Cecilia Basaldúa, de 35 años, era cinturón negro de taekwondo y usó todas sus fuerzas y saberes para salvar su vida. La autopsia que le practicaron ayer en el Instituto de Medicina Forense de Córdoba reveló que la turista encontrada este fin de semana en cercanías del basural de Capilla del Monte había sido estrangulada y que “el cuerpo presenta heridas defensivas en distintas partes, cuya naturaleza y extensión deben ser complementadas con estudios anatomopatológicos y químicos, entre otros”, según confió a El Destape la fiscal de Cosquín, Paula Kelm. Extraoficialmente una fuente del caso indicó que la víctima presentaba “signos de abuso sexual”.
La funcionaria agregó que el cadáver encontrado en la zona del basural, a unos cinco kilómetros de distancia de Capilla del Monte, corresponde a la joven turista que era buscada desde el 5 de abril pasado: “En el marco de la búsqueda de Cecilia Gisela Basaldúa, cuya identidad no se conoce con certeza, pero se podría presumir, por las características del hallazgo y los objetos personales encontrados, que se trataría de la persona desaparecida desde el 5 de abril del corriente año. A fin de conocer con certeza su identidad se ha ordenado la realización de una pericia de ADN”.
La autopsia duró trece horas y fue practicada por tres médicos forenses: “La data de la muerte aún no se ha podido establecer con exactitud, toda vez que para ello se requiere el resultado de estudios entomológicos, pero se presume que podría haberse producido hace más de siete días atrás. Se aguardan los informes técnicos de dichos estudios que resultan fundamentales para determinar las circunstancias que rodearon el hecho y la data de la muerte”, señaló la fiscal Kelm.
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En los últimos días, participaron de la búsqueda de Cecilia Basaldúa más de 60 efectivos de la Policía de Córdoba y la Dirección de Defensa Civil, además de bomberos voluntarios de distintas localidades.
Hay un sospechoso en la mira de los investigadores –Mario Gabriel Mainardi-, habitante del lugar donde se había alojado la víctima, el mismo hombre que denunció su desaparición: “No tengo ningún detenido, estamos investigando, acaba de cambiar el escenario de una desaparición a un homicidio”; reveló la fiscal a El Destape.
Con su mochila y su cámara de fotos, Cecilia Basaldúa había recorrido América latina durante cinco años. En diciembre regresó a su casa paterna en el barrio porteño de Núñez, donde pasó las fiestas de fin de año con sus familiares. Sus padres la habían ido a buscar hasta Jujuy, en la frontera con Bolivia: “Regresar es como volver a abrir ese libro que hace mucho habías leído. El texto se ve diferente, aunque las letras sean las mismas, porque es uno quien cambió. El último jalón fue el más emotivo de todos: mis padres fueron hasta La Quiaca (Norte Argentino) a buscarme, en medio de abrazos y lágrimas. Quería explorar allá afuera y escapar de la monotonía. Pero entonces la diversidad, el cambio y los desafíos se volvieron parte de mi vida, y el mundo no sólo me mostró quién era él, sino quién soy yo. Y cuanto más lejos iba, más cerca de mí estaba. La vida intensa del ir más allá, fue en realidad un viajar hacia dentro”, posteó la mujer en las redes sociales al regresar al país.
En marzo, poco antes de que se declarara la cuarentena, Cecilia viajó desde Buenos Aires hacia las sierras de Córdoba, donde pensaba escribir un libro donde retrataría su aventura latinoamericana.
Cuando llegó a Capilla del Monte, una localidad serrana ubicada a 92 kilómetros al noroeste de esta Capital, la mujer se alojó en unas cabañitas a orillas del río Calabalumba, al pie del cerro Uritorco. A los pocos días, con su carpa, se mudó a la casa de Mario Mainardi, quién la dejó acampar en el patio de su hogar. El sábado 4 de abril fue la última vez que los Basaldúa tuvieron novedades de Cecilia.
Al miércoles siguiente, Mainardi denunció que su inquilina estaba desaparecida, que no la veía hacía tres días. A los policías cordobeses, Mainardi les dijo que Cecilia tuvo un brote psicótico y que se había ido al cerro. En la casa del hombre quedaron el teléfono, la computadora y el paño con pulseras que Cecilia vendía para vivir.
Hoy, tras confirmar que el cuerpo encontrado en un descampado en cercanías del basural de Capilla del Monte era de su hija Cecilia, Daniel Basaldúa le dijo a los periodistas de Córdoba: “Mi hija fue asesinada. Es lo que pensábamos nosotros. Ella era un ángel y estos hijos de su madre la mataron. Hay un señor que debe que debe dar muchas explicaciones”, señaló, apuntando a Mainardi.
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El padre de la víctima agregó: “Él la echó, no sé qué problema hubo, y después no se encontró más mi hija. Él me avisó a los tres días, hubo tres días que creo que es donde deben haber pasado todas estas cosas. Lo único que puedo decir es que ella a esta gente la conoció acá, no tenía un trato, fueron dos semanas. No hubo otro vínculo, yo conozco a mi hija, sé lo que era”.
Una de las hermanas de la víctima la despidió: “Espero que tu alma esté en paz, me duele, lloro como mujer, hija, hermana, mamá. Espero que te ilumines y que donde estés sea sólo amor y energía altamente elevada. Quien te haya quitado el último respiro vivirá en su propio infierno, y también lo siento por él. Lo lamento mucho por familia y amigos, ¡Abrazo, hermana!”.
Para este miércoles 29 a las 18, la Asamblea Ni na Menos Córdoba convocó a un ruidazo desde las ventanas, balcones o terrazas de las casas para reclamar por el crimen de Cecilia Basaldúa.