Familias, cooperadoras, estudiantes y docentes le reclaman a la ministra Soledad Acuña que postergue el inicio de clases presenciales hasta tanto estén dadas las condiciones sanitarias y edilicias de los establecimientos educativos, pero el Gobierno de la Ciudad insiste en volver a las escuelas el 17 de febrero.
Parece capricho. No importa que gran parte de los edificios escolares no estén aptos para cumplir con el protocolo presentado el viernes por el Ministerio de Educación porteño, alumnes y docentes tendrán que concurrir. Mientras la comunidad educativa solicita dialogar, hace propuestas y presenta datos sobre la falta de espacio, ventilación y deterioro edilicio de las escuelas, las autoridades de CABA insisten con que un grado es una burbuja y que los docentes que impartan clases en más de un aula extremen los cuidados. UTE CTERA anunció que en la semana se hará un plenario de delegados para estudiar el protocolo definitivo presentado a último momento; los medios dan el asunto como resuelto.
“Estamos exigiendo una mesa de diálogo, que se siente a charlar el Ministerio con todos los sectores, cooperadores, docentes, terciarios, y no hay caso. Es muy triste. A nosotros los cooperadores y a los gremios nos tratan como si fuéramos los enemigos y no tienen en cuenta que, en realidad, estamos haciendo el trabajo de ellos”, dice Javier Galarza, delegado de cooperadoras de la Comuna 13 (integrada por los barrios de Núñez, Belgrano y Colegiales) y presidente de la cooperadora del Liceo 9.
Galarza forma parte de los once colectivos que el pasado jueves dieron una conferencia de prensa pidiendo que se posponga el inicio de clases presenciales porque las escuelas no cumplen con las condiciones sanitarias, edilicias y de higiene para enfrentar la pandemia. Allí se explicitaron las diferentes problemáticas que surgen en torno a la inminente vuelta a la presencialidad. Además de que las clases comiencen en marzo, los colectivos solicitan que la vuelta sea mixta (presencial y virtual), que se realicen las obras en las escuelas para una vuelta segura, que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta garantice dispositivos y conectividad, y proponen comisiones de seguimiento comunales y por escuelas.
“Venimos desde el 2020 con clases virtuales y desde el Gobierno de la Ciudad no se aprovechó para hacer obras, tampoco se resolvió la falta de computadoras y conectividad. Todos queremos la vuelta presencial pero que sea segura. Hay problemas edilicios serios en muchas escuelas: aulas chicas, baños clausurados, falta de agua y ventilación”, enumeró Pablo Cesaroni, de Cooperadores en Movimiento.
Por caso, vale el ejemplo del Normal 1, una institución que abarca nivel inicial, primario, secundario y terciario. De acuerdo al relevamiento realizado por la cooperadora, “hay problemas puntuales de incumplimiento con el protocolo borrador. A saber: terrazas que filtran agua, riesgo de electrificación por la humedad y gran deterioro de años. Con reclamos, una resolución de la Defensoría en 2018 e informes de ingenieros dictaminando la gravedad y el peligro. También en 2019 se presentó un reclamo ante Infraestructura, directamente sin respuesta”, enumera entre varios ítems Betina Silveiro, presidenta de la cooperadora. Una situación peligrosa aun si no existiera la amenaza del virus.
El riesgo de la movilidad
Desde el gobierno porteño aseguran que docentes y alumnes tendrán prioridad para viajar en transporte público. Sin embargo, la Asamblea Permanente por el Derecho a la Salud en CABA sostiene que no existe una planificación para evitar contagios en el transporte. “Ante un horizonte posible de inmunidad comunitaria con la vacuna, generar ahora un rebrote con el incremento de circulación es un riesgo muy serio”, afirmó en la conferencia de prensa el médico Javier Saggese, integrante de la Comisión de Salud del Consejo Consultivo de la Comuna 5. “En la Ciudad, el promedio de contagios de la última semana fue cuatro veces mayor a lo que teníamos hace dos meses. No es una situación estable o controlada. Cada barrio tiene diferentes dinámicas, el virus en barrios contiguos tiene diferente comportamiento ¿Es inocuo sumar a cientos de miles de personas a la circulación en el transporte público? ¿Van a sumar más unidades?”, se preguntó.
Al respecto, Mercedes Dios, representante del grupo Vacantes para Todes, elevó la propuesta de usar el transporte escolar destinado al Plan Natación para que las familias que vivan en un radio mayor a 15 cuadras de la escuela puedan concurrir de manera gratuita. Además, solicitó que se use como referencia el semáforo epidemiológico establecido por el Consejo Federal de Educación o el de la Sociedad Argentina de Pediatría. Indicadores que, señaló Dios, “aseguran que hoy la Ciudad de Buenos Aires está en rojo”.
La abogada María Cecilia Fernández, del Grupo de Litigio Estratégico, lo dejó bien claro: “Por supuesto que queremos volver a las aulas. Hacemos juicios para volver a la escuela, para que no cierren. Pero exigimos que el retorno a clases sea cuidado, generado con las políticas públicas que implican el cumplimiento de las normas locales, nacionales e internacionales que disponen que toda la población tiene que tener acceso pleno a todos los derechos”. Pidió que “se respete con la misma intensidad el derecho a la educación como el derecho a la salud”.
A pesar de los reclamos y propuestas, el gobierno porteño sigue imperturbable: las clases presenciales al 100% comenzarán el 17 de febrero a como dé lugar. Hasta ahora promete contratar más auxiliares y docentes y que enviará más elementos de salud e higiene. El protocolo dice que “será el equipo de conducción de cada escuela el que deberá establecer un plan de organización interna para garantizar la presencialidad conforme los lineamientos del presente”.
Mientras tanto, las familias recibieron en sus casillas de correo electrónico el mail “Conocé el Plan Primero la Escuela”, donde Rodríguez Larreta les informa el día que les corresponde volver a los chicos y chicas de acuerdo al cronograma escalonado previsto. Dice que tiene un plan de cuatro pilares: “Ratificar la educación como actividad esencial, respetar los protocolos y las medidas de seguridad, poner toda la ciudad al servicio de la educación, y tu participación”. Acto seguido, Horacio pregunta: “¿Vos qué harías para que las escuelas estén abiertas y acompañar a los chicos este año?” Y aparecen globitos, que dicen: “Dejar pasar primero a los chicos y chicas en el colectivo”, “Prestarle la bici para que vayan a la escuela”, etc.
Esa es la participación ciudadana que acepta Larreta, la que no cuestiona, la que no señala los inconvenientes, la que acata sin chistar.