Un forúnculo es una protuberancia dolorosa y llena de pus debajo de la piel, ocasionada por folículos pilosos infectados e inflamados. En general, no requiere atención médica y existen muchos remedios caseros para eliminarlos, aunque en determinados casos puede necesitarse la opinión de un especialista. Acá te contamos cómo se pueden curar los forúnculos y las causas por las que aparecen este tipo de infecciones.
Los forúnculos son infecciones que afectan a grupos de folículos pilosos y tejido cutáneo adyacente. Cabe destacar que estas protuberancias son muy comunes y en gran parte de los casos son causados por las bacterias Staphylococcus aureus. De todas formas, también pueden ser provocados por otras bacterias u hongos que se encuentran en la superficie de la piel.
Si bien los forúnculos pueden aparecer en los folículos pilosos de cualquier parte del cuerpo, los más comunes son en la cara, el cuello, la axila, las nalgas y los muslos. La afección puede ocurrir una sola vez o tratarse de un problema recurrente (crónico).
Cómo curar un forúnculo
Es importante resaltar que usualmente los forúnculos desaparecen a las dos semanas, después de un breve período de picazón y dolor leve. Pero atención porque a medida que se acumula pus, es más probable que duelan más. Para curarse, los forúnculos necesitan abrirse y drenar.
En ese sentido, es importante resaltar que nunca debe apretarse ni intentar cortar el forúnculo, ya que esto podría diseminar la infección. En casos de que se trate de una afección profunda o grande, puede llegar a necesitarse de una cirugía para drenarlo, pero en tales ocasiones los síntomas también incluyen fiebre, entre otros.
Como suelen irse de forma natural, la mayoría de los casos no precisan de consulta con especialistas. Para acelerar el drenado y la curación, se recomienda aplicar compresas húmedas y calientes en el forúnculo varias veces al día y seguir haciéndolo inclusive después de que el forúnculo se abra.
Para que no haya complicaciones es importante mantenerlo limpio, por lo que se recomienda cambiar los apósitos que lo cubren de forma regular. De la misma manera, hay que lavarse las manos tanto antes como después de entrar en contacto con el forúnculo.
Factores de riesgo
- Mala higiene.
- Afeitarse.
- Pequeños cortes en la piel.
- Tener ciertas afecciones de la piel, como acné o eczema.
- Tener un trastorno inmunitario, que te hace más vulnerable a las infecciones bacterianas.
- Estar en contacto estrecho con alguien que ha tenido forúnculos, como compartir maquinillas de afeitar o toallas.