Para prevenir y eliminar las arrugas, no es necesario gastar una gran cantidad de dinero en procedimientos estéticos ni productos caros. Existe una práctica milenaria llamada yoga facial, muy practicada al día de hoy por miles de figuras del mundo del espectáculo y personas en las redes sociales, gracias a sus asombrosos beneficios.
El yoga facial se popularizó en los últimos años, ya que es una práctica que se puede realizar de manera individual e incluso se puede aprender a hacerlo con videos de Internet. Esta práctica consiste en realizar una serie de ejercicios con la cara, con el fin de mejorar la circulación sanguínea en esa zona, tonificar la piel e incluso llegar a modificar rasgos.
El yoga facial puede eliminar y prevenir la aparición de arrugas y líneas de expresión, así como modificar de manera sutil diferentes imperfecciones. Muchas personas lo practican para disminuir la papada, para marcar más la mandíbula, los pómulos, para levantar la mirada, entre muchas otras cosas. Se recomienda usar un aceite o crema antes de practicar estos ejercicios y hacerlos a diario, preferentemente antes de irse a dormir.
Beneficios del yoga facial
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Ayuda a tonificar los músculos de la cara: al mejorar la circulación de la piel, estos ejercicios reducen la flacidez, mejoran el contorno del rostro y tonifican los músculos.
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Piel más joven y sana: ayuda a reducir las arrugas y líneas de expresión, además de que le da brillo y vitalidad a la piel.
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Reduce el estrés y ayuda a dormir mejor: practicar yoga facial puede reducir el estrés, ya que ayuda a relajar zonas de tensión, como la mandíbula y la frente.
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Mejora la oxigenación de la piel: gracias a estos movimientos, la sangre puede circular con mayor facilidad, mejorando la oxigenación de la piel.
Cómo practicar yoga facial
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Para la papada: colocarse las manos en el pecho, levantando el mentón, mientras se hace un gesto de beso con la boca. Bajar y subir el mentón varias veces mientras se hace este gesto.
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Para las arrugas de la frente: colocar las dos manos sobre la frente, con los dedos apuntando hacia el centro. Presionar despacio, deslizando las manos hacia las sienes, como si se quisiera alisar la piel de la frente.
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Para las arrugas del surco nasogeniano: hacer una "O" con la boca para estirar la piel de esa zona. Con las yemas de los dedos, alisar la piel del surco. Repetir.
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Para elevar los pómulos: colocar las yemas de los dedos en los huesos de los pómulos, justo debajo de los ojos. Hacer presión hacia abajo, mientras con los pómulos se hace fuerza hacia arriba. Luego, sonreír fuerte durante varios segundos, relajar y repetir el proceso.
Qué diferencias hay entre yoga y pilates
Según la historia, el yoga tiene más de 4.000 años, se originó en la India y a partir de ese momento se practicó en todo el mundo. Al mismo tiempo, pertenece al hinduismo y por este motivo se conecta con la espiritualidad de las personas. La actividad tiene el objetivo de unir el físico, la mente y luchar contra el estrés.
El yoga busca la relajación, metal, física e incrementa la flexibilidad a través de diferentes posturas. Algunas de ellas son más estáticas, los movimientos son pausados, simulan figuras y marcan nuestra respiración. En referencia a los materiales, las personas que realicen la actividad necesitarán los siguientes accesorios: esterilla, bloques de madera, mantas y balones de yoga.
En cambio, pilates sirve para estirar, fortalecer y equilibrar el cuerpo con la ayuda de la respiración. A diferencia del yoga, en pilates los ejercicios son más rápidos, intensos y se hacen con el cuerpo en movimiento. Este tipo de ejercicio fue creado por Joseph Hubertus Pilates el 9 de diciembre de 1883 en Nueva York. Su esencia tiene que ver en la utilización del cerebro para el control del cuerpo, fomentando el equilibrio. Por otro lado, se basa en los siguientes principios:
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Concentración: es indispensable para poder conectar la mente y el cuerpo.
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Precisión: se necesita para ejecutar todos los movimientos que deben realizarse.
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Respiración: es la base de esta disciplina.
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Control: es básico para no realizar ejercicios descoordinados o bruscos que puedan causar un daño físico.
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Fluidez de movimiento: es indispensable para que los ejercicios se lleven a cabo de la manera idónea y a la velocidad correcta.
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Centralización, que establece que el centro del cuerpo es el conjunto de músculos abdominales.