Importante distinción internacional al científico Gabriel Rabinovich

Hizo descubrimientos cardinales sobre las galectinas, proteínas que tapizan las células y son una suerte de "piedra Rosetta" del sistema inmunológico. Desde hoy, formará parte de la Organización Europea de Biología Molecular.

06 de julio, 2022 | 17.51

La Organización Europea de Biología Molecular (European Molecular Biology Organization o EMBO) es una asociación internacional fundada en 1964 para promover la investigación en esa área que invita a incorporarse como miembros a algunos de los científicos más destacados del mundo. Desde hoy, uno de ellos es el argentino Gabriel Rabinovich, investigador principal del Conicet en el Instituto de Biología y Medicina Experimental (Ibyme) y docente de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA. Rabinovich se convierte así en uno de los 67 miembros de 22 países elegidos este año “por sus logros sobresalientes”, 24 de los cuales son mujeres. Entre ellos, los nueve no europeos provienen de la Argentina, Australia, Canadá, China, India, Singapur y los Estados Unidos. Se sumarán al cuerpo de unos 1900 investigadores, casi un centenar de los cuales son premios Nobel.

“Es un honor muy grande y un orgullo enorme por lo que significa EMBO en todo el mundo –dijo el investigador cordobés a NEXCiencia–, y por la importancia que tiene para traccionar las carreras de jóvenes investigadores. Ojalá me permita impulsar a muchos de ellos”.

Rabinovich es uno de los “padres” de las galectinas, una familia de proteínas involucradas en la regulación de la respuesta inmune que juega un rol protagónico en el cáncer y las enfermedades autoinmunes. Empezó a estudiarlas en Córdoba, donde se formó, a comienzos de los años 90. En la primera década de este siglo, junto con su grupo publicó un trabajo cardinal en Cancer Cell que explicaba que el organismo no "ve" los tumores y les permite desarrollarse sin atacarlos porque estos producen galectina-1, que deprime el sistema inmune.

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A continuación, intentando responder a través de qué procesos moleculares se activa ese mecanismo de relojería, descubrieron que cuando están expuestas a esta proteína, las células dendríticas (generadas en la médula ósea y encargadas de patrullar los tejidos para ‘poner sobre aviso’ a los linfocitos T sobre la presencia de microbios o células tumorales en el organismo) producen, gatillan y perpetúan un circuito de eventos que confunde al sistema inmune, y en lugar de activarse, los linfocitos T silencian la respuesta inmunológica.

En otras palabras, descubrieron que las células dendríticas son el eje que puede orquestar tanto el ataque como la retirada del sistema inmune, dependiendo de las señales que reciban: bajo el influjo de galectina-1, estas células liberan otra proteína, llamada interleuquina 27. Esta, a su vez, se contacta con el receptor del linfocito T, que en lugar de ejercer una respuesta inmunológica o combatir un tumor, se frena, se convierte en linfocito T regulatorio y libera interleuquina 10. Habían dado con una especie de “piedra Rosetta” de la inmunidad. O con un Dr. Jekyll y un Sr. Hyde.

" En el caso de los tumores –explica el investigador en un comunicado de EMBO–, es 'el malo' porque mata las células T antitumorales activadas. Y en las enfermedades autoinmunes, es 'el bueno', porque la patología es causada por un aumento en el número de células T que atacan los tejidos. También demostró que la galectina-1 promueve la angiogénesis y juega un papel en los tumores resistentes a las terapias antiangiogénicas.

Desde entonces, el equipo que dirige Rabinovich avanzó notablemente no solo en desentrañar los mecanismos moleculares de nuestro sistema de defensa, sino también en la aplicación de ese conocimiento para diseñar tratamientos contra tumores y enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide o la esclerosis múltiple, entre otras. Recientemente, su grupo desarrolló antagonistas y agonistas de galectina-1 para el tratamiento del cáncer y enfermedades autoinmunes, respectivamente.

También descubrieron que las galectinas juegan un rol importante en la aterosclerosis. Durante la pandemia, diseñaron la Plataforma T, para dilucidar la respuesta de linfocitos T “de memoria” en pacientes infectados por el SARS-CoV-2, comparar la eficacia de las vacunas y monitorear cómo se mantiene la inmunidad a lo largo del tiempo.

"Fue un inmenso honor postular a Gabriel Rabinovich como miembro extranjero de la EMBO –dice Alberto Kornblihtt, primer argentino en ingresar a la organización (en 2012) y su nominador local–. Gabriel es una luminaria de nuestra ciencia que merece holgadamente este reconocimiento. Es importante destacar que las postulaciones son sometidas a la votación secreta de todos los miembros, lo cual habla de la valoración internacional de los hallazgos de Gabriel y su equipo”. Manuel Serrano, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas de Madrid; Sebastián Amigorena, de Francia, y Ludger Johannes, de Alemania, ambos del Instituto Curie de París; y Alberto Mantovani, del Instituto Clinico Humanitas de Rozzano, Italia, apoyaron su postulación.

Además de una lista innumerable de distinciones, en 2016, Rabinovich ya había sido nombrado miembro de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos. La incorporación formal a EMBO será entre el 26 y el 28 de octubre próximos, durante el encuentro anual de la asociación en su sede de Heidelberg, Alemania.