Cáncer de piel: cómo prevenirlo y tratamiento

31 de julio, 2023 | 09.50

El cáncer de piel es una de los cánceres más frecuentes en el ser humano. Pero, si se detecta a tiempo, en muchos casos es curable. Existen dos tipos de cáncer de piel: el no melanoma, que abarca el carcinoma basocelular y el espinocelular. El segundo tipo es el melanoma.

¿Si tengo cáncer de piel me puedo curar? Va a depender de muchos factores, pero principalmente del tipo de cáncer que te hayan diagnosticado, qué tan rápido lo hayan hecho y tu tratamiento.

Seguí leyendo para aprender lo que tenés que saber acerca de esta condición. Para la edad de 70 años, se presenta en uno de cada cinco personas.

Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

El cáncer de piel es una de las enfermedades más frecuentes en el ser humano. Si se detecta a tiempo, en muchos casos es curable.

 

¿Qué es el cáncer de piel?

La Mayo Clinic define el cáncer de piel como el crecimiento anormal de las células de la piel. Se suele desarrollar en la piel expuesta al sol, debido a la radiación ultravioleta (UV). Aunque las zonas que no se exponen al sol no están exentas.

Este cáncer ocurre cuando se producen errores (mutaciones) en el ADN de las células, provocando un crecimiento descontrolado. Se forma así una masa de células cancerosas.

La radiación UV no sólo altera el ADN de la piel. También altera sus defensas, volviéndola más susceptible para la formación de tumores.

¿Dónde se desarrolla el cáncer de piel?

Las zonas más susceptibles son las más expuestas al sol: el cuero cabelludo, la cara, los labios, las orejas, el cuello, el pecho, los brazos, las manos y las piernas.

El 10% del cáncer de piel no es causado por radiación UV. Así, otras zonas susceptibles son palmas de las manos, plantas de los pies, debajo de las uñas y área genital.

El cáncer de piel puede afectar las diferentes capas que conforman nuestra piel.

Este padecimiento empieza en la capa superior de la piel: la epidermis, una capa que proporciona una cubierta protectora que se reemplaza continuamente.

La epidermis contiene tres tipos de células principales:

  1. Las células escamosas: las más superficiales, dan recubrimiento interno de la piel.

  2. Las células basales: están justo debajo de las células escamosas, se encargan de producir nuevas células cutáneas.

  3. Los melanocitos: están en la parte inferior de la epidermis y son las células que producen melanina, el pigmento que da color a la piel.

 

Dependiendo en qué células se origine el cáncer de piel, será el tipo que se desarrollará. Cada uno tiene opciones diferentes de tratamiento y pronóstico.

Carcinoma de células basales

El carcinoma de células basales es la variante más frecuente de cáncer de piel. Se produce en la capa basal de la epidermis y sus apéndices.

Las áreas del cuerpo más susceptibles son aquellas expuestas al sol. El 70% de los casos se presentan en la cara y la cabeza. Se caracteriza por tener un crecimiento lento, ser localmente invasivo y destructivo y presentar bajo potencial metastásico.

La metástasis se refiere cuando las células cancerosas se desprenden del tumor original a través de la sangre o sistema linfático. Se provoca un tumor nuevo en otros órganos.

El carcinoma de células basales tiene dos formas más comunes de presentación: 

  1. Forma nodular que puede aparecer como un bulto aperlado o traslúcido,  principalmente en la cara.

  2. Forma superficial: se observa una lesión plana parecida a una cicatriz de color marrón o del color de la piel. Es más común en hombres (aún se desconocen las causas) y su lugar de presentación es el tronco. 

Estas dos formas representan el 90% de los casos de carcinoma de células basales. Aproximadamente 40% de los pacientes con este tipo de cáncer, desarrollarán otra lesión durante los siguientes cinco años.

El carcinoma de células basales es la variante más frecuente de cáncer de piel. Se produce en la capa basal de la epidermis y sus apéndices.

 

Carcinoma espinocelular

El carcinoma espinocelular es el segundo cáncer de piel en frecuencia. Ataca las células de la piel llamadas queratinocitos, que se encargan de producir la queratina (proteína que ayuda a formar tejidos como el pelo y las uñas). 

Se produce en áreas del cuerpo expuestas al sol de manera crónica. Por ejemplo: la oreja, el labio inferior, la cara, cuero cabelludo, cuello, dorso de las manos, brazos y piernas.

El carcinoma espinocelular es más frecuente -de dos a tres veces- en hombres mayores de 50 años. Sin embargo, desde hace 30 años, este tipo de cáncer ha aumentado en mujeres menores de 40 años. 

Se cree que el incremento de casos se debe al abuso de las camas de bronceado. Se estima que las personas que las utilizan frecuentemente aumentan 2.5 veces más el riesgo de presentar carcinoma espinocelular.

Inicialmente, se presenta como una lesión indurada que evoluciona con el tiempo para formar una de sus cuatro principales formas clínicas.

  1. Superficial: permanece en la epidermis, tiene apariencia de placa rojiza en la piel, con presencia de costras.

  2. Nodular queratósico: tiene aspecto parecido a una verruga vulgar que con el tiempo va creciendo.

  3. Ulcerada, la variedad más frecuente. Es una úlcera de superficie irregular. Crece rápidamente y es muy destructivo, también es la que tiene mayor tendencia a presentar metástasis.

  4. Vegetante: es una lesión nueva que sobresale de la piel. Pueden crecer hasta 10 cm.

Melanoma

El melanoma es la forma más peligrosa de cáncer de piel y se origina en los melanocitos. Pueden formarse en cualquier parte del cuerpo, ya sea en la piel normal o en un lunar existente; además se puede producir en piel que no ha sido expuesta al sol.

En hombres, aparece con mayor frecuencia en el rostro o el tronco, mientras que en mujeres es más común en la parte inferior de las piernas. Los posibles signos de melanoma son:

  • Un área grande y marrón, con pequeños puntos más oscuros.

  • Un lunar que cambia de color, aumenta su tamaño o empieza a sangrar.

  • Una lesión dolorosa que pica o arde.

  • Una lesión oscura en palmas, plantas o en mucosas (membrana del organismo que protege un órgano o parte del cuerpo) de la boca, nariz, vagina o ano.

Los melanomas pueden afectar los ojos, las mucosas, el sistema digestivo, las vías urinarias y las meninges. Estas últimas son las membranas que protegen el cerebro y médula espinal.

Hay varios tipos de melanoma:

  1. De extensión superficial: son el 70% de los melanomas y se originan en lunares. Crecen en la superficie de la piel antes de penetrar capas más profundas. 

  2. Nodular: representan del 10-15% de los melanomas. Es el tipo más agresivo. Penetran rápidamente a la capa profunda de la piel.

  3. Lentigo maligno: representan del 10-15% de los melanomas. Se presentan en zonas dañadas de la piel en pacientes de edad avanzada.

  4. Acral lentiginoso: se presenta con la misma frecuencia en pacientes de piel blanca o negra. Se presentan en palmas, plantas y debajo de las uñas. Son muy agresivos y de rápido crecimiento.

  5. Lentiginoso de mucosas: representan el 3% de los melanomas. Pueden aparecer en las mucosas de los ojos, vías respiratorias, digestivas o urinarias. Son muy agresivos y de difícil diagnóstico.

En caso de diagnósticos de melanoma, se tienen que hacer estudios especiales para descartar metástasis.

Tipos de cáncer de piel menos comunes

  1. Sarcoma de Kaposi: este cáncer se desarrolla en los vasos sanguíneos de la piel, por lo que causa manchas rojas o púrpuras en piel o membranas mucosas. Se presenta en personas con defensas bajas (como las personas con SIDA).

  2. Carcinoma de células de Merkel: este cáncer se presenta con mayor frecuencia en la cabeza, cuello y tronco. Causa nódulos firmes y brillantes que se producen la piel y en los folículos pilosos

  3. Carcinoma de glándulas sebáceas: es un cáncer agresivo que se origina en las glándulas que se encargan de producir sebo para lubricar la piel. Por lo general aparecen como nódulos duros e indoloros,  el lugar típico de aparición es en los párpados.

¿Cómo se puede detectar el cáncer de piel?

El dermatólogo realiza una dermatoscopia, que es una técnica no invasiva. Mediante un dermatoscopio (instrumento óptico de aumento), examina las lesiones cutáneas sospechosas.

Este método de diagnóstico permite visualizar estructuras cutáneas profundas no visibles a simple vista. Mediante este examen, más el análisis de la localización del tumor, su forma y su comportamiento a través del tiempo, el dermatólogo llega a un diagnóstico.

Sin embargo, el diagnóstico definitivo es mediante biopsia. Se trata de una toma de una muestra de la lesión, para un examen microscópico.

Para la detección temprana del melanoma, se utiliza el acrónimo ABCDE:

  • A: Asimetría

  • B: Bordes irregulares o mal definidos

  • C: Color heterogéneo

  • D: Diámetro mayor a 6mm

  • E: Evolución: cualquier cambio en el tamaño, forma, color o la aparición de sangrado, ulceración, dolor, comezón son datos de alarma. 

 

 

Como en muchos tipos de cáncer, la prevención juega un papel importante en la detección precoz. Entre más temprano sea el diagnóstico, las posibilidades de curación son mucho más altas.

Algunas acciones que podés realizar son

  1. Evitar exposición prolongada al sol, principalmente entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.

  2. Usar protector solar todo el año, aunque el clima esté nublado. El protector solar debe tener mínimamente factor de Protección Solar (FPS) de 30. Es necesario renovar la aplicación cada dos horas.

  3. Usar ropa de protección; ropa de manga larga, pantalones, sombreros de ala ancha o gafas de sol con protección contra rayos UVA y UVB. También podés optar por la ropa fotoprotectora.

  4. Evitá las camas de bronceado.

  5. Hacé visitas anuales con tu dermatólogo.

 

¿Cómo se puede curar el cáncer de piel?

El objetivo del tratamiento del cáncer de piel será la escisión completa del tumor con una apariencia cosmética aceptable. Existen diferentes modalidades de tratamiento. El dermatólogo elegirá la mejor, dependiendo del tipo de lesión, localización, características del paciente y recursos disponibles.

Básicamente se puede resumir el tratamiento en dos variantes: procedimientos quirúrgicos y no quirúrgicos.

Entre los procedimientos quirúrgicos, tenemos las técnicas excisionales, es decir, la extirpación quirúrgica. Otro procedimiento es la cirugía micrográfica de Mohs, en la que se extrae una capa de tejido a la vez del sitio con cáncer visible y se observa al microscopio para verificar la presencia de cáncer.

Entre las opciones no quirúrgicas tenemos:

  • Curetaje y electrodesecación: la lesión se raspa con un instrumento especial (cureta), y se sella la base del cáncer con calor (electrodesecación).

  • Criocirugía: las lesiones cancerosas se congelan con nitrógeno líquido.

  • Tratamientos tópicos con medicamentos especiales.

  • Radioterapia y  quimioterapia.

  • Terapia fotodinámica: combina medicamentos fotosensibilizantes (es decir, que hacen al cáncer sensible a luz) y posteriormente se ilumina el área con una luz que destruye a las células cancerosas de la piel.

Cuando el cáncer de piel hace metástasis, se opta por quimioterapia o medicamentos específicos hacia las células cancerosas que pueden producir la muerte de las mismas.

Conclusión

Cada día se diagnostican 9.500 personas con cáncer de piel. Esta cantidad lo hace uno de los cánceres más frecuentes.

Dada su altísima frecuencia, la prevención y la detección temprana juegan un papel crucial en esta enfermedad. Recordemos que hay tumores de lento crecimiento y también hay tumores muy agresivos y con alto porcentaje de metástasis.

Cada día se diagnostican 9.500 personas con cáncer de piel.

Es importante que evites la exposición a la radiación UV, uses protector solar y ropa adecuada. Las visitas anuales al dermatólogo también son básicas.

Y, principalmente, vos conocés tu cuerpo mejor que nadie. Ante el primer lunar sospechoso que detectes, acudí a tu dermatólogo.

Para seguir aprendiendo sobre salud y bienestar, no dejes de leer El Destape.

LA FERIA DE EL DESTAPE ►