Esta tarde, la Empresa de Base Tecnológica Cannabis CONICET realizó el lanzamiento de las primeras seis variedades y sus semillas de cannabis diseñadas pura y exclusivamente con recursos nacionales. Las mismas, están direccionadas para distintos tratamientos terapéuticos, por eso varían en los contenidos de tetrahidrocannabinol (THC), cannabidiol (CBD) y terpenos con cualidades terapéuticas.
Con nombres que remiten a la cultura nacional, por primera vez el CONICET presenta sus propias variedades de cannabis que estarán a la venta para las personas que estén registradas en el REPROCANN, que es el Registro del Programa Cannabis para personas autorizadas al cultivo controlado con fines medicinales y/o terapéuticos.
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Al respecto, el investigador principal del CONICET, director del Programa Interdisciplinario de Cannabis del CCT Conicet Cenpat, y coordinador científico de la Empresa de Base Tecnológica Cannabis Conicet, Gregorio Bigatti, explicó que “es la primera licencia que hace el organismo para que las produzca una empresa”.
“Son seis variedades de cannabis medicinal que se desarrollaron”, afirmó Bigatti y recordó que tiene un origen clandestino porque estaban “antes del marco regulatorio, y eran cruzas de unas plantas que usábamos y que después gracias a la nueva legislación se pudo empezar a trabajar de forma más científica dentro del organismo”.
En ese nuevo contexto, explicó, estas variedades se desarrollaron, se hicieron estables y se pudieron clonar. “Ahora tenemos las semillas feminizadas que van a estar disponibles para la venta en breve, mediante la empresa Whale Leaf Farm S.A.”, dijo el científico y advirtió que solo será de dos, las otras cuatro variedades aún están libres para ser licenciadas por alguna empresa que les interese.
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“Ya están todos los permisos del Instituto Nacional de las Semillas y están disponibles para venderlas a todos los que tengan el REPROCANN. Estas variedades se pueden propagar por clones y semilla”, remarcó.
Entre estas seis opciones, existen dos que son de tipo uno, que tienen mayoritariamente THC, y fueron llamadas Malvina y Conicet. Hay tres que son del tipo dos, que es una mezcla de CBD con THC, y se llaman Ballena Franca, Cenpat y Mariquita (por Sánchez de Thompson). La última es de tipo tres, que tiene más CBD y menos del 1% de THC y se llama Pachamama.
Bigatti señaló que todas tienen distintos efectos terapéuticos y que se trabaja en “un modelo nacional y regional que está hecho en la provincia de Chubut, que desde los años 60' cultiva cannabis clandestinamente”, y expresó: “Estamos en contra de todo el modelo que viene de otros países, principalmente de Estados Unidos, Europa y con nombres en inglés, estas variedades son nuestras”.
La producción ocupa, además, otros campos laborales, como por ejemplo el sustrato de algas que se utiliza para la cosecha y es producido en Chubut, entre otros elementos que surgen y benefician a las economías regionales.
Cabe señalar, que la efectividad de estas nuevas variantes ya fue probada. “Se usan para la salud pública”, indicó Bigatti y especificó: “Estamos en un proyecto donde se hacen ensayos clínicos por el Ministerio de Salud de la Provincia de Chubut con los aceites del Conicet, usando estas variedades nacionales. Además, es nuestro modelo de aceites con plantas completas, no como en Estados Unidos que se utiliza CBD puro, estos aceites tienen THC y son los que sirven y los que la gente usa hoy en día”.
El encuentro se realizó en el Centro Cultural de la Ciencia, en la Ciudad de Buenos Aires, y estuvo presente la empresa Cannabis CONICET, que trabaja en conjunto con Universidad Nacional Arturo Jauretche, el CONICET y el Hospital el Cruce, que se encargan de la innovación en cannabis medicinal y cáñamo industrial.