En una nueva jornada por el tercer juicio por el crimen de María Marta García Belsunce, se conocieron los resultados de tres pericias psicológicas y psiquiátricas que concluyeron que Nicolás Pachelo (46), principal imputado, tiene una personalidad "psicopática y narcisista" que se ajusta a la del autor de un homicidio similar al ocurrido en El Carmel de Pilar.
Agencia Télam accedió a los tres informes, todos ellos elementos claves con los cuales los fiscales que llevan adelante la acusación en el juicio buscan que el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) Nº 4 de San Isidro condene al exvecino de María Marta como autor del asesinato ocurrido en el 2002.
El fiscal general adjunto de San Isidro, Patricio Ferrari, expuso el pasado 13 de julio y utilizó una de las seis balas para hablar de la personalidad de Pachelo. "Su perfil de psicópata con necesidad de control, dominio y triunfo sobre el hecho mostrarán a todas luces un comportamiento plenamente coincidente con el responsable del crimen", explicó.
Cabe recordar que, en su requerimiento de septiembre de 2018, los fiscales de Pilar Andrés Quintana (también participa del debate actual) y María Inés Domínguez (fallecida) también mencionaron estas pericias sobre su personalidad como claves en la causa que llevaban adelante.
El primero de los informes fue realizado en 2015, a medido de los fiscales Leonardo Loiterstein y Daniel Márquez. Fue realizado por dos expertas en criminología y análisis del comportamiento de la Delegación Mar del Plata de la Policía Científica, María Eugenia Cariac y Liliana Patricia Rodríguez, que concluyeron que Pachelo "reúne todas las características de personalidad" que poseería el autor material del crimen.
"Sus características de personalidad psicopáticas y narcisistas permiten inferir que ante un mínimo estímulo podría reaccionar desproporcionadamente con lo cual no se requiere un gran motivo para el pasaje al acto, siendo en estos casos suficiente la oportunidad (ver sola a la víctima) más un mínimo gesto que atente contra su narcisismo".
"Sus conductas en los días subsiguientes (concurrir a la estación de servicios a leer los diarios, comentarios contradictorios realizados en relación al hecho, etc.) resultan asociables a la necesidad de control y defensa".
Más allá de que el resultado del ADN haya dado negativo y sea "significativo", Cariac y Rodríguez remarcan que no lo excluyen de la escena. "Considerando que en virtud de la dinámica del hecho, la mayor cantidad de indicios podrían haber quedado en el cuerpo y prendas del autor (por contacto y movilización posterior del cuerpo) y no tanto en la escena, máxime considerando las alteraciones de la misma por limpieza y excesivo tránsito de personas", resaltan.
El segundo informe se realizó en el 2018, mientras estaba imputado en la causa por los fiscales Quintana y Domínguez. Lo llevó a cabo la médica psiquiatra Liliana Graciela Varela, de la Asesoría Pericial San Isidro y sostuvo: "Presenta una personalidad con rasgos psicopáticos, no manifestando autocrítica ni sentimientos de culpa en relación a conductas pasadas. Nos encontramos frente a un sujeto que presenta una capacidad y funcionamiento cognitivo adecuado pero una modalidad de intercambio con el entorno de características desadaptativas, con dificultades sostenidas para ajustarse a las normas".
"Este proceso se expresa a través de los conflictos acontecidos en el ámbito académico en su adolescencia y que implicaron dos expulsiones, así como los antecedentes de robo en la adultez".
El último informe fue realizado en 2004, durante la instrucción de la causa en la que Pachelo terminó condenado por una serie de robos en casas de amigos y conocidos. Fue realizado por una psicóloga del Cuerpo Médico Forense (CMF) dependiente de la Corte Suprema, María Elena Chicatto. "El examinado detenta un trastorno psicopático de personalidad, lúcido e inteligente. Mecanismos de dominio, control y conducta reiterativa en contextos compatibles con la conducta investigada", sostiene.
"Implementa mecanismos defensivos de tinte disociativo, negador, oposicionista, con marcado componentes de agresividad, omnipotencia de pensamiento y control de las situaciones que lo involucran. Tendencia a conductas de acción de tinte transgresor, con una velada actitud de dominio, control y triunfo en contextos compatibles con la conducta que se investiga".
"Ansiedad persecutoria de alerta y rigidez constante, aportando respuestas escuetas con escaso compromiso personal. Las tendencias detectadas a través de las técnicas proyectivas se convalidan con los testimonios que surgen de las actuaciones judiciales remitidas".