Agencia CTyS-UNLaM / Radio Universidad - El sistema científico y tecnológico de Argentina está sumido en un clima de enorme preocupación, ante el continuo desfinanciamiento que sufre el área, la degradación de Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación a subsecretaría y las trabas y demoras en aspectos burocráticos, como el ingreso a carrera de investigadores ya designados y la dilatación de inicio de becas doctorales y postdoctorales.
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Parte de todo este escenario fue objeto de análisis del investigador del CONICET Diego Golombek, biólogo y reconocido comunicador científico: en su paso por la Universidad Nacional de La Matanza, alertó sobre el escenario crítico que vive la ciencia nacional y la iniciativa, para este miércoles 17, de realizar un abrazo simbólico a la comunidad científica, a partir de la lectura de más de mil cartas de referentes nacionales e internacionales en distintos puntos del país.
“Estamos en un momento muy grave en todo el sistema científico y una de las estrategias fue pedir ayuda en todo el mundo. Argentina es muy reconocida, por eso aparecieron las 68 cartas de los científicos ganadores de los Premios Nobel, pero, también, cartas de adhesión de investigadores de todo el país y de afuera también”, resaltó, en diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM.
En este sentido, Golombek comentó que, desde su perspectiva, “un error que tenemos usualmente los científicos y científicas es no dar a conocer lo que hacemos. Hay preocupación en el mundo y eso se ve también en notas de las revistas científicas más importantes como Nature, sobre la situación de la ciencia argentina”. “Esta iniciativa en el Polo Científico es para leer estas adhesiones en conjunto y, por supuesto, presentarlas a las autoridades tanto del CONICET como de la actual Secretaría de Ciencia y Tecnología”, remarcó.
Además, y en diálogo con Radio Universidad de la UNLaM, el científico aseguró que “existe una genuina preocupación de que el sistema científico se viene abajo, y es lógico. No hay que olvidar que gracias a que tenemos -o tuvimos de alguna manera- un sistema tan sólido es que pudimos responder de inmediato frente a ciertos desafíos”.
“Ahora no nos acordamos tanto, pero al comienzo de la pandemia la ciencia argentina salió de inmediato a responder: se generaron los kit diagnósticos desarrollados en el país, teníamos los barbijos de CONICET, hoy tenemos casi desarrollada una vacuna íntegramente hecha acá. Todo eso es porque hay un sistema fuerte que, si destruimos de nuevo, vamos a tardar años en recomponerlo”, afirmó.
Respecto a los debates alrededor de la utilidad de la ciencia y su financiamiento, Golombek reflexionó: “No me preocupa el ataque malintencionado de trolls pagos, lo que sí me importa es la reacción de la gente que a veces compra un discurso de para qué hacer ciencia si no sirve para nada, y una parte ínfima de la responsabilidad la tenemos nosotros, los científicos y las científicas, que no consideramos que contar lo que hacemos es parte de lo que hacemos”.
“Por otro lado, tenemos las políticas destructivas de un sistema científico que va a ser muy difícil de reconstruir. Esto es algo que ya sabemos que es muy complicado y claramente un joven con vocación de ciencia lo va a pensar muchas veces en este momento antes de dedicarse a lo que realmente quiere en Argentina”, alertó.
Un panorama que preocupa
Desde la perspectiva de Golombek, el CONICET y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) son las instituciones se encuentran entre las más afectadas por las políticas de recorte del actual Gobierno.
“En este momento hay un estado de incertidumbre absoluta, junto con que se echó a gente del personal administrativo, no se renovaron contratos, se redujeron las becas. Más allá de todo eso, que es gravísimo, preocupa no saber adónde vamos, no tener un interlocutor. Una situación similar ocurre en la actual Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, que está conducida por un empresario que claramente no es del palo científico, y viene con una idea de recorte absoluto, que en lugar de entender la ciencia como una inversión a mediano plazo se entiende como un gasto que hay que cortar”, alertó.
Además, el investigador comentó que muchos investigadores del CONICET tienen su lugar de trabajo en las universidades con lo cual, si se desfinancia las universidades también se está financiando el sistema de ciencia y tecnología en simultáneo.
Al ser consultado por la Agencia CTyS-UNLaM sobre el papel de las universidades públicas del Conurbano en esta coyuntura, Golombek afirmó que estas son un ejemplo del tipo de acciones que hay que hacer en materia de inclusión. “Yo estuve muchos años en universidades públicas, tanto en UBA como en la UNQ, y la enorme mayoría de mis estudiantes eran primera generación de universitarios. Las carreras se intentaba que tuvieran una inserción social, industrial o productiva, que fueran carreras que se reconocieran en el territorio. Ese rol no lo cumplen otras universidades”, remarcó.
“Al contrario de los vientos que soplan, yo creo que necesitamos más universidades, fortalecer las que tenemos e ir a aquellos lugares donde no está representado el sistema universitario para que la gente tenga un lugar de cercanía, no solamente dónde estudiar, sino también donde hacer extensión, deporte, reconocerlas como propias. Ese rol lo están cumpliendo perfectamente, esperemos que siga siendo así”, finalizó el experto.
Con información de la Agencia CTyS.