La salsa blanca es una preparación versátil y noble que se usa para elaborar muchísimos platos. A unas verduras hervidas se les puede agregar una cobertura de salsa blanca, bien cremosa, especiada con nuez mozcada, pimienta o algunas hierbas frescas y queda una guarnición, incluso un plato único, exquisito, nutritivo y que nadie podrá rechazar. También funciona para hacer un gratinado bien dorado y vistoso que le aporte atractivo a una receta simple: canelones, papas hervidas, espinacas salteadas.
En las pastas, la salsa blanca es un clásico de clásicos. Los amantes de la salsa blanca aseguran que es mucho más rica que la crema de leche. Pero solo si está bien hecha, sin engrudos, con buen sabor y con una textura suave al paladar. Además, la receta es económica y lleva pocos ingredientes. Básicamente, manteca, leche y harina.
Por eso, más allá de los ingredientes, lo fundamental para preparar bien esta receta es seguir el paso a paso y no perder la paciencia. A continuación te explicamos cómo lograr los mejores resultados y tener una comida riquísima en poco tiempo.
Cómo hacer una salsa blanca
Ingredientes
75 gr. de manteca
60 gr. de harina
500 cm3 de leche
Preparación
1- Uno de los trucos para que la preparación sea exitosa es comenzar por el llamado roux. Se trata de mezclar manteca y harina.
2- Así, lo primero será derretir la manteca en una sartén a fuego mediano. Una vez derretida, agregar la harina y mezclar con una cuchara de madera hasta que quede una mezcla homogénea.
3- Una vez que el roux está listo, incorporar la leche. A esta altura de la preparación, conviene cambiar la cuchara de madera por un batidor de alambre. A medida que se incorpora la leche, seguir mezclando con el batidor hasta conseguir la consistencia deseada. Cuanto más se cocine, más espesa se pondrá.
4- Una vez conseguido el punto, apagar el fuego, salpimentar y dejar enfriar.
Tips para conseguir una mejor salsa blanca
En la receta de salsa blanca original, la leche se incorpora fría. Sin embargo, puede ser más sencillo conseguir un buen resultado si se la calienta previamente. Eso sí: nunca hervida.
Es importante recordar que esta salsa se espesa cuando se enfría. Por lo tanto, conviene apagar el fuego un poco antes del punto deseado. Al final, con el fuego ya apagado, se le puede agregar un poco de queso rallado para realzar el sabor. Finalmente, un ingrediente que le da el toque perfecto es una pizca de nuez moscada.