La Justicia de Córdoba agravó la imputación de los tres detenidos por el brutal crimen de Aralí Vivas, elevando el delito de "homicidio simple en carácter de coautores" a "homicidio calificado por el vínculo". De esta manera, en caso de que todos ellos sean condenados por el homicidio, podrían recibir prisión perpetua. Al mismo tiempo, el fiscal Oscar Gieco dispuso que los implicados sean indagados nuevamente el próximo viernes a través de plataformas virtuales.
Cabe recordar que, hasta el momento, se encuentra detenido el padrastro de la pequeña, Ezequiel Simeone (33) y uno de sus amigos Cristian Hernán Varela (40) –ambos imputados por el homicidio en carácter de coautores– y su mamá, Rocío Milagros Rauch considerada como "partícipe necesaria" del crimen. En el caso de la mujer, la Fiscalía no puede comprobar que haya sido testigo o participado en el homicidio; incluso, con las pruebas recolectadas hasta el momento, no habría estado en el domicilio cuando ocurrió. De todas maneras, es considerada "partícipe necesaria" ya que consideran que no protegió a la niña.
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En la investigación se indica que existieron llamadas telefónicas entre los tres acusados detenidos tanto antes como después del asesinato, entre la 1 y las 6 de la madrugada. Más allá de esto, no se encontraron mensajes de WhatsApp ya que los celulares peritados no poseen con dicha aplicación de mensajería. Asimismo, al fundamentar la agravación de la imputación de los tres detenidos, el fiscal Gieco se basó en testimonios de vecinos y familiares; quienes en reiteradas ocasiones sostuvieron que la niña era víctima de repetidos abusos.
El caso de Aralí Vivas
Según el informe forense, Aralí murió cerca de la medianoche del viernes 1° de noviembre. Las cámaras de seguridad fueron claves para rastrear los movimientos de los detenidos el día de los hechos: Varela llegó al domicilio el viernes a las 21.16; posteriormente, ambos realizaron varias idas y venidas y finalmente, el padrastro de la menor (Simeone) retornó al domicilio a las 3.27 de la madrugada del sábado.
Los movimientos se mantuvieron durante la jornada del sábado. Simeone salió de la vivienda durante el mediodía, con otros dos menores, a quienes llevó a una plazoleta cercana y regresó a las 13.46; segundos más tarde, se produjo el incendio. Vecinos dieron aviso a los bomberos y minutos más tarde, lograron controlar las llamas pero en la inspección, hallaron el cuerpo de la pequeña. "No se puede afirmar que los menores hayan sido testigos del crimen", dijo el fiscal pero sí confirmó que estuvieron presentes en el lugar ya que tras la Cámara Gesell, la hermana de la víctima contó que intentó despertar a Aralí pero no pudo obtener respuesta y la dejó, porque pensó que dormía.
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En medio del proceso, la Defensora de la Niñez de la provincia Amelia López cuestionó al fiscal por difundir "datos sensibles" del caso y apuntó contra diversas frases del Dr. Gieco, cuando -por ejemplo- reveló que presentaba "lesiones compatibles con abuso sexual". La presunción es que Aralí fue abusada y asesinada y que, luego, los autores del crimen prendieron fuego la casa para intentar tapar la causa de muerte. La autopsia reveló que sufrió traumatismo craneal y no se encontraron rastros de que hubiera fallecido producto del incendio.
Por su parte, el fiscal aseguró que posee el "apoyo total" del fiscal general Delgado y que nunca utilizó el nombre de la menor para referirse a la investigación. "Era costumbre abusar de esa niña", confesó uno de los detenidos. Seguido de ello, luego de la autopsia, se reveló que existían signos de abuso en su cuerpo. Por esa razón, la hipótesis es que "mataron para tapar un delito precedente".