El Registro del Programa de Cannabis, más conocido como Reprocann, cumplió en marzo pasado un año desde su reglamentación y ya cuenta con más de 60 mil inscriptos. Lo novedoso de esta iniciativa es que por primera vez en el país los usuarios de cannabis medicinal tienen permitido el autocultivo. Las últimas modificaciones a la Ley 27.350, la denominada popularmente “Ley de Cannabis Medicinal”, permitieron que conviva una legislación medicinal y una penal para que el paciente no sea criminalizado.
El programa oficial del gobierno establece visibilidad en una base de datos a aquellas personas que cuentan con una prescripción médica que indica que requieren de un tratamiento que cuente con un producto derivado de la planta de cannabis. El permiso del cultivo puede ser otorgado tanto a un particular como a una ONG.
Marcelo Morante es el Coordinador Nacional del Reprocann, el programa que depende del Ministerio de Salud que comanda Carla Vizzotti y al que el mismo Morante le adjudica vital importancia en la legitimación social del uso de la marihuana. “Uno no puede dejar de mencionar los antecedentes de la ley que tenía una perspectiva de investigación y que a partir de 2020 un decreto genera una resolución que permite el Reprocann, pacientes autorizados a cultivar, es decir los pacientes van a tener una autorización del Ministerio por la cual van a tener la excepción a la legislación penal”.
En la historia reciente del uso y la producción del cannabis medicinal en Argentina hay que ubicar la sanción de la Ley 27.350 que el Congreso de la Nación aprobó en 2017 como primer antecedente. Luego, a fines de 2020 se decide permitir un acceso inclusivo para quienes requerían usar la marihuana de forma terapéutica a través de un decreto reglamentario. El 12 de marzo de 2021, en el boletín oficial, tuvo lugar la resolución 800/2021 que aprobó el reglamento Reprocann para aquellas personas que cuenten con las condiciones para acceder a un cultivo controlado de la planta de cannabis, con fines de tratamiento medicinal, terapéutico y/o paliativo del dolor.
Morante, doctor y profesor en la facultad de Medicina de La Plata, explica también los beneficios del novedoso enfoque legal desde el protagonismo del médico: “Para nosotros el acompañamiento médico es un proceso que se empieza a pensar desde la calidad. En ese sentido la gran suerte que tuvo Argentina es que el Ministerio de Salud pudo trabajar con la red de ciencia y técnica, con el CONICET, por lo que había un terreno fértil. Ampliar derechos no lo podría haber hecho el Ministerio en soledad, lo hicieron muchos actores. En un tiempo más hablaremos de uso industrial, hablaremos de uso adulto”
Los avances en la legislación van acompañados también del desarrollo científico y productivo. En este marco, recientemente La Rioja se sumó a Jujuy como la segunda provincia capaz de producir aceite de cannabis para uso medicinal y fue en el distrito riojano que tuvo lugar también el desarrollo de las dos primeras variedades de semillas nacionales para uso medicinal. Los productos derivados de la marihuana podrían ser una veta a explorar en vías de desarrollar un futuro próspero para la realidad socioeconómica argentina de los próximos años.
“Tengo el Reprocann, es un seguro legal”
Agustina Chicote es una de las 60 mil usuarias registradas que ya cuentan con los beneficios del acceso a la base de datos del Reprocann: “Este es un primer paso para acercar el cannabis a la gente y destruir prejuicios que se construyeron por años gracias a la prohibición”.
Cómo se obtiene el permiso del Reprocann
Para ingresar y obtener el permiso de cultivar la planta con fines medicinales y/o terapéuticos es necesario que la receta sea otorgada por un médico con matrícula vigente. En el caso de Agustina fue un médico neurólogo quien la ayudó con la inscripción. “Te dan un código de vinculación y luego el médico vincula al paciente. Debe haber consulta y entrevista para que se especifique para qué patología se va a usar el cannabis y de qué forma”. El trámite es gratuito aunque los profesionales pueden cobrar la consulta. Además, el Estado garantiza el acceso de forma gratuita a aquellos que no cuenten con una prepaga u obra social.
“Tener el Reprocann es un seguro legal. Como cultivadora y persona que transporta cannabis, te da una seguridad de que no deben criminalizarte ni iniciar procesos legales o hacer un acta por tu cannabis. Es eso, una forma de poder cultivar y tener cannabis sin que sea ilegal”, afirma Agustina.
Agustina recibió el permiso para usar cannabis para tratar su insomnio y ansiedad: “El Reprocann fue un gran paso. Tenemos una ley de cannabis medicinal desde el 2017 pero ahí no estaba contemplado el autocultivo y muchos pacientes que cultivaban su propia medicina seguían siendo criminalizados. En mi opinión, el cannabis para todos sus usos debería estar al menos despenalizado, pero creo que falta mucho para eso. Este es un primer paso para acercar el cannabis a la gente y destruir prejuicios que se construyeron por años gracias a la prohibición. Cada vez más personas de todas las edades están conociendo los beneficios del cannabis, se está estudiando en universidades y ya hay cultivos medicinales que dan trabajo en las provincias. Creo que es una buena forma de llegar por el lado medicinal, pero falta todavía para que se deje de criminalizar a usuarios que se encuentran fuera del Reprocann.”
La capacitación de las fuerzas de Seguridad para dejar de criminalizar al usuario de cannabis
Fue la misma Agustina Chicote quien comprobó los estigmas que todavía pesan sobre las personas que consumen o portan cannabis cuando fue demorada y maltratada por oficiales de la policía aeroportuaria de Aeroparque. “Todavía se juzga y se separa mucho lo que es medicinal y recreativo. Por otro lado falta mucha capacitación en fuerzas de seguridad e instituciones de salud. Estamos en camino, pero el registro salió y todavía no siento que haya mucha información al respecto. Muchos se sorprenden cuando se enteran de su existencia o todavía hay gente con miedo que no se quiere inscribir. Creo que hay prejuicios que se solucionarían con más capacitación y difusión”, agregó.
En este sentido, Morante explica el rol fundamental de las capacitaciones a las autoridades de Seguridad y Justicia: “Una herramienta que tiene condena social no es tan fácil de utilizar. Si nosotros no hacemos la capacitación en fuerzas de seguridad muchas veces nos encontramos un paciente allanado. Lo tenemos que seguir perfeccionando para que el adulto tenga un marco regulatorio que lo contemple. Antes la madre que medicaba a su hijo podía ser señalada por el médico como alguien que le podía hacer daño a su niño". Morante concluye en que el debate lo que hace es poner en agenda que hay que regirse por los conocimientos y no por los preconceptos. “Al faltar evidencia contundente, estos registros son los que contienen la base con la que se pueden hacer políticas públicas en el cannabis”.