Efectivos policiales se acercaron a una propiedad en un barrio del norte de la capital de Córdoba, luego de que un vecino llamara a la comisaría y advirtiera que por la puerta de la casa salía un olor nauseabundo. La mujer dueña de la vivienda se negó abrir, pero los policías ingresaron a la fuerza y se encontraron un escenario macabro: ella vivía con los cuerpos de sus dos hermanos muertos.
El hecho ocurrió este viernes en una casa ubicada en la calle Claudio Wieland al 7100, en el barrio Argüello, en Córdoba capital. Al ingresar a la vivienda, tras la negativa de la mujer -de 64 años- los efectivos se encontraron los cadáveres de una mujer de 61 años y un hombre de 72 años, tendidos en camas en habitaciones separadas.
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Según medios locales, la propietaria hizo alusión a un supuesto pacto suicida entre los hermanos de apellido Reinhardt, por lo que es una de las hipótesis que maneja la Fiscalía del Distrito 4, a cargo de Jorgelina Gutiérrez, quien inició actuaciones de oficio con la colaboración de la Unidad Judicial Homicidios y la Unidad Judicial 19. Las pericias indicaron que los cuerpos llevarían ocultos entre cuatro y nueve meses en la vivienda. Además, no se encontraron signos de violencia ni heridas de arma de fuego en los restos, cuya descomposición sugiere que la muerte del hombre habría ocurrido antes que la de la mujer. La señora identificada como A. Reinhardt fue detenida y acusada de "abandono de persona seguida de muerte".
Según ElDoceTV, los hermanos Reinhardt se habían mudado hace varios años a la casa de Argüello Norte, una propiedad de amplias dimensiones, con varios cuartos y un extenso parque. Los vecinos de la cuadra -según este medio- admitieron que la vida de los adultos mayores era “misteriosa”. Se los veía poco en la calle y solo salían a hacer algunas compras por la noche.
Otro caso escalofriante que sucedió hace unos meses en Córdoba
La ciudad cordobesa de General Levalle estuvo consternada luego de que se confirmara que un hombre de 49 años violó la restricción perimetral que se le había impuesto unas horas antes por violencia de género para secuestrar y asesinar a su hijo de apenas dos años. Según fuentes policiales que citan medios locales, intentó quitarse la vida después del homicidio, pero el arma no funcionó correctamente.
El hombre quedó detenido cuando llegó al hospital zonal y confesó haber disparado a su propio hijo. Un día antes, su expareja había presentado una denuncia por agresiones psicológicas constantes, por las que la jueza a cargo de la causa había otorgado una orden de restricción perimetral con el objetivo de salvaguardar la integridad física y emocional de la víctima y su madre. Sin embargo, bajo intimidaciones y amenazas, el hombre logró ingresar al domicilio de la mujer y raptar al hijo. Minutos después, lo asesinó de un tiro en la cabeza.
Ante este escenario, el sujeto llevó al niño hasta el hospital zonal donde decidieron trasladarlo hasta otro establecimiento en Río Cuarto. En el lugar, los médicos constataron su muerte y el hombre quedó detenido tras confesar el crimen. La investigación quedó en manos de la Policía Departamental de Laboulaye.