Se confirmó la causa de la muerte de las 30 ballenas en la Península Valdés en Chubut. El Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) informó este jueves el hallazgo de toxinas de "marea roja" en las ballenas encontradas muertas entre fines de septiembre y principios de octubre en el Golfo Nuevo.
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"La investigación realizada hasta la fecha sostiene la hipótesis según la cual la mortandad de ballenas se debió a una floración algal nociva en el Golfo Nuevo ocurrida entre fines de septiembre y principio de octubre", fenómeno que se conoce como "marea roja", precisó el ICB en su página oficial.
En el informe determinaron que "las ballenas examinadas habían ingerido diatomeas Pseudo-nitzschia spp. y/o dinoflagelados del género Alexandrium complejo catenella/tamarense, productores de biotoxinas capaces de causar la muerte de aves y mamíferos marinos, incluyendo grandes ballenas". También se encontraron concentraciones detectables de Toxina Paralizante de Moluscos en diversos tejidos y fluidos de 5 de las 6 ballenas analizadas para esta toxina.
Se analizaron diferentes tejidos y fluidos de 8 ballenas, incluyendo hígado, riñón, orina, sangre, humor acuoso del ojo y contenido intestinal, entre otros.
En total, se llevaron a cabo necropsias de las 6 ballenas que se hallaron en las mejores condiciones para realizar diagnósticos confiables. Además, se colectaron muestras parciales, sin abrir cavidades, en otras 3 ballenas que se encontraron en áreas de uso público y no pudieron ser remolcadas hacia otro sitio. Las muertes afectaron principalmente a hembras adultas, con la mayor demanda energética por estar amamantando a sus crías en los golfos de Península Valdés, y que suele alimentarse de plancton en primavera.
Los especialistas continuaban trabajando para examinar las 8 ballenas restantes, todas encontradas en avanzado estado de descomposición y en playas aisladas y de difícil acceso en el Golfo Nuevo. Además de la muerte de las ballenas se observó en simultáneo la aparición de ejemplares sin vida de aves y lobos marinos, en los que también se comprobó la presencia de toxina paralizante de moluscos en cantidades significativas.
Según el informe, desde el último "10 de octubre no se han registrado nuevas muertes de ballenas". Esta fecha coincide con un marcado descenso "en la abundancia de la especie productora de toxinas paralizantes en el plancton y en los niveles de biotoxinas en moluscos del Golfo Nuevo", según los investigadores.
Las primeras seis ballenas sin vida habían aparecido cerca del 29 de septiembre, en las cercanías de la localidad de Puerto Pirámides, en la provincia de Chubut. En ese momento, lo que llamó sumamente la atención de los expertos fue el estado en el que se encontraron los cuerpos de las ballenas: no estaban putrefactos y tampoco presentaban signos de debilidad, sino al contrario. Todos tenían aspecto de haber estado bien alimentados. Ahora, determinaron que las primeras 6 ballenas murieron próximas entre sí y en el transcurso de tan sólo 4 días, por ingerir las diatomeas mencionadas anteriormente.