Terminó el juicio por el femicidio de Nora Dalmasso y el crimen quedó impune. El fiscal Julio Rivero confirmó este martes que no hay elementos para acusar al único imputado de instigar el crimen, el viudo Marcelo Macarrón, quien estaba acusado del delito de "homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal".
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El debate oral, que comenzó el 14 de marzo último, se reanudó esta mañana tras el cuarto intermedio decretado el pasado 22 de junio y después que declararon de manera presencial 71 testigos. El acusado estuvo acompañado por Valentina y Facundo, sus hijos, junto con Juan Dalmasso, el hermano de Nora.
“No la mató Macarrón, ni la mató un sicario. La mató una sola persona. Un hombre conocido por ella que lo más probable es que la haya estado esperando. Acto seguido se produjo un acto sexual consentido. La sujetó con ambas manos, la dejó inconsciente, tomó el cinto, hizo doble nudo para asegurarse el resultado final. Luego la cubrió con las sábanas de los tobillos al abdomen, en señal de rechazo, de respeto, de pudor, de dejar un mensaje de que no la abusó”, afirmó el funcionario.
“¿Estoy obligado a mantener la acusación de Pizarro? Como fiscal no me puedo dejar llevar por cuestiones subjetivas ni emocionales. No puedo dictaminar cediendo a presiones mediáticas ni sociales. Debo evaluar la prueba de manera objetiva. Como fiscal no puedo torcer la voluntad de la prueba porque se me dé la gana. Debo decirles que como fiscal soy el abogado de la sociedad. no me autoriza a ser tan irresponsable, tan oportunista de acusar por que sí”, se justificó. El fiscal que instruyó el caso, Luis Pizarro, al elevar el caso a juicio, consideró que la madrugada del 25 de noviembre del 2006 el viudo "planificó dar muerte a su esposa por desavenencias matrimoniales y con la intención por parte de su/s adlater/es de obtener una ventaja, probablemente política y/o económica".
No obstante, el representante del Ministerio Público que debió respaldar con pruebas esa acusación en el juicio cuestionó duramente la investigación llevada a cabo y dijo que no tiene pruebas para pedir una condena.
De esta manera, el jurado popular, tal como dispone la ley, no podrá pasar a deliberar para llegar a un veredicto, ya que sin acusación fiscal no puede pronunciar una condena. En tanto, al no existir en este juicio una querella y, como el único impulsor de la acción penal -el fiscal-, desistió de acusar, el tribunal técnico solo podrá dictar un veredicto absolutorio. Esto dejará al caso impune porque, como ya que pasaron más de 15 años del asesinato, el asesinato prescribirá.
Irregularidades en el juicio: la prueba clave contra Macarrón que se desestimó en la causa
El entonces bioquímico policial, Daniel Zabala, había confirmado de la existencia de semen en el cuerpo de la víctima y afirmado que era de “linaje Macarrón”, para luego el FBI precisar que el ADN era específicamente del viudo. En este marco, cuestionó “qué motivo hay para desestimar una prueba de tal magnitud" y remarcó que "no hay antecedentes así”. En este sentido, sostuvo que la Justicia de Río Cuarto “quedará con una mancha” porque el asesinato quedará impune.
Zabala hizo referencia al último fiscal que instruyó el caso, Luis Pizarro, que desestimó la prueba genética que había usado su antecesor, Daniel Miralles, para acusar al viudo como autor del homicidio. Este último fue apartado del caso por pedido de la defensa de Macarrón, lo que sucedió en paralelo a su renuncia. Ya con la causa en manos de Pizarro cambió la hipótesis y Macarrón fue acusado de haber pagado a sicarios para que mataran a su mujer.
Pizarro afirmó que no hubo rastros de semen obtenibles en la escena del crimen y que Macarrón no estuvo en Río Cuarto la madrugada del 25 de noviembre de 2006. Sin embargo, en la etapa de instrucción y en el debate oral y público, testigos y documentos confirmaron que Marcelo Macarrón estuvo presente en el lugar del crimen al momento de ser ejecutada su esposa. Pero el fiscal Rivero se negó a recaratular la acusación.
En esta línea, afirmó que “analizados en totalidad los informes químicos y genéticos llevados a cabo en la causa, se entiende, primero, que no hubo hallazgo de semen en ninguna de las evidencias recolectadas y analizadas; segundo, que el perfil genético masculino [de Marcelo Macarrón] hallado en algunas de las evidencias resultó luego de pruebas o técnicas más específicas, de alta sensibilidad, y lo fue en escasa cantidad, o bajo número de copias”.
El lunes 14 de marzo pasado, cuando se inició el juicio contra el viudo de Nora Dalmasso, el fiscal Rivero tomó la acusación elevada por el fiscal de Instrucción Luis Pizarro, que puso sin ninguna prueba al traumatólogo Macarrón en el papel de marido infiel que pagó a un sicario para asesinar a su esposa para no repartir bienes, luego de que ella le dijera que quería divorciarse.
A lo largo del proceso, hubo testigos como el hermano de la víctima, Juan Dalmasso, que apuntaron al poderoso abogado Daniel Lacase, ex vocero del viudo como actor de relevancia en esta trama criminal. Algunas de las amigas que cenaron con la víctima horas antes de ser asesinada, también declararon que le temían a Lacase; todos testimonios que pusieron en duda la acusación del fiscal instructor Pizarro, que fue avalada por su colega de Cámara, Julio Rivero.