Daniel Lacase es el vocero que no fue. Durante su extensa declaración de hoy, el abogado riocuartense declaró que sigue siendo amigo del viudo y único imputado en la causa por el asesinato de Nora Dalmasso, Marcelo Macarrón; aunque también aclaró que nunca ofició de vocero y que “todas las opiniones mías fueron personales. Debo reconocer que yo me excedí con ayudar con la prensa”.
Cerca de tres horas estuvo Lacase frente al tribunal de la Cámara Primera del Crimen de Río Cuarto, y más que un testigo, pareció un imputado defendiéndose: “A mí me armaron una causa por un tema político, por venganza o para desviar la causa. Lo armaron los que están en la Central de Policía, los muchachos que son armadores de causa”, apuntó.
Se refería a la causa de dádivas por la que fue acusado junto a cuatro policías en julio de 2007. El programa de tevé ADN había publicado en exclusiva que un conserje del hotel Opera, donde se alojaban los investigadores de la División Homicidios de la Policía cordobesa –allí se realizó la conferencia de prensa donde el viudo dijo que “perdonaba” a su esposa asesinada- declaraba en una cámara oculta, que la estadía la pagaba el abogado y vocero Lacase.
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El mismo fiscal de Cámara, Julio Rivero, que hoy acusa a Marcelo Macarrón por el asesinato de su esposa Nora; hace 15 años, siendo fiscal de Instrucción, había imputado al jefe de Homicidios, comisario mayor Rafael Gustavo Sosa y a sus subordinados Ariel Calderón, Antonio Maldonado y Diego Osorio, por el delito de dádivas.
En abril del año siguiente, los cuatro policías fueron sobreseídos por el juez de Control Daniel Muñoz, a pedido del fiscal Rivero, quién entendió que no había pruebas suficientes para condenar, ya que hubo “una ausencia de registros contables o libros que estipulen y describan la modalidad respecto de la permanencia de los funcionarios en el hotel Opera de Río Cuarto, donde se habría efectuado el pago de las dádivas”. Esa vez, los policías y Lacase debieron responder ante la Justicia; Sosa y los oficiales de Homicidios fueron apartados de la fuerza durante seis meses; mientras que el vocero ya había dejado su rol de alter ego del viudo, tras la llegada a la defensa del clan Macarrón, de Marcelo Brito, ex fiscal General del gobernador José de la Sota. Brito llegó a la causa Dalmasso como defensor de Facundo Macarrón, hijo de la víctima y del viudo, imputado el 7 de junio de 2007.
Aclaración al testigo
Ni Lacase bien se sentó en el estrado, el presidente de la Cámara Primera, Daniel Vaudagna le advirtió que no está obligado a declarar contra sí mismo por un hecho de 2007, en referencia, precisamente a esta causa por dádivas. Además, le dijo que Macarrón ya lo había relevado del secreto profesional y que podía declarar con libertad.
La advertencia, también fue, porque el testigo Ricardo Araujo, colaborador de confianza del agroempresario Miguel Rohrer, declaró en el juicio que Lacase intentó extorsionar a su jefe y le exigió dinero para que su nombre no apareciera en los medios. Se abrió una investigación a raíz de esa declaración.
Los hijos del viudo y la víctima; Facundo y Valentina Macarrón declararon en el juicio y ante los periodistas que sospechan que Miguel Rohrer, apodado en Río Cuarto como “Michel” o “El Francés” podría haber asesinado a su mamá. Incluso, Facundo le hizo decir a una testigo que él había visto a Nora y a Rohrer besándose en el jardín del chalé familiar. Ni en el juicio, ni en la etapa de investigación, Facundo Macarrón ratificó lo que ordenó decirle a la testigo Margarita Riega de Dalmasso.
Sobre su rol de vocero y abogado del viudo, Daniel Lacase declaró que Macarrón le firmó un poder para que realice trámites legales en los Tribunales de Río Cuarto, como si fuera un asesoramiento, por su estado de conmoción, y que dicho documento lo había firmado en las oficinas del escribano Aquiles Mugnaini.
Respecto del rol de Mugnaini, el 5 de abril pasado, el testigo Justo Magnasco, que viajó de regreso desde Punta del Este hasta Río Cuarto en el mismo vehículo junto a Lacase y Macarrón, había declarado: “Daniel Lacase, cuando ya habían emprendido el viaje de regreso, se comunicó telefónicamente con el entonces jefe de la Unidad Regional Río Cuarto, comisario mayor Sergio Comugnaro. También dijo que el abogado Lacase se comunicó con el cura Jorge Felizzia, de estrecha relación con los Macarrón/Dalmasso y el gobernador José de la Sota; con su pareja de entonces, Silvia Magallanes y con el escribano Aquiles Mugnaini; a estos dos últimos les dio directivas de seguir lo que publicaba la prensa acerca de la muerte de Nora; que por esas horas, se rumoreaba, había muerto en medio de un juego sexual, mientras su marido jugaba golf en Uruguay”.
Amenazas a la hija de Lacase
Intentando ponerse a la defensiva y mostrando una imagen opuesta a la declarada por “las congresistas”, las amigas de Nora que ya declararon como testigos en el juicio y pusieron en la mira a Lacase; el testigo denunció que Víctor “Chichino” Daniele, uno de los comensales del asado de la quinta de barrio Banda Norte, le advirtió a su hija Agostina: “Te va a pasar lo mismo que a Nora”. El testigo aclaró que “hubo una denuncia, le dieron botón antipánico a mi hija”. Víctor Daniele nunca fue imputado por esa supuesta amenaza.
La extensa declaración del testigo se dividió en dos etapas con un cuarto intermedio. Sin embargo, se notó, en los dos capítulos que Lacase hizo el juego que sabe hacer: acaparar la atención de los temas de su interés, como cuando habló de la presunta amenaza sufrida por su hija a mano de Daniele.
Pero también, como si estuviera recitando un libreto, Lacase recordó cómo se enteró de la muerte de Nora y cómo se lo comunicó a su amigo: “Estábamos con Macarrón en Punta del Este en un torneo de golf. Antes de entrar al puente de La Barra me llama quien entonces era mi pareja. Silvia (Magallanes) me llamó y me dijo que me aleje. Ahí me dijo: ‘Nora murió’. Marcelo se desencajó y nos abrazamos como cualquier persona que pierde a un ser amado”.
Contó que durante el viaje de diez horas en auto desde la costa uruguaya hasta Río Cuarto, el viudo viajó devastado; y que al llegar a la ciudad acompañó a su amigo a realizar los trámites legales. También declaró: “(El médico forense Martín) Subirachs le informó a Marcelo cómo fue el hecho (crimen de Nora) y le dijo que había sido una fiesta sexual, que habían encontrado vaselina y muchos fluidos”. Esa versión ya fue desmentida por el propio profesional, quién trabajó en la escena del crimen junto a los forenses Virginia Ferreyra y Guillermo Mazzuchelli.
¿Por qué Macarrón y Lacase apuntan contra Subirachs con esa frase que nunca pronunció? Para intentar voltear su trabajo científico, que pone a Marcelo Macarrón en el lugar y hora del asesinato, como autor material, no como instigador; tal lo investigado por el fiscal Daniel Miralles, el cuarto fiscal investigador, quién fue apartado del caso por una chicana judicial del abogado defensor Marcelo Brito.
El quinto fiscal del caso, Luis Pizarro, redireccionó la acusación y puso a Macarrón como el patrón que le pagó a un sicario para asesinar a Nora, la madrugada del 25 de noviembre de 2006, mientras él jugaba golf en Punta del Este.