Tras varios días de búsqueda, el miércoles se paralizó la provincia de Tucumán: en medio de un rastrillaje, se hallaron restos óseos que podrían pertenecer a Benjamín Gutiérrez, el niño de tres años que se encuentra desaparecido mientras la investigación, con sus padres como principales sospechosos, sigue su curso. Según informaron medios provinciales, dichos restos estaban cerca de una laguna, envueltos en una bolsa, "semi-enterrados", a 1.5 kilómetros de su domicilio. Tras ello, la jueza dictó la prisión preventiva para su padre Jorge Lucero (47) y su madre, Romina Gutiérrez (30), imputados por el delito de "homicidio y lesiones leves agravados por el vínculo" en perjuicio del menor y sus dos hermanos. La querella difiere solo en que las lesiones son consideradas como graves ya que implementaron "machetes y látigos" y se sostuvo en el tiempo.
La preventiva por seis meses fue una solicitud presentada por el fiscal de la causa, Miguel Varela, frente al riesgo de fuga y de entorpecimiento que puede conllevar que ambos estén libres mientras se lleva a cabo la pesquisa. A su vez, en sus argumentos, señaló que se trata de "tres víctimas vulnerables" y necesitan una protección específica ante el sometimiento que atravesaron a lo largo de su vida. Si bien la magistrada Elena Grellet hizo lugar al pedido, ante la oposición de la defensa de la madre, representada por el defensor oficial Carlos País, disminuyó su tiempo de cárcel. En contraparte, el representante de Lucero, Carlos Di Santolo, aceptó los cargos.
De esta manera, la Justicia de Tucumán dictó la prisión preventiva por seis meses para Jorge Luis Lucero, en calidad de "autor" del delito y por tres meses a Romina Gutiérrez, como "partícipe secundario" del hecho, a pesar de que la Fiscalía pidió medio año para los dos padres. El primero se aloja en la Unidad N° 3 de Concepción mientras que la segunda, en la Unidad Carcelaria de Mujeres N° 4 de Rio Salí. Ambos se mantienen aislados, para protegerlos de los demás presos.
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Las imputaciones son dos: en primer lugar, ambos están acusados de lastimar a sus hijos con "objetos contundentes y causarles lesiones" y luego, en un día todavía no especificado, tras un enojo de Lucero con su hijo, golpeó a Benjamín con un bloque en la cabeza y lo mató; ante esto Gutiérrez envolvió el cuerpo y se lo entregó para que sea abandonado. En la misma audiencia, la Fiscalía informó que el luminol reaccionó a uno de los bloques secuestrados de la casa; es decir, que existe la posibilidad de que posea restos biológicos.
La jueza Grellet consultó a los sospechosos si querían declarar pero ambos se abstuvieron. En la misma audiencia, la Fiscalía dio detalles de las diferentes heridas que tenían sus otros dos hijos. El niño de 8 años rescatado poseía cerca de 10 (sumando antecedentes de bronquitis, infecciones y otros) y la niña de 4, mostró cicatrices más recientes. Alli fue cuando la magistrada señaló que no se califica "lesiones graves" ya que para ellas es necesario observar el tiempo de recuperación y el dato -al menos por ahora- no está en la causa, pero puede modificarse en un futuro.
Qué dice el informe de autopsia preliminar
En relación al informe de autopsia preliminar, según pudo conocer El Destape, se confirmó que se trata de "restos humanos esqueletizados, con pérdida prácticamente total de partes blandas y demás estructuras, solo permanece parcialmente articulada la extremidad cefálica que conserva adherida parte de la cabellera" mientras que manifiesta que "el resto de los elementos óseos han perdido las estructuras ligamentarias que mantienen la correlación anatómica".
Asimismo detalla la Fiscalía que la "inmadurez ósea observada", las dimensiones de las piezas y de la dentadura, indica que los restos hallados pertenecen a un infante con una edad probable que oscila entre los 2 y los 4 años de edad. Por otra parte, en relación a las posibles causales de muerte, a nivel radiológico y ante el exámen macroscópico de los restos, añaden que "hay alteraciones menores de la estructura del cráneo que podían corresponderse con lesiones sospechadas de traumatismo de cráneo" y en consecuencia, determinar "elementos fisiopatológicos" que habrían desencadenado su muerte.
Por último, se destacan otras lesiones en el resto de los elementos de prueba. "Se puede establecer que hay, al menos, tres lesiones costales asociables a fracturas a nivel de los arcos costales izquierdos, con signos de consolidación ósea que dan cuenta de una presencia de traumatismo de tórax de antigua data. Además se encuentran otras lesiones como una fractura en el fémur izquierdo, también consolidada, con superposición de los extremos implicando que la fractura -robablemente- fue dejada a su natural evolución sin tratamiento médico", enumera la auxiliar fiscal María Elena López en la última audiencia. Resta someter los restos a muchos estudios y conocer los resultados de arqueología forense y los genéticos para tener una confirmación definitiva sobre si se trata o no de Benjamín.
La cronología del caso
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Denuncia por su desaparición
Todo comenzó cuando la periodista local Mariana Romero dio a conocer que un niño se encontraba desaparecido en la provincia. El 20 de febrero, su abuela paterna Mercedes Luna (67) radicó la denuncia en la Comisaría 2a de Tucumán debido a que su nieto Benjamín no aparecía y los padres brindaban "respuestas evasivas" cuando consultaba por su ausencia. Según explicó, como vivían en Atahona -a 80 kilómetros de la capital provincial- y ella reside en Taquello, departamento de Burruyacu, a una distancia superior a los 90 kilómetros, no los veía con asiduidad. Además, cambiaban de domicilio continuamente.
Sus nietos solían visitarla, hasta que Benja no fue más. Lo vio por última vez en el 2021, cuando tenía un año y medio y aseguró que el nene tenía la cabeza lastimada, pero los padres argumentaron que se había golpeado solo. Si bien mantenían comunicación, por medio de mensajes o videollamadas de WhatsApp, no supo más de él desde principios del 2023. Tanto Lucero como Gutiérrez se excusaban continuamente y hasta le mandaban "las mismas fotos" cuando pedía verlo, razón por la cual le surgieron dudas y decidió presentarse ante la policía local.
Tan solo tres días más tarde, la denuncia fue ampliada por la abuela materna, Mónica Gariulo (48) -quien vive en Las Talitas, Tafí Viejo- ya que observó una "actitud sospechosa" por parte de su hija: fue de visita a su domicilio con sus otros dos hijos y cuando le consultó por Benjamín, mintió en su relato diciendo que estaba con el padre y luego que estaba con una vecina. Horas más tarde, Mónica denunció la desaparición de Romina, preocupada por la forma en que se fue de su casa.
La fiscal Mariana Rivadaneira se hizo cargo de la investigación y expuso diversos hechos llamativos que fueron replicados por el medio La Gaceta. En primer lugar, que la abuela materna (Luna) se encontraba criando al hermano mayor de 10 años -de una pareja anterior, padecía autismo y casi se muere ahogado al año de vida-; en segundo punto, que los padres tenían problemas de consumo de drogas y no tenían ingresos, por lo que vivían en el medio del campo; también que el padre se encontraba detenido preventivamente por violencia de género y por último, el punto clave que genera un giro en la causa, que otro hijo de la pareja falleció al año de vida en el 2018 (NdR: dicha causa será reabierta por la Fiscalía y se investigará la muerte del bebé llamado Rodrigo). Si bien la autopsia marcó que murió por "broncoaspiración", presentaba lesiones compatibles con maltratos "de vieja data". Esto último fue aportado por el fiscal Jorge Carrasco, a cargo de la causa anterior, archivada por no observar datos de una "muerte violenta".
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Sospecha de posible filicidio: entrevistas y rastrillajes
Frente al último dato mencionado, la investigación pasó a manos de la Fiscalía de Homicidio y Graves Atentados contra las Personas del Centro Judicial de Concepción, a cargo Miguel Varela. La Justicia, al no tener noticias de Benjamín, decidió realizar diversas entrevistas por la zona y ante la consulta a los dos principales sospechosos, ambos padres negaron la existencia del niño. "'Benjamín no existe, se están confundiendo con mi otro hijo que murió hace seis años', dijo la madre. Y el padre dijo exactamente lo mismo", señaló a Infobae el abogado de las abuelas, Álvaro Zelarayán. Esto fue rápidamente desmentido por Maternidad y el Registro Civil de Tucumán, que confirmaron su nacimiento el 6 de julio del 2020.
A partir de esta acción, la Justicia ordenó rescatar a los tres hijos que tenían en común y se encontraban del domicilio ubicado en Atahona pero la acción fue tardía: al llegar la policía, solo estaban los niños de 4 y 8 años, en malas condiciones de higiene y hambre. "Falta uno, falta el bebé", dijeron las abuelas. Luego de horas de silencio, los hijos rescatados confirmaron a sus abuelas que ambos padres les dijeron que Benjamín estaba muerto. Fue el mayor quien detalló que "le vivían pegando porque hacía mal las cosas" y que en una ocasión, Lucero se enojó con él porque no podía mover un bloque de cemento, entonces "le pegó una cachetada, cayó al suelo y le partió un bloque en la cabeza".
Cuando presentó la grabación de los niños a la Policía, los efectivos se acercaron al domicilio y Romina Gutiérrez modificó su relato, asegurando que su hijo "existía" pero que desconocía su paradero, dando a entender que su pareja "lo regaló". La duda de la Fiscalía, en relación a su discurso, se basó en que la madre no hizo la denuncia de la desaparición de Benjamín, cuando su pareja estaba detenida -desde el 8 de enero, por una golpiza que le propició luego de haber sido condenado en 2016- y no podía lastimarla. Seguido de esto, también pasó a ser investigada en la causa todavía caratulada como "desaparición".
En este período, la mujer no fue citada a declarar y su relato ante la policía está en la causa. Seguido de ello, el 2 de marzo, solicitaron una Cámara Gesell y el secuestro de celulares que no tuvo respuesta hasta la semana pasada. El miércoles 20 de este mes, la Justicia entrevistó a los niños y rescataron dos conclusiones: que vivían en un contexto de "violencia tremendo" y que ambos pudieron relatar el suceso donde vieron por última vez a su hermano menor. Según indicó la periodista, el abogado de las abuelas confirmó que ambos niños refirieron -nuevamente- que su hermano se encontraba sin vida.
En este contexto, la hipótesis del fiscal es que podía tratarse de un posible filicidio (NdR: muerte del propio hijo por parte del padre o la madre) y que el episodio ocurrió entre julio y diciembre del 2023, sin más precisiones. Por eso, el 25 de marzo pasado, estableció una serie de disposiciones: la prorrogación de la preventiva a Lucero, que se informe a Gutiérrez que era investigada, preservar el lugar del hecho, la custodia de los dos niños a las abuelas y pedir ayuda a grupos especializados para la búsqueda del niño. Previo a ello no se realizaron allanamientos para secuestrar el bloque de cemento o la manta, rastrillajes o métodos de búsqueda ni aprehensiones o formulación de cargos.
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Rastrillajes y hallazgo de restos óseos: esperan por los resultados
A partir del 27 de marzo, la investigación se activó y se llevó a cabo un operativo de búsqueda en un monte lindero a la vivienda donde participaron peritos, efectivos de la policía local, bomberos y el Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) del Ministerio Público Fiscal junto a canes en búsqueda de restos humanos que dieron negativo. En ese operativo, que se reanuda el miércoles 28, hallan una bolsa con restos óseos "compatibles" con los del niño desaparecido, enrollados en una sábana de Pókemon, "semi-enterrado". Es en ese momento cuando la causa cambia su carátula a "posible homicidio".
Por otra parte, se realizó el allanamiento a la vivienda donde secuestraron material compatibles a los hechos denunciados -maltrato infantil, lesions agravadas por el vínculo y la desaparición de Benjamín- por ambas abuelas como un látigo, un colchón, prendas de vestir con sangre y el celular de Romina Gutiérrez.