Buenos Aires Esencia, la cuenta que reivindica el “lado B” de la provincia que nadie quiere olvidar

Alejo es arquitecto y mientras recorre las obras que tiene a cargo, se hace un tiempo para retratar espacios y entrevistar a personas en las que aflora la Buenos Aires del imaginario colectivo, una “esencia” que pareciera estar por morir. Cómo es su apuesta en su cuenta donde aflora la nostalgia.

27 de noviembre, 2022 | 11.29

Buenos Aires es una ciudad que se conformó, en gran parte, gracias a oleadas de inmigrantes que le imprimieron características eclécticas a su cultura y que la convirtieron en una ciudad cosmopolita y heterogénea. Durante el siglo XX, la ciudad desarrolló rasgos propios y originales, que se reflejaron en sus numerosos cafetines, pizzerías, cines, teatros y bodegones. Sin embargo, como toda megalópolis moderna, Buenos Aires viene atravesando grandes transformaciones, que muchas veces barren con esa identidad tan particular.

Como contracara de esta metamorfosis, hay espacios que aún conservan su cartelería, fachada y ambientación original. Con el propósito de reivindicarlos, el arquitecto Alejo Barrio creó la cuenta de Instagram “Buenos Aires Esencia”, que se dedica a publicar fotos icónicas y “vintage” de comercios, construcciones y rincones que resisten el paso del tiempo y sus transformaciones.

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Alejo es arquitecto y mientras recorre las obras que tiene a cargo, se hace un tiempo para retratar espacios y entrevistar a personas en las que aflora la Buenos Aires del imaginario colectivo, una “esencia” que pareciera estar por morir, pero que siempre resurge. “Se trata de una cuenta donde analizo y problematizo nuestra cultura apelando a la nostalgia, pero con una vuelta de tuerca actual”, describe Alejo en diálogo con El Destape.

“En las recorridas que hago intento tener una experiencia sensorial en esos lugares que retrato. Buenos Aires es una metrópolis gigante que siempre va cambiando, muchas veces de manera desfavorable para lo que es su esencia. Ocurren cierres sorpresivos, demoliciones, modificaciones de fachadas o bares que pierdan su mobiliario, mesas y mozos longevos. En esas búsquedas que hago, que parecen quijotescas porque son contra viento y marea, voy tamizando y encontrando el ‘lado b’”, detalla.

El proyecto, que cosecha más de 40 mil seguidores en Instagram, comenzó con el foco puesto en CABA, pero con el tiempo empezó a incluir reseñas y publicaciones de distintos rincones del AMBA y de la provincia de Buenos Aires. Para Alejo, uno de los principales objetivos del proyecto es darles voz a esos negocios “que no tienen cabida en los grandes medios de comunicación o en las redes sociales y que por ahí sus dueños son adultos mayores”. En definitiva, busca que se valoraren lugares que quizás pasan inadvertidos ante nuestros ojos.

Una cuota de nostalgia

En Buenos Aires Esencia se publica, además de las fotos, información sobre los lugares con su respectiva ubicación y una breve descripción. Si es un bar o bodegón, además de analizar la arquitectura y la autenticidad del mobiliario, Alejo describe la atención de los mozos, detalla cuáles son los mejores platos y destaca si la comida es casera. Esto lo llevó incluso a hacer “la ruta del tostado y el sándwich de miga” por diferentes bares de Buenos Aires, en la que evaluó minuciosamente la cantidad y calidad del jamón y del queso de cada sándwich.

En la cuenta también aparecen fotos de íconos argentinos como Charly García, Diego Maradona, Moria Casan, Sandro y la “Coca” Sarli en situaciones “random” en distintos lugares de Buenos Aires. A su vez, conmemora aniversarios del surgimiento de negocios y cadenas que marcaron distintas épocas: Mc Donald’s, Pumpernic y Blockbuster. También se publican fotos antiguas en las que aparecen las memorables cabinas de Entel, los históricos colectivos con fileteado o el llamativo dirigible de La Serenísima que sobrevolaba las calles del microcentro porteño en la década del 90. “Me maravilla cómo a la gente le fascina todo lo relacionado a las cabinas de Entel y Pumpernic, que cerró hace más de 20 años pero es una especie de orgullo nacional”, opina asombrado.

Entre las curiosidades que Alejo postea, hay un lugar especial para las pizzerías de barrio, muchas de las cuales son concurridas principalmente por taxistas, y para las heladerías artesanales, que conservan gustos “con sabor a infancia”.

Si bien la cuenta tiene un ida y vuelta constante con el pasado, el arquitecto asegura no ser de aquellas personas que piensan que “todo pasado fue mejor”. “Mucha gente cree eso y la realidad es que no, pero obviamente hay construcciones y bares antiguos y cosas buenas de nuestra idiosincrasia”, aclara.

El material fotográfico que maneja la cuenta es hipnótico e inagotable. Alejo cuenta que una buena parte las consigue de distintas páginas de internet con fotos antiguas de Buenos Aires, pero admite que hay muchas otras que obtiene gracias a sus seguidores. “La participación de la gente es un golazo porque hace que yo tenga material, pero también siento que es porque valoran o les gusta lo que hago”, sostiene.

Intentar torcer la realidad

Alejo creó la cuenta en mayo de 2020, en medio de la cuarentena estricta por la pandemia de COVID-19. “Quería saber si en medio de todo ese tiempo libre me encontraba con otros a los que les hiciera eco lo que yo pensaba y tratar de torcer una realidad, por ejemplo, que no se demuela tanto. Por suerte, desde ese lugar veo que hay gente que coincide conmigo y me gusta el ida y vuelta que se genera”, señala.

El arquitecto asegura que con sus publicaciones intenta analizar e investigar, pero también interpelar a otras personas. “Que se vea que hay otra verdad y en base a ese intercambio que pueda haber una reflexión”, resalta.

Por otro lado, a Alejo le interesa hacer aportes desde su profesión. “A los arquitectos siempre se los ve como antagonistas en todo lo que es la defensa del patrimonio y defensa de la esencia de cualquier tipo. Pero pienso que hay una nueva generación de colegas que la reivindican y que intentan resignificar la arquitectura, sobre todo la patrimonial, en detrimento de aquella que capaz te demolía hasta la Casa Rosada o el Cabildo, que es lo que pasaba en los años ‘50, ‘60 y ‘70. Eso creo que está cambiando”.

Mapa Neón

Así se llama una de las secciones destacadas de la cuenta, donde se pueden ver numerosos letreros luminosos tan característicos de la década del ‘70. Esta iniciativa incluye a las ciudades de la costa bonaerense, donde aún se conservan en muchos locales.

“Tiene que ver con reivindicar y visibilizar esas marquesinas y carteles que por ahí no se valoran lo suficiente pero que forman parte de nuestra idiosincrasia. Por ejemplo, el cine Lorca no sería el mismo sin su cartel verde neón. Lo mismo pasa con ‘El palacio de la papa frita’, ‘Guerrín’. La Avenida Corrientes es la avenida en la que ‘las luces se encienden’ por el neón, no por las lámparas que ponga el gobierno porteño”, describe.

La idea es que en un futuro salga un proyecto de ley que los catalogue como parte del patrimonio. “Así como se catalogan los edificios que se cataloguen las marquesinas. Que no sea tan fácil borrar de un plumazo la esencia de Buenos Aires”, concluye.