¿Qué va a pasar con el carnaval 2024 en CABA?

Esta semana hubo una asamblea entre las murgas y el gobierno de la Ciudad para saber el futuro del carnaval 2024 en CABA. Qué dicen desde la Ciudad y qué esperan los organizadores del corso sobre la festividad y los feriados de febrero. Acuerdo para su realización, pero con ciertas modificaciones, los ejes de la reunión.

18 de enero, 2024 | 13.33

A menos de un mes de los feriados de Carnaval 2024 y luego de una campaña de fake news que anticipaba la cancelación del tradicional festejo por falta de presupuesto, las más de 100 murgas del circuito porteño confirmaron la realización de los corsos en las plazas, parques, calles, polideportivos y anfiteatros de los distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires.

La noticia se confirmó luego de una reunión en la Usina del Arte de los delegados de las murgas con la nueva gestión del Gobierno de la Ciudad, encabezada por la subsecretaria de Gestión Cultural, Alejandra Cuevas. A través de un comunicado oficial se precisó que “desde las 19 y hasta las 2 de la madrugada los sábados y feriados, y hasta la medianoche los domingos y martes de carnaval, vecinos y vecinas, familias, jóvenes, niños y niñas podrán disfrutar de las agrupaciones artísticas de carnaval, las grandes protagonistas de esta fiesta callejera, barrial y gratuita, desplegando su brillo y su magia a través del baile y el canto al compás del bombo con platillo”.

Desde el Ministerio de Cultura porteño, por su parte, elogian el trabajo articulado con el colectivo y confirman que el objetivo es garantizar la participación de todas las murgas del circuito oficial. La definición de las locaciones se realizará con el Ministerio de Seguridad, el Ministerio de Espacio Público e Higiene urbana, y las Comunas, basándose en dos premisas: “Garantizar la buena convivencia con los vecinos de la ciudad” y “reducir los cortes de calle”. Juan Bautista Canavesi Sosa, responsable del área y nexo entre la Subsecretaria y los corsos, manifestó: “Tanto desde la comunidad del Carnaval como desde el Gobierno de la Ciudad, tenemos absolutamente interés que el Carnaval salga lo mejor posible como todos los años, sobre todo porque es un programa que existe por Ley, es parte de la identidad de la Ciudad y todos los años tiene que lograr salir de la mejor manera posible”.

"Tanto desde la comunidad del Carnaval como desde el Gobierno de la Ciudad, tenemos absolutamente interés que el Carnaval salga lo mejor posible como todos los años, sobre todo porque es un programa que existe por Ley, es parte de la identidad de la Ciudad y todos los años tiene que lograr salir de la mejor manera posible”.

Más allá de la confirmación, desde las murgas porteñas entienden que la convocatoria de la actual gestión fue tardía teniendo en cuenta que históricamente la preparación de los festejos comenzaba alrededor de agosto o septiembre del año anterior, con la apertura de las inscripciones de las murgas y los costos se cerraban en noviembre.  Al respecto, el delegado Felipe ‘Tito’ Fiscina, que forma parte de la murga Los Arlequines, relató que el comienzo de las preparaciones se dilató por el cambio de gestión. “La verdad que nos preocupan los tiempos, pero lo que nos da buen aliento es que nos sentamos con el Gobierno a armar el carnaval, que es siempre una negociación. No solo juega la voluntad del Gobierno, sino también la voluntad de los propios corseros. Y la situación está re complicada, no tenemos la misma cantidad de corsos al día de hoy que teníamos el año pasado”.

Por esta situación de negociación abierta todavía no se puede confirmar la cantidad de corsos que se desarrollarán. Al respecto desde el gobierno porteño especificaron algunas condiciones, en principio “novedosas”, que los eventos deberán respetar: no habrá corso en Av. de Mayo; no se permitirán cortes de calle para los festejos sino que se dispondrán los corsos en plazas o polideportivos; no habrá publicidad por falta de presupuesto; y el seguro y la limpieza del espacio quedará a cargo de las murgas.

No habrá corso en Av. de Mayo; no se permitirán cortes de calle para los festejos sino que se dispondrán los corsos en plazas o polideportivos; no habrá publicidad por falta de presupuesto y el seguro y la limpieza del espacio quedará a cargo de las murgas.

Con respecto a la situación económica, Tito explica que existe un recorte presupuestario sobre la inflación real para la producción de los corsos que implican logística, infraestructura, técnica y sonido, y seguros: “Vos tenías el año pasado tanta plata para cultura y cuando se hizo el presupuesto se calculó la inflación cercana a 150%, con un aumento previsto de 130 o 120. Nominalmente es más plata, pero obviamente no cubre lo que necesitamos y se va retrasando”. En medio de la incertidumbre por el presupuesto y el apoyo técnico, desde algunas murgas comenzaron a buscar otras alternativas a las oficiales en clubes de barrio, festejos locales o municipios, y corsos autogestivos para armar una agenda de carnaval que garantice los festejos de forma independiente.

Paralelamente, el colectivo de murgas que actúa en representación de la comunidad del carnaval porteño ha iniciado un proceso de institucionalización oficial que permitirá posicionarlo como sujeto político activo: “Formamos una Federación y estamos terminando los papeles en el Inspección General de Justicia. Somos más de 130 murgas y 15 mil murgueros”. Esta semana fueron convocados a conformar el Frente en Defensa de la Cultura y de esta manera la comunidad del carnaval porteño decidió que se sumará al Paro Nacional y la movilización convocada por la CGT para el próximo 24 de enero en contra de las medidas anunciadas por el Gobierno de Javier Milei.  El colectivo expresa una fuerte preocupación por la situación de la cultura en este contexto de crisis económica y un clima político de alta conflictividad social.

El comunicado oficial de las murgas

Durante todos los sábados y domingos de febrero y el lunes 12 y martes 13 del mismo mes, correspondientes a los feriados de Carnaval, se realizarán los corsos del Carnaval Porteño 2024 en distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires, informaron hoy las murgas del Circuito de Carnaval Porteño.

Con la presentación de más de 100 murgas, el mes de febrero se vuelve a vestir de carnaval con corsos en plazas, parques, calles, polideportivos y anfiteatros porteños.

El Carnaval Porteño se caracteriza por las murgas con sus tradicionales desfiles al son del bombo con platillo, sus banderas y estandartes, sus coloridos trajes y el entonar sus críticas inundando los barrios con su mística y alegría. Las agrupaciones artísticas del carnaval porteño se vienen preparando con gran entusiasmo y expectativa para un “ mes sin fin ”. Será en febrero el momento donde las murgas participen de este festejo popular de la mano de Dios Momo.

Desde las 19 y hasta las 2 de la madrugada los sábados y feriados, y hasta la medianoche los domingos y martes de carnaval, vecinos y vecinas, familias, jóvenes, niños y niñas podrán disfrutar de las agrupaciones artísticas de carnaval, las grandes protagonistas de esta fiesta callejera, barrial y gratuita, desplegando su brillo y su magia a través del baile y el canto al compás del bombo con platillo.

La fiesta en la calle, el encuentro, bailar junto con las murgas, acompañar su desfile, jugar con espuma y divertirse en esta confluencia barrial, que año tras años vuelve a la ciudad, haciendo así de este el festejo más importante e histórico de la alegría popular.

La historia política de los carnavales en nuestro país

La historia del carnaval y las primeras murgas del Río de la Plata tiene más de 250 años. Se trata de una celebración pagana, pero de origen cristiano, que ocupaba el espacio público con bailes, disfraces y juegos con agua. El bullicio y la algarabía social despertaba la indignación de las clases altas, que lo definían como “costumbres bárbaras”. Luego, ya en el siglo XX los carnavales fueron potenciados en Buenos Aires por los inmigrantes, sobre de todo españoles e italianos.

En 1845, Domingo Faustino Sarmiento encabezó una misión oficial para estudiar métodos de educación en diferentes países del mundo por lo que visitó Montevideo, Río de Janeiro, Francia, España, Argelia, Italia, Alemania, Suiza, Inglaterra, Estados Unidos, Canadá y Cuba. En Italia fue testigo de los carnavales, conoció las clásicas máscaras venecianas y encontró un especial interés en la idea del anonimato de los disfraces como una forma de borrar, por un instante, la desigualdad de clases sociales. "El día de mi llegada a Roma, la campana del capitolio empezó a tañer a golpes redoblados pasado el mediodía. Y un murmullo respondió de todos los ángulos de la ciudad a una señal impacientemente esperada como la voz del ángel del placer que llama a los muertos a una vida febril. Era la apertura del Carnaval", relató en su libro Viajes.

Tal fue su asombro que en 1869 durante su presidencia promovió el primer corso oficial de la Ciudad de Buenos Aires y participaba activamente de estos festejos junto a las murgas y comparsas, compuestas principalmente por afrodescendientes, que eran los principales protagonistas por sus danzas, culturas y cantos.

Ya en el siglo XX tomó un carácter más local por la fuerte influencia de los inmigrantes italianos y españoles, y se produjo el pasaje de las comparsas de candombe a las murgas, que comenzaron a bailar y tocar en los corsos. El único momento de la historia Argentina en el que fueron prohibidos fue a partir de 1976, durante la dictadura cívico militar, cuando se eliminó al carnaval del calendario oficial de festejos y se puso en marcha una práctica de persecución y detención de sus manifestaciones callejeras.

Con la vuelta a la democracia, a partir de 1983, a pesar de que solo habían sobrevivido una decena de murgas, el Carnaval retomó sus fuerzas en el espacio público, en las plazas y los barrios. En septiembre de 2010, bajo el gobierno de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, se restituyeron oficialmente los feriados nacionales y en 2011, el primer año del tercer centenario, volvieron los carnavales a la República Argentina.

“Yo siempre digo, se acuerdan que en el Bicentenario habíamos puesto una frase de Jaureche, que tenía una teoría que decía que quienes no querían que los pueblos fueran fuertes y las naciones desarrolladas querían pueblos tristes, porque decía que los pueblos tristes nunca pueden construir destinos, nunca pueden construir independencia, nunca pueden dar crecimiento económico y entonces necesitaban para sojuzgar pueblos tristes. Debe haber algún punto de contacto con esa realidad, por eso queremos que vuelva la alegría, como volvió en este Bicentenario, que lo festejamos en las calles con la verdadera alegría. Esa alegría que no provoca violencia, esa alegría que es contagiosa, esa alegría que respeta al otro, esa alegría que comparte y esa alegría que queremos que vuelva a todos los argentinos”, expresó la expresidenta el día del anuncio.

LA FERIA DE EL DESTAPE ►