Meterse en el Astillero Río Santiago (ARS), el más grande del país, es como un viaje en el tiempo. Recorrer los talleres y espacios del predio que ocupa en el Municipio de Ensenada, Provincia de Buenos Aires, implica encontrarse con las diferentes capas tectónicas de la historia Argentina. Desde su legendario origen peronista; pasando por el desguace durante el menemismo que fue el punto más bajo de actividad; luego la reactivación a partir de 2003 reorientada al mercado internacional; hasta la llegada de Mauricio Macri que implicó el ajuste y la persecución a través de la “gestapo sindical” de María Eugenia Vidal. Lo único que siempre se mantuvo inamovible en cada etapa del Astillero fue el compromiso y amor de lxs trabajadorxs.
En el contexto actual, condicionado además por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, la Argentina enfrenta un desafío económico y social que puede tener en el Astillero una pieza clave para el impulso de un modelo productivo estratégico. Con esa visión, el viernes 19 de agosto Astilleros Río Santiago fue sede del encuentro de la Corriente Nacional por la Producción y el Trabajo “General Enrique Mosconi” (CNPT) del que participaron empresarios, productores, y dirigentes gremiales y políticos de todo el país. La actividad estuvo encabezada por el Ingeniero Pedro Wasiejko, actual presidente del Astillero; Mario Secco, Intendente de Ensenada; y Félix González, dirigente de la CNPT.
La propuesta a nivel nacional es la puesta en valor de las Empresas Estatales para que funcionen como fijadoras de precios, generen empleo de calidad, y potencien a otras empresas de capital privado, cooperativas, y pymes de producción primaria, industriales, de servicios y tecnológicas. Entre esas empresas la más urgente y estratégica es la Compañía Federal De Alimentos (COFAL) dedicada a la comercialización interior y exterior de alimentos, y a la coordinación, logística y servicios, a otras empresas.
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Una apuesta por recuperar el rol empresarial del Estado
En su disertación Wasiejko destacó el rol que tienen las empresas públicas como ARS, YPF, o Aerolíneas Argentinas en el desarrollo de un modelo de país soberano. Sin embargo planteó la necesidad de incorporar una mirada de cara al siglo XXI para adaptarlas a los saltos tecnológicos y las nuevas demandas: “La empresa pública no tiene que estar pensada solo para la industria nacional. Tenemos que ponerla en valor y generar infraestructura para dar respuestas a la Patria Grande. Es una apuesta formidable porque tenemos todos los recursos, naturales y humanos. Tenemos que hacerlo protegiendo al medio ambiente pero teniendo una herramienta que nos permita generar desarrollo y crecer como industria”.
“El primer día que llegué vi el nivel de abandono después de cuatro años de Macri y dos años de pandemia. Hoy se está haciendo un esfuerzo muy grande con lxs trabajadores y la organización sindical para que el Astillero se ponga en marcha. Lo que queremos es que se divulgue lo que se está haciendo, que se reconozcan las falencias, pero que se rompan los estigmas negativos sobre las empresas públicas - indicó el actual presidente de la firma - y es importante acompañar a lxs trabajadores, respetar el salario, los convenios colectivos, que son herramientas de política pública y gestión”.
Por su parte, el intendente Mario Secco contó cómo dirigió la transformación del municipio a través de las empresas públicas. “Yo creo en el Estado. En 2003 encontré una ciudad quebrada, que se pensaba como lo peor de la provincia. Nos habían dejado el municipio vacío, se llegó a privatizar hasta la recaudación. Yo juré el 19 de diciembre de 2003 y ese día le dije a mis secretarios que cada uno tenía la misión de echar a las empresas en 20 días – relató el Intendente - Hoy hacemos rutas, cables, puentes. No contratamos empresas, hacemos todos desde el Estado y por eso le ganamos a la inflación con los sueldos año tras año. De aquel municipio endeudado pasamos a uno con superávit, con independencia económica y soberanía política”.
“El Astillero es un emblema del movimiento obrero, se defiende con barcos y trabajadores adentro. En seis meses lograron tirar dos embarcaciones al agua de la Marina y estamos trabajando en varios objetivos más. Acá hay una ingeniaría tremenda, con valores que cuestan muchos años, valores humanos y técnicos, y es un punto estratégico con un puerto propio que se va a inaugurar con triple capacidad de carga. Nosotros nos ilusionamos con un puerto como el de Ensenada que sirva para hacer viajes internacionales y tener una fábrica de barcos pegada al puerto”, expresó Secco.
En nombre de la CNPT, Felix González sostuvo: “Pensamos que recuperar el rol del Estado no es solo el control de la producción, sino apostar al desarrollo y a la inversión. Tenemos como ejemplo el tema de los alimentos donde queremos que el Estado tenga un rol protagónico. Volver al estado empresario es un sueño que se puede cumplir a través de las empresas estatales”.
La historia del Astillero es la historia de la Argentina
El ARS fue fundado en 1953 durante la presidencia de Juan Domingo Perón a través del Decreto N° 10.627. En su esplendor la empresa llegó a ser la más moderna de Iberoamérica. Tenía talleres de calderería, herrería, mecánica, cobrería, electricidad y velería, fundición y modelería, galvanoplastía, galvanizado a fuego y acumuladores, carpintería de blanco y depósitos de madera, carpintería de ribera y pinturería, con más de 8000 trabajadores en doble turno. En 1953 y 1954 se construyeron las primeras fragatas: Piedrabuena y Azopardo. Todo el proceso era 100% industria nacional y se fabricaban desde las anclas hasta las hélices.
A partir del golpe de 55 la actividad mermó pero no se detuvo. En 1961 ARS tomó impulso a partir del “Plan Esteverena” que involucraba la renovación de buques de la flota de la Empresa de Líneas Marítimas Argentinas con unidades de fabricación nacional. Es por la fecha de esa medida que el 12 de septiembre se conmemora Día de la Industria Naval en Argentina. En 1962 se construyó la emblemática Fragata Libertad, que llegó a ser reconocida en 1966 por el "record" mundial de velocidad durante el cruce a vela del Atlántico Norte. En 1969 el astillero se convirtió en una Sociedad Anónima del Estado y en la década del 70’ se construyeron más de una docena de buques y motores para buques de Sulzer y Fiat.
Quienes siempre ocuparon un rol central en ese momento fueron los trabajadores. En los ’60 y ’70 los 8500 trabajadores se organizaban en acciones de protesta y repudio frente a las condiciones insalubres de trabajo, lo que derivó en un fuerte nivel de organización y movilización sindical y política. En los ´70, antes de que se consumara la dictadura cívico militar, formaron parte del cuerpo de delegados que luchó por los convenios colectivos de trabajo. Luego del golpe de 1976 en la empresa hubo más de 48 trabajadores detenidos desaparecidos. En las paredes de varios de los talleres se pueden ver las obras y murales que se han levantado en su memoria.
Con la vuelta a la democracia se transfirió la mayor parte del paquete accionario del Comando en Jefe de la Armada al Ministerio de Defensa, y en 1993 se transfirió la jurisdicción a la Provincia de Buenos Aires. Toda esa década significó la etapa más oscura e inactiva, aunque Astilleros Río Santiago fue la única empresa que no pudo ser privatizada por el menemismo. Jorge Smith, ex trabajador del Astillero Río Santiago, cuenta al respecto que “en el año 1992, en plena fiesta menemista, cuando se lanzaron las leyes de reforma del Estado, el Astillero figuraba primero en la lista para privatizar, pero no pudieron”.
En ese momento se dejó sin trabajo a casi 3600 trabajadores, y los que quedaban hacían el mantenimiento de las máquinas en desuso sabiendo que en algún momento el Astillero se iba a reactivar. Muchos de los que resistieron hoy tienen hijos e hijas trabajando en ARS.
“Queridos amigos trabajadores de Astilleros; amigo Gobernador; amigos presentes; querido amigo y compañero Hugo Chávez: él me dejó para el final para clarificar bien los anuncios y los acuerdos a los que hemos llegado en el día de hoy y que los venimos trabajando desde hace mucho tiempo con Hugo, para tratar definitivamente de consolidar la integración y la solidaridad latinoamericana”. Así iniciaba un acto Néstor Kirchner el 8 de julio de 2004 cuando anunció la construcción de dos buques petroleros en el Astillero Río Santiago para Venezuela.
“Hoy les podemos venir a decir que hemos dado un paso importantísimo: se pone en marcha un acuerdo muy significativo con Venezuela, muy importante para Astilleros Río Santiago, muy importante para la provincia de Buenos Aires, para quienes trabajan aquí y también mucho más importante para las manos argentinas que van a venir a trabajar aquí y que hoy no trabajan, porque se van a crear nuevos puestos de trabajo”, cerraba su discurso el ex Presidente. En el año 2006 por las movilizaciones de más de 2000 trabajadores, el Astillero recuperó 18 de las 223 hectáreas originales.
Macrismo, su sueño de dinamitar el Astillero Río Santiago y la persecución sindical
Al momento, en las instalaciones del Astillero se pueden ver los trabajos en embarcaciones que se están produciendo como 2 Lanchas de Instrucción de Cadetes de la Armada (LICA), una compuerta para la Base Naval de General Belgrano, y otros proyectos de construcción de dragas y portacontenedores, vinculados al Fondo Nacional para la Defensa (FONDEF).
Además están casi listos los buques Eva Perón y Juana Azurduy, de más de 180 metros, que la empresa construyó a pedido de la flota de PDVSA, por medio de un acuerdo firmado entre el gobierno de Venezuela y el de Argentina, bajo la presidencia de Cristina Fernández. Los buques gemelos constituyen las embarcaciones de mayor porte que se han construido en el país, luego de el "Ingeniero Huergo" e "Ingeniero Silveyra", que fueron producidos por ARS para YPF hace más de tres décadas.
El acuerdo con PDVSA fue suspendido por falta de inversiones con la llegada de Mauricio Macri al Gobierno Nacional. Dicha medida se trata de una muestra mínima del proceso de desguace puesto en marcha por la anterior gestión. No casualmente llegó a trascender que fue el ex presidente quien sugirió la idea de dinamitar el Astillero Río Santiago en una reunión con los empresarios de la Federación de la Industria Naval, mientras anunciaba la compra de lanchas-patrullas israelíes y 4 buques de guerra franceses en desuso.
El plan de destrucción de la histórica empresa naval tenía una pata económica, a través del ajuste, y una anti sindical que se concretaría en el marco de la llamada "Gestapo" hoy en investigación gracias a la presentación de Infogremiales. Según denunciaron lxs trabajadorxs, en mayo de 2018 Daniel Capdevila, quien fue nombrado presidente, intervino el Astillero, con funcionarios y personal de custodia, y despidió a los gerentes. A partir de ese momento se paralizaron los trabajos y obras en marcha y a los dirigentes gremiales se les cortaron el salario y derechos básicos como las vacaciones. El secretario general de ATE, Hugo Cachorro Godoy, en ese momento dijo en una entrevista con Pagina/12 que "había una planificación sistemática para ahogar a los dirigentes sindicales, denunciarlos judicialmente, descalificarlos y condenarlos ante la opinión pública. Era una estrategia burda y criminal para dañar a la oposición política y gremial, y poder cerrar con argumentos falsos el Astillero Río Santiago".
Todos los testimonios están incluidos en las denuncias presentadas contra las mesas judiciales macristas que fueron armadas para fragmentar a los sindicalistas y quebrar la organización de los trabajadores al interior de la empresa. Este programa de persecución y disciplinamiento estaba fríamente planificado de forma escalonada. Conjugaba el armado de causas judiciales, la instalación del tema en la agenda pública con la complicidad de los medios de comunicación, y el avance directo sobre los derechos laborales como el pago por horas extra, las vacaciones, el comedor, e incluso las jubilaciones. En la documentación presentada por Ministerio bonaerense se detalla un programa para la "construcción del enemigo", y la idea de que "no es justo que los bonaerenses financien los privilegios de los gremialistas".
El 18 de octubre de 2021 en la Grada 3 del Astillero Río Santiago (ARS), se llevó a cabo la ceremonia de botadura de la primera lancha de instrucción de cadetes (LICA), bautizada ARA “Ciudad de Ensenada” con la presencia del gobernador bonaerense Axel Kicillof y el ministro de Defensa, Jorge Taiana. Ese acto fue el inicio del camino hacia la reactivación de la industria naviera del Estado provincial. El próximo paso en el que están trabajando tanto Axel Kicillof como el ministro de producción, Augusto Costa, sería la conversión de ARS en una sociedad anónima “cien por ciento estatal”, que le permitirá incorporar a organismos estatales provinciales y nacionales como clientes, y ampliar al máximo su capacidad productiva.