El colágeno es una de las proteínas más importantes, ya que representa el 30% de las proteínas del cuerpo. Su consumo es fundamental especialmente con el correr de los años, ya que a medida que uno crece, comienza a disminuir la producción natural de colágeno y se debe adquirir a través de la alimentación o suplementos. Muchas personas no lo saben, pero el jengibre es una importante fuente de colágeno.
El colágeno es esencial para tener una piel joven, sana y firme, ya que combate la flacidez y el envejecimiento, además de que fortalece los huesos, músculos y articulaciones. Investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) señalaron que el consumo de alimentos antioxidantes, como el jengibre, protege el colágeno ya existente en el cuerpo.
Un estudio realizado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) comprobó que los antioxidantes del jengibre son capaces de proteger los fibroblastos, unas células que se encargan de producir colágeno en la piel. Además, tiene muchos otros beneficios: alivia las náuseas, reduce la inflamación, combate las gripes y resfriados, mejora la digestión, activa la absorción de nutrientes, controla los niveles de azúcar en sangre y regula la presión arterial.
Cómo consumir jengibre para aumentar la producción de colágeno
-
En forma de infusión: podés comprar el té hecho en saquitos en cualquier dietética o supermercado, o bien comprar el jengibre natural, rallarlo, ponerlo en una taza con agua caliente, colarlo y beberlo.
-
En jugos o batidos: podés agregarle rodajas pequeñas de jengibre a tu limonada o jugo de naranja para darle un sabor picante y delicioso. También se lo podés añadir a licuados o batidos de cualquier fruta o verdura.
-
Como condimento: también podés consumir el jengibre como condimento de ensaladas, pescados, arroz, verduras salteadas o guisos.
-
En forma de cápsulas: también existen suplementos de jengibre que se pueden conseguir en farmacias en forma de cápsulas.
Receta de galletitas de jengibre
Ingredientes (para un frasco grande de galletitas)
-
125 gr de manteca (para pomar)
-
125 gr de azúcar (podés reemplazar por endulzante, como stevia)
-
Un huevo
-
Dos cucharadas de miel (opcional)
-
Cuatro cucharaditas de jengibre fresco rallado (o 2 cditas de jengibre en polvo)
-
Una cucharadita de canela en polvo
-
Una pizca de sal
-
1/2 cucharadita de nuez moscada
-
200 gr de harina común
-
200 gr de harina leudante
Paso a paso para lograr unas galletitas de jengibre perfectas
Primero, mezclar en un bowl la manteca bien blanda con el azúcar hasta lograr una pasta. Para lograr una manteca más blanda, se la puede poner durante unos segundos en el microondas. A continuación, agregar el huevo y batir hasta incorporar totalmente. Puede hacerse con batidora o a mano, con batidor de varillas.
Incorporar la nuez moscada, el jengibre, la canela y la sal a la preparación. Mezclarlo bien. Por último, agregar la harina y la miel, poco a poco, y uniendo despacio hasta formar una masa. Con la masa hecha, envolverla en papel film y llevarla a la heladera por media hora como mínimo (es recomendable más tiempo).
Aplastar con palo de amasar hasta que quede más o menos de 5 milímetros y cortar con cortapastas de la forma que quieras (estrellas, muñequitos, arbolitos, animales, corazones, etc) Colocar las galletitas en una fuente apta para horno. Poner un poquito de harina y manteca (esto evitará que se peguen a la fuente las galletitas y sea más fácil sacarlas).
Hornearlas en horno moderado precalentado unos 10 minutos o hasta que veas las galletas de jengibre apenas doradas por arriba. Cabe destacar que esto será posible una vez que la parte media y baja de las galletitas estén doradas, cocidas. Por último, y con las galletas de jengibre fuera del horno, se pueden decorar con glaseados, granas o confites. Se pueden comer frías o a temperatura ambiente, pero lo ideal es comerlas calentitas, con un té o una rica infusión.