El femicidio de María Soledad Morales, hace más de 34 años, marcó un antes y un después para la sociedad argentina al exponer un entramado de corrupción y el encubrimiento político en la provincia de Catamarca. Por el crimen, solo hubo dos condenados que ni siquiera cumplieron la pena completa: Guillermo Luque y Luis Tula. Qué es de su vida.
El 8 de septiembre de 1990, María Soledad fue violada y brutalmente asesinada en Catamarca. Por el femicidio, que en aquel momento intentó definirse como “crimen pasional”, sólo hubo dos detenidos y varios involucrados, hijos del poder que salieron completamente airosos. El caso tuvo una amplia repercusión a nivel nacional y terminó con la renuncia del entonces gobernador de Catamarca, Ramón Saadi.
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Cómo fue el femicidio de María Soledad Morales
María Soledad tenía 17 años y planeaba irse de viaje de egresados con sus compañeras de 5º año. Para eso, sus amigas habían organizado una fiesta el 7 de septiembre con el objetivo de recaudar fondos y ayudar a quienes, como ella, no podían pagar el viaje. La joven participó en la puerta del baile vendiendo entradas y le dijo a su mamá que después de la fiesta se iba a dormir a lo de una amiga pero, en realidad, había quedado en verse con Luis Tula, un hombre más grande con quien ella tenía una relación romántica hacía un tiempo. Tula debía pasarla a buscar al finalizar el baile para irse juntos. Sin embargo, pasó por el lugar antes de lo acordado y canceló el plan.
Entonces, al terminar la fiesta la adolescente se fue a la parada a esperar el colectivo, pero mientras esperaba pasaron cuatro hombres en un auto, Luis Tula y tres chicos más que la llevaron a Clivus, otro boliche más alejado. Entre ellos estaban los denominados “hijos del poder”: Guillermo Daniel Luque, hijo del entonces diputado nacional Ángel Luque; el hijo y los sobrinos de José Jalil, el entonces intendente de la capital provincial, y el hijo del jefe de la policía provincial.
El 10 de septiembre, tres días después, el cuerpo de María Soledad fue encontrado desfigurado y semidesnudo junto a la ruta Nº 38, a seis kilómetros del centro de San Fernando del Valle de Catamarca. Se pudo establecer tras la autopsia que la joven fue drogada, violada en reiteradas ocasiones y luego asesinada. Su cuerpo presentaba altas dosis de cocaína que no podrían haber sido inhaladas de manera voluntaria, además le faltaba parte del cabello, las orejas y un ojo.
La investigación estuvo plagada de inconsistencias e irregularidades. El presidente de ese entonces, Carlos Saúl Menem, ordenó la intervención federal en los tres poderes de la provincia y el entonces gobernador de Catamarca, Ramón Saadi, fue desplazado. En 1994 la causa se elevó a juicio y en febrero de 1996 comenzó el debate oral, que fue televisado. La cantidad de inconsistencias que se dieron a lo largo de las audiencias derivaron en la anulación del debate. Recién en 1997 se ordenó un nuevo juicio cuyo veredicto se conoció en febrero de 1998. Guillermo Luque y Luis Tula fueron condenados a 21 y 9 años de prisión respectivamente.
Qué es de la vida de Guillermo Luque, uno de los condenados del caso María Soledad Morales
En el juicio de 1997, cuyo veredicto se conoció en 1998, se estableció que Luis Tula, quien María Soledad consideraba su novio, entregó a la joven a Guillermo Daniel Luque, hijo del entonces diputado nacional Ángel Luque fallecido en 2011, y sus amigos para drogarla, violarla y asesinarla. Si bien se estableció que él fue el autor material del crimen, que todavía no se podía considerar femicidio porque no existía ese término, los demás involucrados quedaron fuera de la causa. Ni Luque, ni Tula cumplieron la condena completa.
Específicamente a Luque, hoy de 58 años, le dieron 21 años de prisión el 28 de febrero de 1998 por la "violación seguida de muerte agravada por el uso de estupefacientes" de María Soledad, pero estuvo preso solamente 14 años, salió de la cárcel de Catamarca en abril de 2010 bajo libertad condicional por "buena conducta". La última información que se conoció de él fue consignada por Clarín en 2020 y es que todavía vive en el centro de Catamarca, tuvo un hijo y se mantiene con las rentas de las propiedades que le dejó su familia.