Sofía, una beba de sólo dos semanas de vida fue vendida por sus padres, oriundos de una pequeña localidad del partido bonaerense de Ezeiza, y la Policía de Córdoba la rescató dos días después en Villa Giardino. El caso se conoció cuando el padre de la recién nacida denunció que la habían robado. En medio de la investigación, se supo que a Sofía la habían vendido y que la mujer que la compró había pagado parte del dinero exigido con fotocopias de dólares. Por este puñado de dólares malamente falsificados se descubrió el delito.
La historia de Sofía beba esconde una trama de marginalidad en el que además de los involucrados -los padres vendedores y la mujer compradora-; habrían participado funcionarios públicos del partido bonaerense de Ezeiza. Los tres están detenidos y la pequeña ya está junto a una familia de acogimiento en Córdoba.
C.B. una mujer cordobesa de 47 años que no puede tener hijos vive con su padre en Villa Giardino, un pueblo de unos 30 mil habitantes ubicado a 70 kilómetros al noroeste de esta Capital. Ella siempre buscó un niño en adopción y la respuesta siempre fue la misma: “Va a tener que esperar cuatro o cinco años desde que se inscribe hasta que le den la tenencia”, contó su padre Juan, a los medios cordobeses. El hombre, también participó de la trama que confundió necesidad con delito, pero debido a su edad y al grado de participación en la operación, está libre.
D.F. y G.U. viven en Carlos Spegazzini, un pueblo industrial de unos 20 mil habitantes ubicado en el partido de Ezeiza. Con seis hijos y un embarazo de dos meses, el matrimonio fue contactado por Facebook en octubre pasado, por la cordobesa C.B., quien quería ser madre. La mujer se ofreció a hacer un seguimiento del embarazo, cubriendo los costos médicos, incluido el parto. Además le daría 80 mil pesos la familia bonaerense, cuando Sofía ya estuviera con ella.
Todos los meses, C.B. viajaba los 820 kilómetros que separan Villa Giardino de Carlos Spegazzini a buscar a D.F. Las dos mujeres iban juntas a un consultorio de la vecina localidad cordobesa de La Falda, donde se hacía el control del embarazo.
Todos los meses, también, C.B. pagaba el alquiler de la vivienda de la familia, como parte del acuerdo de cesión directa del bebé cuando naciera. La mujer cordobesa y el matrimonio bonaerense habían acordado la adopción de Sofía, mediante una cesión directa de madre gestante a madre adoptante. A cambio, C.B. ayudaba a D.F. y G.U. económicamente para que el embarazo transcurriera con tranquilidad.
Pero ambas partes obviaron un detalle: “Con la reforma del Código Civil y Comercial de Argentina, vigente desde el 1 de agosto de 2015, desde hace cinco años no rige más en nuestro país la cesión directa de un niño como forma de adopción. Esa fue una práctica anterior, donde una madre en el transcurso de su embarazo daba en adopción a una tercera persona, al recién nacido. El acto tendría validez, una vez nacida la o el bebé. Pero ese instituto legal no existe más en Argentina, por lo tanto es un acto ilegal”; explicó a El Destape, la reconocida abogada Zelma Semprini.
El padre de C.B. contó que su hija actuó de buena fe: “Acordamos con la madre el pago de 80.000 pesos y siete cuotas de 7.000 pesos para cubrir el alquiler de la casa. Fuimos a todos lados para adoptar, mi hija estuvo con la Jueza de Paz de La Falda, fuimos a la Fiscalía de Cosquín, y en todos lados nos decían que teníamos que esperar entre cinco y 10 años. Encontramos que una madre ofrecía a su hija en las redes sociales y la contactamos”, explicó con naturalidad.
La ex secretaria de Lucha contra la Trata de personas de la provincia de Córdoba, María Amelia Chiofalo detalló a El Destape que “antes, el Código Civil permitía por escritura pública la cesión en adopción de un niño de una familia a otra familia. Eso se eliminó posteriormente porque daba lugar a cuestiones ilegales, en el sentido del tráfico de menores. Acá estamos en un caso de tráfico de una menor y de adopción ilegal a través de simulación; hay que partir de una premisa básica de que el ser humano está fuera del comercio, y con mayor razón una niña o un niño, está fuera totalmente del comercio. La intitución de la adopción, que viene de la época de los romanos, tiene como eje darle progenitores al niño; y el eje central es el bien superior de la niña o el niño; porque detrás de todo lo que es trata, tráfico de menores y vientres de alquiler, existe un afán de querer apropiarse de un menor, por el interés egoísta de querer ser madre o padre. Se están violentando los derechos de los niños o el interés superior de esos niños”.
Cuando la cordobesa C.B. se enteró que D.F. iba a dar a luz a una niña, comenzó a preparar el cuarto de la recién nacida y a comprarle ropa. Pero también comenzaron otras exigencias de dinero, que no habían sido las que se habían acordado al principio.
La necesidad económica de unos y la necesidad de maternidad de otra, confluyeron en un camino sin retorno hacia el delito. “Una vez nos dijeron que no tenían plata, le mandamos $ 5.000 y vinieron los dos con cuatro chicos”, se quejó el padre de C.B. Y agregó: “Acá en La Falda la revisó un médico ginecólogo y le compramos ropa y zapatillas a los chicos. Venían para los controles médicos, nosotros queríamos que la mujer venga a La Falda y tenga el bebé acá”.
El lunes pasado 11 de mayo, siete minutos después de las seis de la tarde, C.B. y Sofía -anotada en el certificado de nacimiento de un hospital de Ezeiza como hija de la mujer cordobesa-, subieron a una Chevrolet Trucker blanca y comienzan su viaje hasta Villa Giardino. El vehículo, propiedad de otra vecina de Villa Giardino –N.C.- tenía permiso de tránsito hacia la provincia de Buenos Aires en carácter de Asistente, con fecha de ese mismo 11 de mayo. Así, las dos mujeres cordobesas y la beba cruzaron el norte de la provincia de Buenos Aires y casi toda la provincia de Córdoba, en plena cuarentena y con restricción de circulación por el Covid-19, hasta llegar a Villa Giardino.
La venta de Sofía se descubrió cuando en el número de emergencias de la Policía Bonaerense 911, el mismo lunes a la tarde ingresó un llamado en el que se denunciaba un presunto robo de una beba cerca de la plaza Sabin Salk de la vecina localidad de Cañuelas. Los padres de la niña ratificaron la denuncia en la comisaría: D.F. declaró que durante su embarazo había conocido a una mujer oriunda de Córdoba y que había decidido ofrecerle ser la madrina de Sofía, nacida a fines de abril en el Hospital de Ezeiza.
También declaró que se encontraron con C.B. cerca de la estación de Cañuelas, donde la futura madrina de Sofía llegó en una camioneta blanca. D.F. dijo que en un momento del encuentro fue a baño, dejando a la beba con C.B.; y que al regresar, la mujer había escapado con su hija.
El fiscal Lisandro Damonte de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio 1 ordenó que el padre de Sofía, G.U. también declarara, pero en una oficina separada de la mujer. Y ante una serie de contradicciones entre ambas versiones; finalmente la madre de la beba se quebró y declaró que habían querido venderla; y que a último momento, se arrepintió; por lo que C.B. le arrebató a su hija y escapó.
La versión del robo terminó de desmoronarse, cuando a G.U. le secuestraron un fajo de billetes de pesos, donde, además, había fotocopias de pesos y de setenta billetes de 100 dólares. En el teléfono de D.F. había mensajes que intercambió con C.B. en los que se negociaban las cifras por la venta de Sofía, además de los recibos de algunos pagos ya realizados.
Con los recibos de las transferencias bancarias en la mano, el padre de C.B., minimizando que su hija había cometido el delito de comprar a una persona, aseguró a los medios cordobeses: “Hicimos una transferencia de emergencia porque la madre nos mandaba fotos y nos amenazaba que si no la íbamos a buscar, “iba a tirar a la nena en un baldío”. El padre de la beba siempre pedía más plata, tuvimos que vender una propiedad y pagamos hasta 500 mil pesos”.
Los padres de Sofía fueron detenidos inmediatamente por los delitos de “promoción para la supresión de identidad de menor de edad, falsa denuncia y falso testimonio”, con penas previstas de hasta 10 años de prisión, aunque excarcelables.
“No se puede cosificar a un niño, en este caso a una niña. Desde su concepción es un ciudadano de derechos, lo establecen los artículos 19 y 21 del Código Civil. Estamos ante una situación repugnante, donde a este sujeto de derechos lo vendieron y compraron como a una mercancía, no se atendieron sus derechos, se violentaron. La adopción en Argentina está complejizada, si bien se incorporaron muchos derechos con el nuevo Código Civil, y se dieron de baja algunas prácticas como la cesión directa vía adopción, por temor al lucro o transacción comercial de un bebé; la institución de la adopción es tan compleja que terminamos viendo casos como este, que claramente es un delito cometido por ambas partes”, señaló la abogada especialista en Derecho de Familia, Alicia García de Solavagione, profesora titular de la Cátedra de Derecho Privado VI de Derecho de familia y Sucesiones –Cátedra A de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y ex fiscal en lo Civil, Comercial y Laboral, de la Justicia cordobesa.
El fiscal Lisandro Damonte inició así la búsqueda de Sofía y analizó las imágenes tomadas por las cámaras de seguridad dispuestas en Cañuelas. Fue así que dio con la camioneta Chevrolet Trucker blanca. Tres minutos antes de las seis de la tarde del lunes 11, el vehículo al mando de N.C. estacionó en calle Lara de Cañuelas, en el partido del mismo nombre, pegado al partido de Ezeiza. Diez minutos después, suben la conductora N.C. y C.B. con Sofía en brazos. El fiscal ordenó la búsqueda y secuestro del vehículo y sus ocupantes. Las cámaras de seguridad llegadas al despacho de Damonte mostraban el recorrido por las rutas bonaerenses y cordobesas.
En plena búsqueda, el fiscal se sorprendió cuando el Registro Nacional de Propiedad del Automotor reveló que la camioneta Chevrolet Trucker blanca estaba inscripta en la ciudad de Bell Ville –a 200 kilómetros al sudeste de la ciudad de Córdoba y 270 de Villa Giardino- y su titular era un hotel alojamiento. Damonte pensó que estaba frente a una red de trata de personas y se comunicó con la fiscal de Cosquín, Jorgelina Gómez.
El miércoles a la noche, la fiscal cordobesa ordenó un operativo en la vivienda de la conductora de la camioneta, en Villa Giardino. N.C. declaró que ella sólo había oficiado de remisera, que la habían contratado para hacer un viaje a Cañuelas a buscar una beba. Le secuestraron su teléfono celular y el permiso de tránsito a su nombre para circular por las provincias de Córdoba y Buenos Aires. Está libre.
Minutos después, la fiscal Gómez ordenó otro allanamiento en calle Los Alamos al 900, en el barrio La Higuerita, de Villa Giardino. Allí fue detenida C.B. la mujer que había comprado a Sofía: “Yo quería salvarle la vida, me habían dicho que la iban a tirar a un baldío”, dijo cuando la detuvieron. Sofía vestía el mismo enterito del lunes, cuando su madre biológica la entregó a la mujer cordobesa. C.B. fue imputada por el delito de “afectación de la identidad de un menor”, que prevé una pena hasta seis años de cárcel. En su casa secuestraron el certificado de nacimiento.
“La investigación fue ordenada por la Fiscalía N° 3 a cargo de la doctora Jorgelina Gómez, a raíz de una comunicación del Juzgado de Garantías N° 8 de Cañuelas, provincia de Buenos Aires, que informaba la desaparición de una menor en un hospital ubicado en el partido de Eceiza el 28 de abril”, detalló a El Destape, el jefe de la Unidad Departamental Punilla, comisario Héctor Vélez. C.B. fue alojada en la alcaidía de la Departamental Punilla, en Villa Carlos Paz.
El jefe policial informó que la beba “se encuentra en buen estado de salud e inmediatamente fue puesta a disposición de la SENAF (Secretaría de la Niñez Adolescencia y Familia de Córdoba)”. Sofía ya está viviendo con una familia de acogimiento, hasta que se resuelva legalmente su situación.