Juan Dalmasso es el hermano menor de Nora Dalmasso y el único de la familia que en los 15 años que pasaron desde su asesinato hasta el juicio que está en curso reclamó Justicia por su hermana. Durante los primeros años iba todas las semanas a Tribunales a preguntarle al fiscal Javier Di Santo en qué andaba la investigación. Su mamá, Delia Grassi, conocida en Río Cuarto como “Nené”, había nombrado como abogado querellante a Diego Estévez, un ex juez federal que nunca hizo nada por conocer la verdad del hecho; lanzó teorías como la de un violador y fue sacado de la querella sin pena ni gloria. Estévez había sido conocido porque en una resolución como juez investigador de la voladura de la Fábrica Militar de Río Tercero (FMRT), había copiado la composición del trotyl del sitio El rincón del vago.
Cuando “Nené” Grassi despidió a Estévez como querellante, Juan Dalmasso siguió yendo, en soledad, al viejo edificio de Tribunales, frente a la iglesia San Francisco, en la esquina de Alvear y Deán Funes. Siempre recibía la misma respuesta: “Estamos investigando”.
Esta mañana, en el moderno Polo Judicial, Juan Dalmasso volvió a reclamar justicia por su hermana Nora, asesinada el 25 de noviembre de 2006 y por cuyo crimen está imputado el viudo Marcelo Macarrón, acusado de haberle pagado a un sicario para eliminarla mientras él jugaba golf en Punta del Este.
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Durante más de dos horas, Juan Dalmasso declaró como testigo, señaló que la investigación “desde el arranque tomó un mal camino” y que quedaron hipótesis sin ahondar. Cuando el fiscal de Cámara, Julio Rivero, le preguntó quién quedó sin investigar, Dalmasso no dudó: “No se investigó a (Daniel) Lacase”, apuntando contra el ex vocero del viudo.
Por caso, en julio de 2009, el fiscal Di Santo tuvo la posibilidad de comenzar a chequear los dichos del viudo sobre su estancia en Uruguay, pero esa vez Migraciones de Uruguay reveló que “no existen registros del ingreso ni egreso” de Macarrón al país vecino.
Recién en mayo de 2011, la Dirección de Migraciones de Argentina informó que “Marcelo Eduardo Macarrón ingresó a Uruguay el 23 de noviembre de 2006 a las 19 horas”. Y no hay fecha de egreso. ¿Qué pasó? El viudo regresó a Argentina en el automóvil donde también se conducía su amigo Daniel Lacase, quien notificó a las autoridades aduaneras argentinas quiénes eran sus acompañantes. Un trámite que levanta suspicacias.
La semana pasada, los hijos del acusado y de la víctima, Valentina y Facundo Macarrón también intentaron aliviar la situación de su padre frente a los tres jueces de la Cámara Primera del Crimen y los ocho jurados populares, al sembrar sospechas en sus testimonios y ante la prensa contra Miguel Rohrer, un agroempresario que vivió en Río Cuarto hasta fines de los ’90 y seguía yendo a esta rica ciudad cordobesa hasta meses después del crimen de Nora Dalmasso.
El monje negro del círculo rojo
La semana pasada, El Destape había adelantado en exclusiva que en Río Cuarto recordaban que hace cuatro años se habían sembrado sospechas sobre el abogado Lacase, el mismo que hoy señaló, sin mayores avances, el hermano de Nora Dalmasso.
Conectado al poder político local, provincial y nacional, Daniel Lacase es un abogado laboralista con buena llegada a los servicios de inteligencia.
A principios de los años ’90, una banda de militares extorsionadores amenazó con secuestrar y matar a los hijos de Daniel Lacase, quien había alcanzado a integrar la Secretaría de Lucha contra el Narcotráfico durante la presidencia de Carlos Menem, en tiempos que el organismo estuvo a cargo de Julio César “Chiche” Aráoz.
Lacase hizo dos cosas para salvaguardar la integridad de su familia: realizó la denuncia penal y paralelamente se comunicó con un viejo amigo, el abogado Horacio French, jefe de la Delegación Córdoba de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) y hombre de confianza de Hugo Anzorreguy, el Señor 5 de Carlos Menem.
French tuvo activa participación para desbaratar la banda integrada por Gerardo Capellino y Adalberto Díaz, dos suboficiales de la Fuerza Aérea que estaban apostados en la base aérea de Las Higueras, una localidad pegada a Río Cuarto.
Pese a que el caso estuvo silenciado por los medios cordobeses -no había redes sociales-, en los Tribunales de Río Cuarto, donde litigaba Lacase, el tema recurrente era la extorsión que estaba sufriendo el abogado. Incluso, en su denuncia penal, el ex funcionario menemista había señalado ante el fiscal Jorge Fantín que los delincuentes le reclamaban US$ 500 mil.
En 2018, el propio Lacase le contó la experiencia a la desaparecida Alcatraz Revista: “Yo en esa época ya había vuelto a Río Cuarto. Trabajaba con mi estudio y un día comienzo a recibir llamados donde me extorsionaban, me amenazaban, me daban datos puntuales de los movimientos de mi familia”.
Tras hacer la denuncia, el fiscal Jorge Fantín ordenó una investigación con agentes de la Policía Federal, bajo la coordinación de la Delegación Córdoba de la SIDE, que dirigía French. Fue así que se determinó que los llamados provenían de distintos teléfonos públicos de la ciudad.
“Recuerdo perfectamente como si fuera hoy: yo tenía tres hijos míos y mi pareja tenía un hijo. Los cuatro chicos eran menores de 10 años. Imagínese lo que pasa por su cabeza cuando un desconocido le dice “su hijo Fulano, acaba de salir de la Escuela X”. Vivimos momentos terribles. Ni bien me entrevisto con French, le cuento cómo eran los llamados que recibíamos, eran prácticamente órdenes que nos impartían. Tras escucharme, tomó nota y no dudó, me dijo: “Son policías o militares”; y estaba en lo cierto, eran suboficiales de la Fuerza Aérea”, señaló Lacase.
El operativo dispuesto por French posibilitó dar con los delincuentes cuando estaban realizando uno de los llamados a la vivienda de las víctimas. Capellino y Díaz, los suboficiales que operaban en la base aérea Las Higueras fueron condenados posteriormente por extorsión.
Una factura a cobrar
Un mes antes de que Nora Dalmasso fuera asesinada, se echó a correr en Río Cuarto un rumor: habían visto a la mujer con un amante en un spa cerca de Villa Carlos Paz, a 200 kilómetros de Río Cuarto. El bulo aseguraba que la pareja incluso había sido fotografiada por el detective contratado por el esposo Marcelo Macarrón. Rápidamente en el círculo de los ricos y poderosos de Río Cuarto le pusieron nombre al amante de Nora: Rafael Magnasco, un abogado que ocupaba un puesto en la tercera línea de la Secretaría de Seguridad de la Provincia que dirigía el riocuartense Alberto Bertea.
Horas después de que Nora fuera encontrada por su vecino Pablo Radaelli en su chalé de la Calle 5 al 627 de barrio Villa Golf, el fiscal Javier Di Santo imputó a Magnasco por el delito de homicidio en sospecha leve.
¿De dónde salió el rumor que Nora y Magnasco eran amantes? Fue una vieja factura por cobrar entre el vocero del viudo, Daniel Lacase, y el entonces secretario de Seguridad, Alberto Bertea.
Entre 1999 y 2004, el ex rector de la Universidad Nacional de Río Cuarto (UNRC), el ingeniero Alberto Cantero gobernó Río Cuarto, la segunda ciudad de la provincia de Córdoba. El peronismo llegaba al poder, bajo los vientos del delasotismo que habían llegado a Córdoba el 12 de julio de ese año, cuando José de la Sota asumió el poder.
Cantero nombró como presidente de la sociedad mixta Frigorífico del Sur a Alberto Bertea; y como gerente quedó Daniel Lacase. Bertea, además estaba a cargo del Mercado de Abasto de la ciudad.
En plena crisis de la Alianza de Fernando de la Rúa, Río Cuarto no fue ajena y las finanzas municipales hicieron agua.
En el Frigorífico del Sur además llegaron denuncias por facturas truchas, incumplimiento de contratos, falta de crédito y escasa productividad. El intendente Cantero le exigió explicaciones a Bertea y el presidente de la sociedad mixta le apuntó los cañones al gerente Daniel Lacase. El abogado y ex funcionario menemista fue obligado a renunciar. Finalmente, en 2003, Bertea también se fue del municipio, arrastrado por el escándalo del Frigorífico del Sur.
Quienes conocen la interna peronista de Río Cuarto aseguraron que Daniel Lacase juró vengarse de Alberto Bertea. La hora llegó a fines de 2006, cuando Magnasco, que dependía de Bertea, fue señalado como amante de Nora Dalmasso y tras su trágica muerte, como su matador durante un juego íntimo: la hipoxia sexual. El 13 de diciembre de 2006, 18 días después del crimen, el gobernador José de la Sota le exigió la renuncia a Bertea como secretario de Seguridad.
Detrás del crimen
Pero en 2018, 12 años después de que Nora Dalmasso fuera asesinada en su chalé de Villa Golf, nuevamente se sembró la sospecha sobre Daniel Lacase: antes de la feria judicial de invierno, el ex vocero de Macarrón comenzó a ser señalado en Río Cuarto como un nuevo imputado por el crimen.
Tres testigos que ya habían declarado reiteradamente ante los fiscales Di Santo, Fernando Moine, Marcelo Hidalgo y Daniel Miralles declararon a mediados de 2018 ante el quinto fiscal Luis Pizarro, que durante ese fin de semana trágico el ex vocero del viudo Macarrón retiró de una cuenta en Uruguay 20 mil dólares. Y que se los habría entregado a un hombre de Río Cuarto para que lo guardara en su caja fuerte de Punta del Este. Ese mismo testigo también ya había declarado en la causa que Macarrón estaba más preocupado por determinar cómo sería la sucesión de los bienes de Nora Dalmasso, que en descubrir quién la había asesinado. Otro testigo también declaró que “Marcelo Macarrón y Nora Dalmasso eran testaferros de Lacase”.
Las operaciones se transmitieron a través de La Voz del Interior y de Cadena 3. Entonces, el 30 de octubre de ese año, Lacase decidió presentarle al fiscal Pizarro un escrito de cinco fojas donde se pone a disposición de los investigadores, a la vez que solicita “el mantenimiento de mi libertad”, ante el temor de ser imputado y detenido como señalaron los corrillos y algunos medios. Lo patrocinaron los abogados Jorge Valverde y Justo Casado.
Luego de acompañar a Lacase a Tribunales, el mismo martes 30, el abogado Justo Casado declaró: “La prensa no miente, oficia como árbitro. Y acá la prensa le puso nombre y apellido a un rumor que no sabemos de dónde salió. Y no fue un solo medio que publicó el nombre de Daniel Lacase. Si el fiscal de la causa, Pizarro no lo nombró. Si el fiscal General, (Alejandro) Moyano, habló de novedades en la causa de la señora Dalmasso; pero tampoco dio nombres propios. ¿Quién filtró a la prensa el nombre de Daniel Lacase? Mi colega está lastimado en su buen nombre y honor, hace semanas que en el microcentro de Río Cuarto, en Tribunales y los alrededores de la plaza Roca se lo sindica como el próximo imputado de la causa. Por esa razón, esta defensa le sugirió que se presente ante la Justicia para ser investigado. El ciudadano Daniel Lacase no tiene nada que ocultar”.
Esta mañana, Juan Dalmasso, el hermano de Nora, volvió a poner a Daniel Lacase en el centro de la escena.