Por unanimidad de los ocho jurados populares, Lucas Bustos, el chico de 24 años que había sido detenido sin pruebas y acusado del femicidio de Cecilia Basaldúa (34) fue absuelto hoy en los Tribunales de Cruz del Eje. Los tres jueces técnicos de la Cámara del Crimen de Villa Dolores, Carlos Escudero, Raúl Castro y Santiago Camogli Roque acompañaron la decisión de los jurados legos y ordenaron una nueva investigación.
Afuera, en la explanada de los Tribunales de Cruz del Eje, decenas de personas, principalmente mujeres de organizaciones feministas y de organismos defensores de los Derechos Humanos, celebraron el fallo: “Este era el resultado que esperábamos, la absolución de Lucas Bustos. Teniendo en cuenta todo el proceso, este era el resultado esperable para que en Córdoba haya un poco más de Justicia. Nosotros vamos a seguir, con la familia de Cecilia, para buscar Justicia por ella y que los responsables de su femicidio sean detenidos y sometidos a la Justicia. El Tribunal hizo una recomendación a la Fiscalía General, yo también lo hice en mis peticiones, para que se designe otra fiscalía que investigue qué pasó con Cecilia. Por un lado, es un buen resultado la absolución de Lucas, que permite iniciar una nueva investigación; pero nos vamos sin nada, sin saber qué pasó con Cecilia. Ahora esperamos que se abra una línea de investigación que venimos planteando hace más de un año y medio”, le dijo la abogada querellante Daniela Pavón a El Destape. La representante de la familia Basaldúa agregó que “vamos a insistir con el juicio político a la fiscal Paula Kelm, porque estos supuestos errores hablan de una negligencia y una persona no puede seguir en sus funciones habiendo actuado de esta manera. No es el primer caso que conocemos”.
Acompañado por sus familiares, esta mañana antes de que se leyeran los alegatos, Lucas Bustos llegó a los Tribunales de Cruz del Eje y saludó a los papás y hermanos de Cecilia. Incluso, se colgó un cartón reclamando Justicia por Cecilia Basaldúa. Antes de ser detenido, el chico se había mostrado preocupado por la desaparición de la turista porteña.
“Tengo bronca”, dijo Lucas Bustos al salir de la sala de audiencias. Lo acompañaba la nueva defensora, Claudia Brandt, que nombró sorpresivamente a fines de 2021. “Mi cliente nunca dijo ni declaró nada de lo que dijeron los policías de Capilla del Monte. Nunca vio ni se cruzó a Cecilia”.
El “perejil” Lucas Bustos había recuperado su libertad el pasado 10 de junio, tras un fuerte pedido de Justicia de la abogada querellante Daniela Pavón, que representa a los padres de Cecilia Basaldúa, Daniel y Susana Basaldúa; del abogado querellante de la Secretaría de DDHH de la nación, Gerardo Battistón y de la nueva defensora del imputado Claudia Brandt. Ese día, el fiscal de Villa Dolores, Sergio Cuello, se había opuesto a la liberación de Bustos, pero finalmente los jueces Escudero, Castro y Camogli Roque entendieron que no había riesgo procesal y ordenaron su inmediata liberación.
Bustos, campesino sin instrucción fue detenido el 28 de abril de 2020, tres días después de que fuera hallado el cadáver de Cecilia Basaldúa en un basural ubicado a 30 cuadras de la casa del sospechoso. La fiscal de Instrucción Paula Kelm ordenó su detención luego de que policías de Capilla del Monte sometieran a Lucas y su hermano Santiago a apremios para que confesaran el crimen.
Sin pruebas
Mostrando un corporativismo político y judicial, el fiscal de Cámara de Villa Dolores, Sergio Cuello, abrió la última audiencia por el juicio donde se ventiló el femicidio de Cecilia Basaldúa, acusando a Bustos por los delitos de tentativa de abuso con acceso carnal y homicidio calificado con violencia de género, solicitando la pena de cadena perpetua.
Sin una sola prueba aportada en el debate y siguiendo el cúmulo de errores procesales de la fiscal instructora Paula Kelm, el fiscal Cuello decidió solicitar la condena a cadena perpetua del joven campesino en base a indicios, todos rebatidos por los querellantes Pavón y Battistón. La defensora Brandt tuvo poca participación en el juicio y sólo se lució cuando el 10 de junio justificó el cese de la prisión preventiva de su cliente.
La última vez que Cecilia Basaldúa se comunicó con sus familiares fue el 4 de abril de 2020. Al día siguiente no contestó más mensajes. El último que la vio con vida es Mario Mainardi (47), un rosarino afincado en Capilla del Monte sin actividad conocida. El hombre dijo que a Cecilia le dio un brote psicótico y la echó de su casa. Y que avisó de la desaparición a los familiares de Cecilia, recién el miércoles 8 de abril. El cadáver de Cecilia apareció el 25 de abril -tres semanas después- “de manera fortuita, inesperada, en un lugar diametralmente opuesto al que fue vista por última vez, en la zona de los Tres Puentes en la localidad de Capilla del Monte y en proximidades del Hotel Principado”, cuando fue encontrada por LGC, un adolescente que estaba buscando “un animal por encomienda de su padrastro Walter Augusto Luna”.
Mainardi nunca fue investigado por los policías ni por la fiscal Kelm, pese a que una mujer policía declaró dos veces, en la Instrucción y en el juicio que antes de que apareciera el cadáver de Cecilia el hombre le había dicho: “Ahora falta que me acusen a mí de haberle pegado una piña en la cara y desmayarla”. Precisamente, la autopsia reveló que Cecilia sufrió la desarticulación de su mandíbula, un golpe que, según explicó en el juicio el titular del Instituto de Medicina Forense de la Provincia de Córdoba, el prestigioso médico David Dib, es más contundente que la fractura de mandíbula y puede dejar sin conocimiento a quién lo recibe. Cuando Mainardi le dijo esa frase a la mujer policía que buscaba rastros en su casa, el cadáver aún no había aparecido.
El papá expulsado
Cuando el fiscal Cuello acusaba sin fundamentos ni pruebas a Bustos, el padre de Cecilia, Daniel Basaldúa, mostró su cara de fastidio; entonces, intempestivamente, el presidente del Tribunal, el juez y expolicía Carlos Escudero ordenó que se retirara de la sala de audiencias por “gestos inadecuados”.
“El fiscal dice sin ponerse colorado ‘tengo múltiples pruebas’, pero no presentó ninguna. Tampoco tuvo ninguna prueba la fiscal Kelm, la misma que se negó a escucharnos. El fiscal General de Córdoba, Juan Manuel Delgado, tampoco quiso escucharnos. Mi hija fue asesinada y el fiscal Cuello insiste en condenar a este pibe. Hay algo oscuro, ellos lo saben por eso no me quieren a mí en el recinto de audiencias”, se quejó Daniel Basaldúa en diálogo con El Destape.
Su hija Soledad Basaldúa no pudo ingresar a la sala de audiencias “por falta de espacio”; pero cuando su papá fue obligado a salir, ella se sentó junto a su mamá Susana: “Estoy indignada por las cosas que escuchamos que está diciendo el fiscal Sergio Cuello, La familia y la sociedad queremos saber qué pasó con Ceci, nada más, ni nada menos”. Pasadas las 13, Daniel Basaldúa pudo ingresar nuevamente a la sala de audiencias a seguir escuchando los alegatos de las querellas y la defensa de Bustos.
Tras la acusación sin fundamentos de Cuello, fue el turno de la querellante Pavón y el querellante Battistón, quienes voltearon uno a uno los argumentos expuestos por el fiscal. Pavón y Battistón criticaron duro la actuación de la fiscal Kelm, que se basó en los testimonios de los policías de Capilla del Monte para detener e imputar sin pruebas y bajo apremios a Lucas Bustos.
Cerca de las cinco de la tarde el presidente de la Cámara del Crimen de Villa Dolores, Carlos Escudero dispuso un cuarto intermedio para que los jurados populares debatieran sobre si Bustos era culpable o inocente. A las 19, el Tribunal se reunió nuevamente y el secretario del Juzgado de Cruz del Eje informó oficialmente que por unanimidad Lucas Bustos había sido absuelto, que se sugería a Fiscalía General que ordene otra investigación y que los fundamentos se leerán el próximo 2 de agosto.