Caso Nora Dalmasso: la Justicia descubrió un ADN en una prueba clave y ahora investigan a un nuevo sospechoso

La Justicia de Córdoba reactivó la investigación para esclarecer el crimen ocurrido en noviembre de 2006. El sospechoso a partir del nuevo hallazgo ya fue imputado y prestó declaración indagatoria.

23 de diciembre, 2024 | 10.59

A 18 años del crimen de Nora Dalmasso, la Justicia de Córdoba reactivó la investigación tras el hallazgo de pruebas genéticas que involucran a un nuevo sospechoso en el asesinato de la mujer el 25 de noviembre de 2006 en el country Villa Golf de Rio Cuarto.

Según anunció la Unidad Fiscal Especial a cargo del fiscal Pablo Javega, “una persona de sexo masculino figura como aportante compatible con las huellas genéticas recolectadas en cinto de bata que fuera ubicado anudado en el cuello de la víctima y de vello secuestrado en zona inguinal de la misma”, detalla un comunicado del MPF cordobés publicado esta mañana. “Su nombre se conoce desde el inicio del expediente”, agregan fuentes judiciales.

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El comunicado indicó que este hombre ya fue identificado, imputado e indagado en el expediente, donde presentó un abogado defensor.

El nuevo hallazgo fue tras una colaboración entre el Ministerio Público Fiscal y el Centro de Genética Forense del Poder Judicial de Córdoba junto al National Center for Forensic Science, de la Universidad de Florida, Estados Unidos, además del apoyo del Ministerio de Justicia del gobierno de la Provincia de Córdoba.

Absolvieron a Marcelo Macarrón y el crimen queda impune

En julio de 2022, terminó el juicio por el femicidio de Nora Dalmasso y el crimen quedó impune. El fiscal Julio Rivero confirmó que no hubo elementos para acusar al único imputado de instigar el crimen, el viudo Marcelo Macarrón, quien estaba acusado del delito de "homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal".

No la mató Macarrón, ni la mató un sicario. La mató una sola persona. Un hombre conocido por ella que lo más probable es que la haya estado esperando. Acto seguido se produjo un acto sexual consentido. La sujetó con ambas manos, la dejó inconsciente, tomó el cinto, hizo doble nudo para asegurarse el resultado final. Luego la cubrió con las sábanas de los tobillos al abdomen, en señal de rechazo, de respeto, de pudor, de dejar un mensaje de que no la abusó”, afirmó el funcionario.

“¿Estoy obligado a mantener la acusación de Pizarro? Como fiscal no me puedo dejar llevar por cuestiones subjetivas ni emocionales. No puedo dictaminar cediendo a presiones mediáticas ni sociales. Debo evaluar la prueba de manera objetiva. Como fiscal no puedo torcer la voluntad de la prueba porque se me dé la gana. Debo decirles que como fiscal soy el abogado de la sociedad. no me autoriza a ser tan irresponsable, tan oportunista de acusar por que sí”, se justificó. El fiscal que instruyó el caso, Luis Pizarro, al elevar el caso a juicio, consideró que la madrugada del 25 de noviembre del 2006 el viudo "planificó dar muerte a su esposa por desavenencias matrimoniales y con la intención por parte de su/s adlater/es de obtener una ventaja, probablemente política y/o económica".

No obstante, el representante del Ministerio Público que debió respaldar con pruebas esa acusación en el juicio cuestionó duramente la investigación llevada a cabo y dijo que no tenía pruebas para pedir una condena.

Irregularidades en el juicio: la prueba clave contra Macarrón que se desestimó en la causa 

El entonces bioquímico policial, Daniel Zabala, había confirmado de la existencia de semen en el cuerpo de la víctima y afirmado que era de “linaje Macarrón”, para luego el FBI precisar que el ADN era específicamente del viudo. En este marco, cuestionó “qué motivo hay para desestimar una prueba de tal magnitud" y remarcó que "no hay antecedentes así”. En este sentido, sostuvo que la Justicia de Río Cuarto “quedará con una mancha” porque el asesinato quedará impune.

Zabala hizo referencia al último fiscal que instruyó el caso, Luis Pizarro, que desestimó la prueba genética que había usado su antecesor, Daniel Miralles, para acusar al viudo como autor del homicidio. Este último fue apartado del caso por pedido de la defensa de Macarrón, lo que sucedió en paralelo a su renuncia. Ya con la causa en manos de Pizarro cambió la hipótesis y Macarrón fue acusado de haber pagado a sicarios para que mataran a su mujer.

Pizarro afirmó que no hubo rastros de semen obtenibles en la escena del crimen y que Macarrón no estuvo en Río Cuarto la madrugada del 25 de noviembre de 2006. Sin embargo, en la etapa de instrucción y en el debate oral y público, testigos y documentos confirmaron que Marcelo Macarrón estuvo presente en el lugar del crimen al momento de ser ejecutada su esposa. Pero el fiscal Rivero se negó a recaratular la acusación.

En esta línea, afirmó que “analizados en totalidad los informes químicos y genéticos llevados a cabo en la causa, se entiende, primero, que no hubo hallazgo de semen en ninguna de las evidencias recolectadas y analizadas; segundo, que el perfil genético masculino [de Marcelo Macarrón] hallado en algunas de las evidencias resultó luego de pruebas o técnicas más específicas, de alta sensibilidad, y lo fue en escasa cantidad, o bajo número de copias”.

El lunes 14 de marzo de 2022, cuando se inició el juicio contra el viudo de Nora Dalmasso, el fiscal Rivero tomó la acusación elevada por el fiscal de Instrucción Luis Pizarro, que puso sin ninguna prueba al traumatólogo Macarrón en el papel de marido infiel que pagó a un sicario para asesinar a su esposa para no repartir bienes, luego de que ella le dijera que quería divorciarse.

A lo largo del proceso, hubo testigos como el hermano de la víctima, Juan Dalmasso, que apuntaron al poderoso abogado Daniel Lacase, ex vocero del viudo como actor de relevancia en esta trama criminal. Algunas de las amigas que cenaron con la víctima horas antes de ser asesinada, también declararon que le temían a Lacase; todos testimonios que pusieron en duda la acusación del fiscal instructor Pizarro, que fue avalada por su colega de Cámara, Julio Rivero.