La comunicación no verbal es un aspecto de nuestras vidas al que no prestamos demasiada atención. Sin embargo, determina en gran parte la calidad de nuestras interacciones.
La comunicación es la base de nuestras relaciones sociales. Nos permite desarrollarnos en los diferentes aspectos de la vida. Tenemos la posibilidad de a través de una herramienta como la voz poder expresar lo que sentimos, poder decirle al otro lo que queremos, explicar cosas y argumentar en una discusión.
Pero ¿Es la voz la única forma de comunicarnos?¿Es la única herramienta de nuestro cuerpo que logra expresar la totalidad de lo que queremos transmitir?
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La respuesta te sorprenderá. Nuestro cuerpo dice mucho más de lo que creemos al hablar a partir de gestos, contacto visual y posturas. También a través de la distancia que tomamos con nuestro receptor.
No somos completamente conscientes de nuestros movimientos mientras los realizamos. Esto es lo que se conoce como comunicación no verbal. Veamos de qué se trata.
¿Qué es la comunicación no verbal?
La forma más simple de definir la comunicación no verbal es como la manera de comunicarse sin usar el lenguaje hablado ni escrito. Está ligada a la postura física que tomamos mientras hablamos y los gestos que realizamos, movimientos faciales, de manos, la mirada, e incluso el tono de voz.
La influencia de este tipo de comunicación es tan importante que se considera que representa el 65% de lo que se expresa sobre el 35% correspondiente al componente hablado. Por lo tanto la comunicación no verbal es la que contiene y transmite la mayor cantidad de información.
La comunicación no verbal puede ser dividida en tres partes. En primer lugar, la que responde a los gestos, las manos, posturas y miradas. En segundo lugar, encontramos el tono de voz y la velocidad al hablar. Y en tercer lugar, la distancia personal que tomamos de nuestro interlocutor que es lo que determina qué tan seguros nos sentimos en ese momento.
La próxima vez que tengas una charla, préstale atención a estos detalles. Tal vez puedas saber más que solamente lo que estás escuchando.
¿Cómo se origina su estudio?
Uno de los primeros registros del estudio de la comunicación no verbal es el que se encuentra en la obra de Charles Darwin (1809-1882), el reconocido científico inglés. Fue en su libro La expresión de las emociones en el hombre y en los animales, publicado en 1872.
Darwin hace breves descripciones en que infiere algo: los seres humanos y los animales tienen elementos de expresión basados en movimientos.
No se volvieron a encontrar investigaciones notables en el área de la comunicación no verbal hasta la década de 1950. Ray Birdwhistell, antropólogo estadounidense, desarrolló el término kinésica como campo de investigación. Le dió este nombre al estudio del significado de las expresiones del cuerpo.
A raíz de las investigaciones de Ray Birdwhistell, durante los años siguientes se amplió el campo de estudio de la comunicación no verbal. En una primera etapa, se aplicó tanto a la psicología para análisis de conductas, como al marketing a la hora de hacer publicidad.
Lenguaje corporal y comunicación no verbal
La expresión corporal es lo que se ve de nosotros, a través de la postura de nuestro cuerpo y la forma en que nos movemos al encontrarnos en una charla. Los gestos faciales que realizamos con los ojos o con la boca son un punto clave de análisis. Son los primeros en hacer notar nuestro estado de ánimo, ya sea de felicidad, tristeza o algún otro.
La postura es lo que se estudia en base a nuestra manera de pararnos, sentarnos o incluso caminar. La forma en que nos acomodemos frente a nuestro interlocutor va a determinar qué tan cómodos nos sentimos en ese momento.
Los ojos son otro punto importante, ya que la mirada habla de nuestro estado emocional. Si mantenemos la mirada fija, gacha, o si la desviamos hacia un lado u hacia otro puede dar mucha información a quien nos está mirando.
¿Te estás preguntando si es posible controlar estos gestos? Debés saber que es, en principio, muy difícil. Todos ellos se dan de manera involuntaria.
Características de la comunicación no verbal
A diferencia de la comunicación verbal, la no verbal no tiene una articulación específica u orden determinado. Se da en base al contexto y las circunstancias.
Por supuesto que hay ciertas gestualidades que se interpretan de la misma forma en muchos lugares, cómo los movimientos de cabeza para asentir o negar. Sin embargo, en algunas culturas estos gestos se interpretan al revés. Por eso es que no puede establecerse un código universal para que se entiendan los gestos de manera correcta.
En este tipo de comunicación entran en juego aspectos mentales. Por ejemplo, la emocionalidad o la empatía.
Tipos de la comunicación no verbal
Las características de la comunicación no verbal se organizan en cuatro tipos distintos, de acuerdo al medio que se utilice. Veamos cuáles son.
Cronémica
La cronémica está ligada al tiempo y cómo se usa en las relaciones sociales. Lo más común para entenderlo es pensar en la puntualidad e impuntualidad. Mientras en algunas culturas se consideran aceptables unos minutos de retraso, en otras llegar tarde implica una grave falta de respeto.
En esta categoría se toma en cuenta también la duración de eventos sociales o el tiempo que se utiliza en ciertas actividades cotidianas. La duración del contacto físico si saludamos o abrazamos a alguien es otro aspecto interesante.
Kinésica
La Kinésica es la que se encarga específicamente del estudio de los gestos y las expresiones corporales como movimientos faciales, de cabeza, brazos o piernas. Los ojos y la boca son los puntos de mayor importancia a la hora de transmitir emociones.
¿Cómo? A través de la sonrisa o la manera de mirar.
Este tipo de lenguaje no verbal estudia gestos como:
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levantar las cejas,
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fruncir el ceño,
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agitar las manos,
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enseñar los dientes,
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encogerse de hombros,
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señalar con el dedo,
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guiñar un ojo.
Paralingüística
La comunicación no verbal del tipo paralingüística es la que recurre a los sonidos sin usar el lenguaje. Los ruidos que se emiten con la boca no tienen significado si no que son expresivos, como por ejemplo las onomatopeyas. Como cuando nos golpeamos y exclamamos “¡Ay!” o cuando llamamos a alguien con un "ch, ch".
Proxémica
Este tipo de comunicación no verbal toma en cuenta el espacio personal y las distancias entre intercomunicadores. Una mayor o menor cercanía determinan el grado de confianza.
En ocasiones, la distancia también está marcada por el entorno. El antropólogo Edward T. Hall definió cuatro tipos de distancias interpersonales en su libro La dimensión oculta (1972):
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Distancia íntima, de 0 a 60 centímetros.
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Distancia personal, de 60 a 120 centímetros.
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Distancia social, de 120 a 300 centímetros.
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Distancia pública, más de 300 centímetros.
Ya conocés los cuatro tipos de comunicación no verbal. Ahora podés saber mejor qué detalles observar si tenes intenciones de analizar a fondo a tu interlocutor.
Elementos de la comunicación no verbal
La comunicación no verbal cumple con el esquema de cualquier tipo de comunicación. Cuenta con un emisor, un receptor, un mensaje y un canal.
A su vez, utiliza su propio código, ya que no cuenta con una regla convencional como referencia. Emplea los distintos sentidos y partes del cuerpo como herramientas para expresarse. Veamos en detalle cuáles son estos elementos.
Las expresiones faciales
Las expresiones faciales son sin duda las más evidentes a la hora de mostrar emociones sin decir una palabra. El rostro humano posee la capacidad de generar una gran cantidad de gestos que dejan ver lo que sentimos en un momento determinado.
Este tipo de comunicación de las emociones sí pueden considerarse universales. Las expresiones de felicidad, irá, sorpresa, tristeza, miedo y asco generalmente son las mismas en todas las culturas.
Espacio
El espacio que nos rodea a la hora de comunicar va a influir de manera directa en nuestra comodidad. También depende de la cultura, el contexto e incluso el lugar en donde se desarrolla un encuentro. Estar cerca de una persona puede transmitir confianza, pero también puede interpretarse como una invasión del espacio personal.
A su vez, el espacio es un elemento que se utiliza para expresar varios tipos de mensajes. Por ejemplo, una conducta agresiva, o de afecto dependiendo la postura que se tome.
Contacto visual
El contacto visual es el que puede considerarse cómo el más importante a la hora de hablar de comunicación no verbal. Simplemente es el sentido dominante para la mayoría de las personas.
La manera de mirar a una persona dice mucho más de lo que se dice al hablar, cómo interés, atracción, hostilidad o rechazo. Es por eso que mantener contacto visual con nuestro interlocutor es clave para sostener una conversación fluida.
Gestos
Los gestos son parte de nuestra vida cotidiana y los usamos casi de manera automática, sin pensar mucho en los significativos que pueden llegar a tener. Saludamos, señalamos, agitamos las manos en una discusión. La mayoría de las veces, lo hacemos de manera inconsciente.
El uso de estas gestualidades conlleva el riesgo de ser mal interpretadas, dependiendo de las costumbres del lugar donde nos encontremos. Esto varía mucho de acuerdo a la región y la cultura. Por eso, si viajás, te recomendamos indagar un poco en los usos y hábitos del lugar. A nadie le gusta ser malinterpretado, ¡mucho menos en vacaciones!
Movimientos corporales
Los movimientos corporales son el elemento que va a marcar la percepción del interlocutor sobre nuestra persona y la disposición que tengamos para ese encuentro. Es lo que se ve en la forma de caminar, sentarse, pararse y también en movimientos como sostenerse la cabeza o apoyarse en una pared a modo de descanso. En este punto se incluyen la presencia, la posición y el movimiento.
Postura
Es la manera en que nos posicionamos ante nuestro interlocutor. Suele comunicar intensidades emocionales o nuestro estado afectivo en un momento determinado.
Si cruzamos los brazos durante una charla, podríamos estar indicando nuestra falta de predisposición hacia lo que recibimos o simplemente indicar que tenemos frío.
Buscar una posición cómoda, como recostarse o cruzar las piernas, puede ser una señal de cansancio o de confianza, de acuerdo a la persona con la que nos encontremos. Son comportamientos que suelen ser más estables y duraderos que los gestos. Pueden extenderse desde minutos hasta horas.
Voz
El elemento de la voz dice mucho más que las palabras que pronunciamos. Cuando hablamos, los factores más notables son el ritmo, el tono, volumen y las pausas que realizamos.
De todos estos factores va a depender la interpretación de nuestro mensaje. Puede llegar a sonar relajado, serio, irónico, afectuoso o enojado.
Está bien que cuidemos nuestras palabras cuando intercambiamos ideas o exponemos un pensamiento. Pero también es importante cuidar las formas si no tenemos intenciones de ofender. No es solo lo que decimos, sino cómo lo decimos.
Conclusión
Resulta interesante pensar en la comunicación no verbal y en todo lo que nuestro cuerpo puede decir de nosotros sin que seamos completamente conscientes de eso. Más interesante aún es lo que podemos aprender y leer de los demás, si sabemos cómo y dónde observar.
Poder leer entre líneas y entender señales y gestos nos facilita mucho a la hora de comunicarnos y comprender las necesidades de nuestro interlocutor. Esta lectura es clave para el desarrollo fluido de cualquier charla, discusión o intercambio de ideas.
La manera en que nos posicionamos físicamente a la hora de dar un discurso o hacer una presentación tal vez sume incluso más que lo que tenemos para decir. Porque de las formas, los tonos y la postura que tomemos va a depender que podamos transmitir nuestro mensaje con éxito.