Es el Día Mundial de la lucha contra la Neumonía. La enfermedad es un tema de agenda en distintos países de todo el mundo, ya que continúa siendo letal. De hecho, y de acuerdo a lo que indican los registros de UNICEF, la enfermedad registra más muertes infantiles que cualquier otra causa individual. En síntesis, la misma ocasiona -por año- más de 800.000 fallecimientos en menores de 5 años. Una cifra que, sin lugar a dudas, alerta a todo el planeta. Sin embargo, los mayores de edad también forman parte del grupo de riesgo.
Pero, ¿cómo se puede prevenir la enfermedad? Es fundamental llevar una nutrición adecuada, ingerir suplementos de vitamina A y el consumo de zinc; llevar una buena higiene, reducir la contaminación del aire en el interior de las viviendas y darse las vacunas correspondientes para prevenir que los niños y niñas se contagien de infecciones que puedan derivar en una neumonía.
En tanto, y según lo que Benjamín Bianchi -médico especialista en Neumonología y Terapia Intensiva de la Federación Médica de la Provincia de Buenos Aires- le comentó a Télam, advirtió: "La forma de prevenirla históricamente fue por medio de la vacunación. Contamos con dos tipos de vacunas, una que es la vacuna antigripal que previene los casos graves de neumonía gripal, y la otra vacuna es la vacuna para el neumococo, que son dos tipos de vacunas; una de única dosis y la otra son dos dosis, una por año".
Los países que cuentan con mayor número de muertes en el mundo son aquellos que poseen menos recursos. Tales son los casos de Nigeria, Pakistán, India, Etiopía y la República Democrática del Congo. Esto se debe a que carecen de servicios sanitarios para ser tratados a tiempo.
Síntomas de la neumonía:
La neumonía, enfermedad respiratoria que afecta al tejido pulmonar, puede presentar diferentes síntomas: fiebre, aumento de la frecuencia respiratoria, tos intensa o falta de apetito.
Cómo se trata la neumonía:
Es fundamental que la neumonía sea combatida a tiempo, teniendo en cuenta que a veces es difícil detectarla porque se la puede confundir con un simple resfriado. A través de antibióticos como el cotrimoxazol y la amoxicilina, se le puede dar batalla cuando la enfermedad ha sido detectada, aunque debe ser recetado estrictamente por un médico.