Cannabis medicinal: el camino hacia un consumo libre de prejuicios

Si bien se han quitado varios prejuicios, aún queda camino por recorrer para llegar al cultivo y consumo regulado y libre.

01 de agosto, 2023 | 09.32

“Venimos de cien años de prohibición de sustancias provenientes de plantas, como la marihuana. Sin embargo, antes de eso, las sociedades las utilizaban en contextos sacramentales, medicinales y festivos”, cuenta a la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ, Luis Osler, director del Diploma de Posgrado en Cannabis, Regulación y Política de Drogas de la UNQ. En los últimos años, la percepción alrededor del cannabis ha cambiado y los prejuicios disminuyeron contrarrestado por la divulgación de conocimiento e información en torno a su cultivo, consumo y efectos.

En Argentina, la ley 27.669 regula el tratamiento industrial de la planta de cannabis y sus derivados y complementa la norma 27.350, que establece el marco regulatorio para la investigación médica y científica de su uso medicinal, terapéutico y paliativo del dolor. Además, promueve la investigación y producción del cáñamo industrial, una variedad de la planta de cannabis que tiene propiedades industriales, como su aplicación en la producción textil. Asimismo, la ley da lugar al Registro del Programa Cannabis (REPROCANN) destinado a personas que necesiten solicitar autorización para el cultivo controlado con fines medicinales y/o terapéuticos y para profesionales de la salud que necesiten certificar a sus pacientes.

Los usuarios de cannabis y de otras plantas ancestrales cultivan desde hace mucho tiempo. Incluso, antes de que hubiera una ley de cannabis medicinal, habían marchas que citaban hasta 200 mil personas, una convocatoria que superaba la de cualquier partido político en aquel momento”, explica Osler. Y continúa: “La aparición de asociaciones civiles, de las madres que daban cannabis a sus hijos enfermos y la llegada del enfoque medicinal a los medios de comunicación hizo que la percepción alrededor de la planta cambie en los centros de poder, como el legislativo, el mediático y el judicial. Generalmente, la clase política asume los cambios con mucha posterioridad a que sucedan en la sociedad”.

Además, agrega: “Esto permitió que se hable de los cultivadores. Fueron ellos los que trajeron los saberes acerca del cannabis medicinal, no los médicos, químicos ni biólogos. De hecho, muchos médicos dejaban de acompañar a las madres cuando estas optaban por probar la planta para ver si surtía efecto contra las distintas enfermedades de sus hijos”.

Una deuda con la sociedad

Osler relata a la Agencia que aún falta mucho por hacer en la sociedad para derribar prejuicios y permitir un cultivo y consumo accesible del cannabis. Por ejemplo, en lo que respecta al punto de vista penal, “todavía existen grises que permiten la detención de usuarios consumidores y la pérdida de cultivos. Cuando se desperdicia un cultivo de cannabis destinado a un uso terapéutico, se está desaprovechando una medicina valiosa que requiere de un buen tiempo para obtenerla”, plantea.

Pese a fallos de la Corte y la existencia de un registro de cultivadores, sigue vigente la ley 23.737 que penaliza la tenencia de estupefacientes. El abogado y miembro del Centro de Estudios de la Cultura Cannábica argentina (CECCa) afirma: “La gran deuda es modificar o directamente derogar la normativa y pensar en políticas públicas que respondan a las demandas actuales de la sociedad”.

Hablar para desestigmatizar

Si bien se han quitado varios prejuicios, aún queda camino por recorrer para llegar al cultivo y consumo regulado y libre. Es por eso que la UNQ, pionera por proponer el tema en una casa universitaria diez años atrás, será sede de las III Jornadas Internacionales sobre Cannabis, Enteógenos y Políticas de Drogas.  Allí se tratarán temas como el cannabis y la salud mental, las regulaciones mundiales, el papel de la Iglesia católica en las políticas nacionales de drogas, entre otros. El evento tendrá lugar entre el 1 y el 3 de agosto.

También, se incluye por primera vez el debate acerca de los enteógenos, Osler explica: “Se trata de hongos y otras sustancias provenientes de plantas y que ancestralmente fueron utilizadas con fines medicinales”. En el último tiempo, los ensayos científicos que demuestran sus virtudes para el tratamiento de patologías han crecido. Por ejemplo, varios estudios demostraron que la psilocibina (principio activo de los hongos alucinógenos) tiene un 70 por ciento más de efectividad que medicamentos tradicionales en el tratamiento de la depresión.

Un espacio para publicar

Durante el evento, el Laboratorio de Estudios Interdisciplinarios sobre Cannabis y Políticas de Drogas de la UNQ y el CECCa (organizadores) lanzarán la revista anual “Eleusis”, un espacio de reflexiones acerca de la planta de cannabis en particular y las políticas y usos de drogas en general. 

Martín Stawski, director de la misma junto con Osler, amplía a la Agencia: “Se trata de investigaciones alrededor de sustancias naturales, como el cannabis y los enteógenos, desde una mirada multidisciplinaria. Es la primera experiencia de este tipo en Argentina y la región que hace frente a un vacío muy fuerte de información”. 

Además, el especialista ensaya: “Como consecuencia de la prohibición no se podía investigar por lo que esta revista visibiliza y da voz a trabajos académicos a los que, en pleno siglo XXI, se les ponen barreras, como el financiamiento de la investigación al respecto”. En ella pueden encontrarse, por ejemplo, artículos acerca de políticas de drogas, plantas sagradas en el mundo andino, cannabis en la medicina veterinaria o la historia del ingreso del cáñamo al virreinato del Río de la Plata.

 


 

Con información de la Agencia de Noticias Científicas