María Agustina Fernández, de 19 años, fue asesinada el pasado sábado en un supuesto asalto en la ciudad rionegrina de Cipolletti, cuando una serie de desconocidos la habrían atacaron en un complejo de departamentos, en las inmediaciones de la calle Confluencia al 1300. La joven se encontraba cenando en la casa de un amigo, Pablo Parra, quien no estaba en el lugar cuando ingresaron y la golpearon salvajemente.
Según pudo conocerse en las últimas horas, la estudiante de medicina de La Pampa se encontraba en la casa de Parra cuando este salió a hacer unas compras para la cena. En ese momento, pasadas las 19 hs, los delincuentes habrían entrado al lugar, la golpearon, robaron celulares y cerca de mil dólares. Cuando regresó a su domicilio, la encontró inconsciente y ensangrentada en el piso; llamó a la ambulancia y fue trasladada al Hospital Pedro Moguillansky, donde falleció el miércoles por la noche.
Parra, un trabajador petrolero de 24 años, fue la última persona que vio con vida a Agustina. Durante poco más de dos meses, mantuvo una situación sentimental con la joven. Solo un vecino lo vio abandonar el lugar ya que las cámaras de seguridad del complejo habitacional donde vive no funcionan, por lo que no quedó registrado. Además, según relató la policía, tardó aproximadamente una hora en regresar tras realizar las compras.
Si bien Parra actualmente no aparece como sospechoso, los investigadores policiales y judiciales se enfocaron en verificar qué hizo, dónde estuvo y con quién se encontró durante el tiempo en el que estuvo ausente en su departamento. "Le dije que entrara, que yo iba a comprar unas cosas y volvía enseguida. Desde que me fui hasta que volví, habré tardado una hora. Cuando ingreso, noto la luz apagada y me encuentra con Agustina que estaba tirada en el piso, como temblando, convulsionando. Prendí la luz y vi que estaba toda revuelta", dijo en diálogo con Radio LU19.
Además, contó que notó que el cercado con alambre de púas estaba corrido y que del otro lado había una escalera para ingresar al patio. Más allá de los celulares, se llevaron una copia de la llave del departamento, efectivo, ropa y demás pertenencias. "Al inquilino anterior le entraron dos o tres veces a robar. Intenté hablar con los padres de Agustina. Fui al hospital con mis viejos y ellos me dijeron que no era el momento para hablar", cerró.
Mientras tanto, la policía y los investigadores del Ministerio Público revisan más de 200 horas de grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona, pero todavía no tienen ningún sospechoso por el crimen. Se tomó declaración a más de 20 testigos, habitantes del complejo habitacional, que sostuvieron que no escucharon ruidos o gritos. Algo extraño teniendo en cuenta de la defensa de Agustina contra su supuesto agresor -tenía heridas en sus brazos- o de los ruidos que podían generarse al revolver el departamento. Ninguna puerta fue violentada porque Parra dejó el acceso al patio abierto.
El fiscal Martín Pezzetta, de la UFT1 de Delitos contra las Personas, se encuentra a cargo de la causa. Durante la tarde noche del miércoles, distintas organizaciones de Cipolletti se manfiestaron en la Plaza San Martín y recorrieron las calles de la ciudad en reclamo de justicia y mayor seguridad ante los reiterados hechos de violencia.
"Los peores golpes que recibió fueron en la cabeza, tiene la mano izquierda quebbrada. No entiendo por qué tanta golpiza, le pegaron a matar", dijo su madre en declaraciones con medios neuquinos.