A casi tres semanas del episodio que pudo ser una tragedia, cuando un colectivo de la ciudad de Córdoba, sin pasajeros ni chofer, se incrustó contra un kiosco -ubicado en la esquina de Chacabuco y boulevard Illia- y embistió a dos mujeres, el fiscal Ernesto de Aragón resolvió imputar a otras dos personas en medio de la investigación.
Los nuevos implicados son el jefe del taller de la Tamse y un mecánico de la empresa. La decisión de la Justicia se desprende de las pericias mecánicas que se le realizaron al colectivo que bajó sin control por Chacabuco. De esta manera, los acusados se suman al chofer de la unidad, Franco Godoy (35), ya imputado por lesiones culposas leves.
El informe determinó que hubo una falla en el sistema hidráulico, la cual provocó el bloqueo de los frenos del vehículo. De Aragón entiende que el problema se debió a un mantenimiento deficiente de la unidad. “Se resolvió ampliar las imputaciones contra del jefe del taller de la Tamse y contra un mecánico que había intervenido en el arreglo del vehículo unos días antes”, dijo el fiscal en diálogo con Mitre Córdoba.
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Según reconstruyeron las fuentes, el colectivo de la línea 23 de ERSA tuvo que detenerse una cuadra antes de llegar a Arturo Illia, en la calle Rondeau, donde el colectivero y los pasajeros bajaron. De acuerdo con el relato de un testigo al medio local La Voz, la unidad comenzó a ponerse en marcha segundos después y terminó en la esquina antes mencionada, donde también chocó un semáforo y un cartel de señalética.
Las víctimas, de 50 y 75 años, terminaron debajo de la unidad como resultado del choque, por lo que fue necesaria la asistencia de una ambulancia del servicio de emergencias 107. Luego, ambas mujeres fueron trasladadas de forma inmediata a un centro médico local, y fueron dadas de alta horas más tarde.
Otro accidente en Córdoba capital: el hombre que causó un desastre vial
La zona del accidente es un punto muy concurrido del centro de la ciudad, en donde la circulación de vehículos y personas es constante a lo largo de toda la jornada, especialmente durante el horario del almuerzo y el cambio de actividades escolares. A mediados de septiembre, Cristian Joaquín Pacha (68) provocó un desastre vial en la avenida Chacabuco, al perder el control de su Toyota Corolla, chocar autos y atropellar peatones.
Fueron 35 las personas afectadas, de las cuales 15 resultaron heridas. María Andrea Larcher, una estudiante catamarqueña de 20 años, tuvo que ser trasladada al hospital municipal de Urgencias e ingresada a quirófano. Le amputaron la pierna derecha y sufrió fractura húmero, brazo, pierna, pelvis y traumatismo de cráneo.
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En un primer momento, Pacha fue liberado tras pasar un día internado en el Hospital Privado y luego de abonar una fianza de 20 millones de pesos. Sin embargo, horas después de esta liberación, fue arrestado nuevamente por orden del fiscal de la causa, Ernesto de Aragón, quien decidió agravar las imputaciones.
Desde el Ministerio Público Fiscal de Córdoba, se informó que la Fiscalía de Instrucción del Distrito I, Turno 4, resolvió revocar la medida de libertad y dispuso su arresto “en función de nuevos elementos incorporados a la causa”. El conductor permanece actualmente detenido en la cárcel de Bouwer y enfrenta cargos por lesiones graves calificadas por dolo eventual y falsedad ideológica. Pacha presenta antecedentes por incidentes de tránsito previos y posee una condición médica que le provoca episodios de desmayos.
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