Cambio climático de la A la Z: los conceptos clave para entender esta problemática

26 de julio, 2023 | 16.54

¿Quién no ha escuchado hablar sobre el cambio climático alguna vez? Hoy en día se presenta como una de las principales preocupaciones mundiales. Los gobiernos nacionales y miles de otros tipos de organizaciones están involucradas en ello.

Ya sea desde políticas de estado u organizaciones sociales y no gubernamentales se intenta alentar la conciencia ambiental. En la última década las cifras fueron alarmantes y los efectos están a la vista de todos.

En cualquier parte se puede encontrar un lugar para participar activamente. Pero también existen maneras de aportar de manera individual para revertir esta situación.

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Ahora bien, antes que nada debemos saber de qué estamos hablando cuando hablamos del cambio climático. Informándonos al respecto, vamos a poder comprender este proceso y obrar de mejor manera.

Por eso te traemos esta nota. Vamos a repasar los conceptos básicos que atraviesan toda la temática y la discusión a nivel mundial.

¿Qué es el cambio climático?

Empecemos por el concepto principal y más importante. De tanto escucharlo, a veces creemos saber de qué se trata pero, ¿realmente lo sabemos?

El cambio climático es un proceso complejo en el que entran en juego muchos factores. Es, por definición, un cambio en las condiciones climáticas mundiales en el largo plazo.

El cambio climático es un proceso natural y complejo que se mide en décadas o siglos. Depende de la naturaleza tanto como del hombre.

El clima fue cambiando a lo largo de la historia de nuestro planeta. Esto ocurre de manera natural,  por procesos propios de nuestra atmósfera. Pero sucede que en el último siglo la actividad humana se volvió un gran factor de cambio.

Si bien el clima varía cíclicamente y tenemos, por ejemplo, períodos de frío y calor, las condiciones generales se transformaron. Un verano de hace setenta años no era como uno actual, y sucederá lo mismo en treinta o cuarenta años.

Esto es porque, entre los más importantes procesos del cambio climático, la temperatura general de la Tierra incrementó. Es lo que conocemos como calentamiento global.

A la alteración de condiciones generales como estas, en largos plazos, es a lo que nos referimos como “cambio climático”. Esto genera que la variabilidad climática natural tenga modificaciones, desfasajes o aceleraciones.

¿De qué depende el cambio climático?

El cambio climático puede deberse a causas naturales (variaciones naturales del medio) o antropogénicas. Pero lo más acertado sería decir que las causas son combinadas.

 

 

El sistema climático de nuestro planeta tiene variaciones naturales, lógicamente. Es un sistema complejísimo, donde entran en juego diversos componentes que dan diferentes resultados.

Para ser más específicos, hablamos de cinco componentes. La atmósfera, la hidrósfera, la criosfera, la litósfera y la biosfera. Estos vienen a representar a los gases, el agua dulce y salada, los bloques de hielo, el suelo,  y el conjunto de seres vivos que lo habitamos.

El equilibrio que se genera entre estos cinco componentes da como resultado el clima. Quienes estudian este tema, manejan más de cincuenta posibles variables predecibles.

Ahora bien, como mencionamos antes, el ser humano se convirtió en uno de los factores más importantes del proceso. Desde el consumo de agua en nuestras casas hasta la extracción de combustibles fósiles, todo influye.

La industrialización y el consumo masivo fueron, son y serán determinantes en las características climáticas. Todos escuchamos hablar sobre las talas indiscriminadas y contaminaciones de cuerpos de agua, no hay mucho por explicar en ese sentido.

Conceptos básicos del cambio climático

Estando claro qué es el cambio climático, pasamos a lo que te prometimos. Te acercamos a continuación una lista de los conceptos básicos sobre este tema, para que puedas mantenerte informado.

Variabilidad climática

Como el tema fundamental de esta nota es la medición climática, nos pareció inteligente empezar por uno de los más confusos. La variación climática es muchas veces confundida con el cambio climático.

Tanto un caso como el otro, miden modificaciones en el medio en un plazo determinado. La principal diferencia radica en el plazo de tiempo que se tome como referencia.

Antes dijimos que cuando hablamos de cambio climático nos referimos a plazos largos, como por ejemplo de 30 o 50 años. Cuando las condiciones atmosféricas se analizan durante meses, o hasta una década, hablamos de variabilidad climática.

La variabilidad climática se mide en periodos más cortos, que pueden ser mensuales, estacionales, anuales o interdecadales.

 

El análisis de esta variabilidad se hace en algunas escalas que son las más usadas en todo el mundo. Estas escalas temporales son la estacional, la interestacional, interanual e interdecadal.

La estacional se refiere a un seguimiento más mensual del clima. La fluctuación normal entre estaciones durante el año, o bien la alternancia entre temporadas lluviosas o secas.

La interestacional aparece del análisis de pequeñas perturbaciones que ocurren dentro de las estaciones que suelen durar decenas o quincenas. Todos vivimos algún verano un poco alterado, o altas temperaturas en julio.

La interanual, por supuesto, mide y compara la integridad de la variabilidad climática en períodos de un año. La interdecadal hace lo mismo pero entre décadas.

Tiempo

En el mismo sentido, seguimos con el otro concepto que suele confundirnos: el tiempo. ¿Qué es el tiempo climático? Eso que tanto escuchamos hablar en la televisión.

El tiempo es una medición del comportamiento del clima pero en forma de predicción. Cuando vemos el pronóstico, vemos qué temperaturas rondarán los siguientes días, y las posibilidades de que esté soleado o lluvioso.

La variabilidad propia del medio hace que esto no pueda hacerse a más de 7 o 10 días, ya que comienza  a volverse muy impreciso. Ese cortísimo período de días es la medición del tiempo.

Hay una analogía que puede dejarnos esto más en claro. El clima es como la personalidad de una persona, mientras que el tiempo es como su estado de ánimo. 

¿Qué quiere decir? Que la persona puede ser generalmente buena, simpática y cordial. Podemos predecir su buen trato. Pero un día, o por un momento del día incluso, puede estar de mal humor y ser descortés, fuera de su habitualidad. 

Efecto invernadero

El efecto invernadero es un proceso natural que sucede con el calor solar. Sucede que los rayos del sol impactan en La Tierra y hacen que la superficie se caliente. En ese momento se irradian ondas de radiación infrarroja.

Estas ondas de calor se emiten hacia el espacio, pero parte de ellas quedan retenidas en los gases de nuestra atmósfera. Esto genera que la temperatura en nuestro planeta se mantenga como la conocemos.

Es decir, el efecto invernadero es un proceso beneficioso para la vida terrestre. Se estima que sin él la temperatura del planeta rondaría los -19° C. 

Ahora bien, a veces escuchamos hablar de la reducción de estos gases. Esto es porque, si bien es un proceso beneficioso, que se incremente la temperatura de más no es bueno. 

Algunas actividades humanas generan cantidad de algunos de estos gases, es decir que alteran la composición normal de la atmósfera. Esto es lo que da como resultado el creciente calentamiento global.

Calentamiento global

Como decíamos anteriormente, necesitamos que la Tierra esté caliente para poder habitarla. Pero que se salga de los parámetros es muy peligroso.

Cuando hablamos de calentamiento global nos referimos a la alteración de la temperatura normal de nuestro planeta. Esta viene en aumento año tras año, lo que genera importantes cambios a nivel climático.

Llamamos calentamiento global al incremento de la temperatura terrestre por encima de lo estipulado debido a los gases de efecto invernadero

Uno de los claros ejemplos es el derretimiento progresivo de nuestros bloques continentales. Por sobre todas las cosas, parecen ser algunas actividades humanas las responsables de estos hechos.

Lo que sucede es que generamos algunos tipos de contaminación que aumentan los gases del efecto invernadero. Pero, ¿cuáles son esos gases?

Gases de efecto invernadero

Ciertos gases en la atmósfera que retienen el calor del sol incrementaron su medida últimamente. Algunos de ellos son retroalimentadores del funcionamiento del planeta, pero otros son forzantes del cambio climático.

Estos gases son: el vapor de agua, el dióxido de carbono, el metano, el óxido nitroso y el clorofluorocarbono. ¿Los conocías a todos?

El vapor de agua es el gas de efecto invernadero más abundante, pero es uno de los retroalimentadores más importantes. Es decir, si bien genera un aumento de temperatura, también genera nubes y precipitaciones.

Entonces, cuando precipita, la temperatura se equilibra. Es el ciclo simple del agua.

El dióxido de carbono, por otro lado, es un gas forzante. Este gas se queda estancado en la atmósfera y hace incrementar la temperatura terrestre sin generar ninguna ventaja.

Se libera a través de procesos tan naturales como, por ejemplo, la respiración. Ahora bien, no es que no debamos respirar. Los graves problemas los tenemos con actividades humanas como la deforestación o la quema de combustibles fósiles. 

Si bien la concentración de CO2 no es tan alta en la atmósfera, influye muchísimo en el calentamiento global. Desde el inicio de la Revolución Industrial, la actividad humana ha provocado un aumento considerable del mismo. 

El metano es un gas hidrocarburo que puede ser producido por fuentes naturales y por la actividad humana. Actividades comunes como la agricultura o la ganadería lo producen en grandes cantidades.

La descomposición de la basura es otro de sus generadores. Este gas, aunque menos abundante que el dióxido de carbono, es mucho más activo en cuestión de calentamiento.

El siguiente es el óxido nitroso, un poderoso gas de efecto invernadero. Uno de sus principales generadores es la actividad agropecuaria. La utilización de fertilizantes, artificiales u orgánicos, por sobre todas las cosas.

También influyen la quema de combustibles fósiles, la producción de ácido nítrico y la quema de biomasa. Similar al CO2.

Por último, están los clorofluorocarbonos. Estos compuestos son completamente sintéticos y de origen industrial. Su nocividad va más allá del calentamiento global ya que dañan la capa de ozono.

Su emanación está regulada internacionalmente por distintos organismos luego de la aparición del agujero de la capa de ozono.

Agujero de la capa de ozono

Estamos completamente seguros de que este sí lo escuchaste nombrar. Pero, ¿qué es la capa de ozono, y cómo es que se “agujerea”?

Como te contábamos antes, los rayos del sol atraviesan nuestra atmósfera hasta llegar a la superficie. Estos rayos son energía radiante electromagnética, y esta radiación puede ser ultravioleta, visible e infrarroja.

Entre ellas no importa detenernos en la ultravioleta. Esta puede producir quemaduras en la piel y otros efectos adversos para la salud humana y el medio ambiente.

Es aquí donde juega su rol fundamental la capa de ozono. Cuando la nombramos nos referimos a la concentración máxima de ozono en la estratósfera, la parte superior de la atmósfera.

 

El ozono, que es un gas que se encuentra allí de manera natural, filtra estos rayos. Impide que, sobre todo, los rayos ultravioletas B lleguen a la biósfera. Los ultravioletas A no son dañinos, e incluso son necesarios para la vida.

¿Qué pasó, entonces, con el ozono? El humano. Sobre todo con los procesos de industrialización masiva.

El ser humano ha desarrollado mediante ciertas actividades masivas sustancias que son consumidoras de ozono. Dichas sustancias son a base de halógenos y carbono, elementos que actúan contra el ozono.

Estos elementos llamados halocarbonos fueron utilizados indiscriminadamente. El consumo de ozono generó el adelgazamiento de la mencionada capa, hasta el punto de “agujerearla”.

El agujero de la capa de ozono se halló en 1985, en el Polo Sur. Desde entonces la emisión de estas sustancias es regulada por distintos tratados internacionales. El más conocido es el Protocolo de Montreal.

Se utilizaron estos productos, principalmente, para la fabricación de equipos de refrigeración como heladeras o aires acondicionados. También aerosoles, extintores matafuegos y otros productos en spray.

Carbono negro

El carbono negro es un contaminante atmosférico que sucede de la quema de combustibles fósiles y otros carburantes. Al igual que los otros gases que te contamos, retiene el calor y aumenta la temperatura terrestre.

Según la OMS el carbono negro es un gran absorvente de luz y calor. Lo convierte en uno de los principales derretidores de las masas de hielo y nieve de nuestros polos.

Además es uno de los principales contaminantes del aire. Esto lo asocia a problemas de salud como las enfermedades respiratorias, las cardiovasculares y el cáncer.

Sin embargo, a diferencia del dióxido de carbono, este gas no permanece más de un mes en la atmósfera. Esto quiere decir que actuar para la reducción de su producción puede dar resultados favorables a corto plazo.

Conclusión

El cambio climático está sucediendo, y todos somos testigos de sus repercusiones. Si no lo vivimos en carne propia, seguramente pudimos ver las catástrofes naturales que suceden últimamente.

Pero no sólo podemos ser testigos, sino responsables. Nuestras acciones influyen y repercuten en la vida en nuestro planeta.

Por eso, si vamos a ser parte, que sea de la solución. Si bien el daño generado es difícil de revertir, podemos frenar las tendencias alarmantes.

El primer paso, siempre, es estar informados. Por eso esperamos que esta nota te sirva como puntapié inicial para tu colaboración para reducir el cambio climático.
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