivía en la localidad de Brinkmann, del departamento de San Justo en la Provincia de Córdoba. Fuentes policiales indicaron que los vecinos llamaron a los bomberos al ver fuego en la casa de Caseros al 800 y les relataron que en el lugar se encontraba una nena sola.
Tras apagar el fuego y llegar a la habitación, los bomberos descubrieron el cuerpo de la niña en su habitación del primer piso, que fue el único lugar de la casa destruido por el fuego. En ese momento, los policías y bomberos supieron que la madre de la nena se había ido hace varios días y su padrastro se había ido del lugar poco antes junto a sus tres hijos. Además, sospecharon de que la niña no haya escapado del lugar ya que las puertas estaban sin llave y destacaron en el informe a la Justicia que el foco de incendio estaba en la cama sobre la que estaba acostada.
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A pocos minutos de la tragedia, los especialistas confirmaron que el incendio se había desatado de forma intencional y se lo comunicaron al fiscal Oscar Gieco quien ordenó la detención de Matías Simeone, el padrastro de la niña. Fuentes judiciales confirmaron a El Destape que el hombre tenía antecedentes por violencia de género, lesiones leves, tenencia de armas y amenazas por lo que estaba en libertad condicional desde hacía pocas semanas y había vuelto a vivir con su pareja. El hombre aseguró que no estaba en la zona al momento del incendio pero la declaración de algunos vecinos y cámaras de seguridad de la zona desmintieron su coartada.
Además, los vecinos identificaron a otro hombre que también fue detenido. Se trata de Cristian Varela, un hombre de 40 años que es amigo del padrastro de la víctima y que también quedó filmado en la zona por las cámaras de seguridad de los vecinos. La hipótesis de los investigadores es que Varela ayudó a Simeone a quemar el lugar para tratar de esconder el crimen de la chiquita.
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Pocas horas después del crimen y tras realizar la autopsia, los médicos legistas confirmaron que la nena había sido asesinada y no había muerto producto del incendio. Mario Vignolo, el médico legista que realizó la autopsia, confirmó al fiscal que “el cadáver estaba totalmente carbonizado pero no se detectó muestras de humo y hollín en la tráquea ni en los bronquios, lo que demuestra que al momento del incendio la niña ya estaba muerta”. Además, el forense destacó que deberán hacer más estudios para determinar si la niña fue víctima de abuso sexual y también si fue golpeada, ya que “los estudios descartaron heridas de arma de fuego o de arma blanca” y aseguró que “los resultados se conocerán con los estudios de anatomía patológica que demostrará si hay signos de abuso recientes o antiguos”.
Ahora, el fiscal Gieco avanza con la investigación mientras se espera la imputación formal sobre los dos detenidos, aunque en principio serían acusados por “homicidio criminis causa” y “encubrimiento”. La acusación se basa en los informes que ya recibieron los investigadores por parte de policías y bomberos que descartaron “un hecho accidental” y confirmaron que se trató de fuego provocado de forma intencional con la utilización de algún tipo de combustible.
Mientras tanto, la Justicia busca detalles sobre la madre de la víctima quien, según los primeros relatos de vecinos, es una joven con problemas de adicciones que se había retirado de la vivienda días antes del crimen del incendio. Además, buscan determinar el rol de la Secretaría de Niñez y Adolescencia ya que los niños, por seguridad, habían sido retirados del hogar hace varios meses pero los restituyeron hace pocas semanas. Con estos datos, la Justicia también analiza entrevistar a los maestros de la niña para saber si existía algún conflicto que no haya sido denunciado.