El periodista Martín Candalaft denunció que recibió una amenaza luego de publicar una nota sobre Nicolás Pachelo, principal acusado del crimen de María Marta García Belsunce. La fiscalía del tercer juicio por el asesinato de la socióloga en 2002 planteó ante el Tribunal en lo Criminal Nº 4 la situación y pidió llamar a Candalaft como testigo.
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Sin embargo, el TOC 4 rechazó el planteo de la fiscalía al entender que el tema no está directamente vinculado a lo que se trata en el debate por este homicidio, y que lo que correspondía es que el periodista, que trabaja en el sitio Infobae, fuera a hacer la denuncia penal por amenazas a la fiscalía.
Fuentes judiciales confirmaron a Télam que este mediodía el periodista, que está acreditado en el juicio para cubrir el caso García Belsunce, se dirigió a la Fiscalía General de San Isidro, ubicada a la vuelta del edificio judicial donde se hace el juicio, para radicar allí formalmente la denuncia.
"No dejan de sorprendernos las cosas que ocurren", dijo el fiscal general adjunto de San Isidro, Patricio Ferrari, al referirse a que pese a que el tribunal ordenó el miércoles pasado el secuestro del celular del imputado por el uso en redes sociales que hacía de él, la cuenta de Instagram de Pachelo sigue activa. “Después de la incautación, el señor Pachelo continuó con la lógica de desoír las palabras del tribunal generando un ‘consultorio de preguntas’, donde no sabemos quién continúa respondiendo a los usuarios de esa red”, agregó.
Cuáles fueron las supuestas amenazas al periodista
El periodista de Infobae Martín Candalaft publicó el jueves por la noche una nota sobre el Instagram de Pachelo en donde se refirió a una de las preguntas que contestó el acusado a sus seguidores. “¿Cuál era tu relación con los vigiladores del country?”, preguntó un seguidor. La respuesta fue contundente: “Absolutamente, ninguna”.
Candalaft explicó que por más que el acusado negara cualquier relación con los vigiladores del country Carmel, uno de los empleados de seguridad ya había declarado en este juicio que les solía regalar “choripanes”.
Esta madrugada, según su relato, recibió un llamado intimidatorio. A eso de la 1 de la mañana, cuatro horas después de la publicación de la nota, atendió su celular y del otro lado la persona se mantuvo en silencio unos segundos. Luego, una voz femenina le dijo: “Hola pibe, tengo un kilo de chorizos para venderte, ¿vas a querer? Cuidado”.