Argentina está llena de grandes historias, no importa de qué tema estemos hablando. Venimos a contarte por qué sus hoteles antiguos no son la excepción.
Algunos de más de cien años, otros en lugares impensados. Como también los que son refugio en el pleno caos de la Ciudad de Buenos Aires. Por otro lado, los que se hicieron famosos por su turbulenta historia.
¿Te interesa conocer un poco de las historias detrás de los hoteles más conocidos de nuestro país? Unos al pie de la montaña, otros a la orilla del río. En el frío, en el calor, o estratégicamente en el corazón de la ciudad.
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Los hoteles más antiguos de Argentina guardan una parte icónica de nuestra historia. ¿Los conocés?
Como esos hoteles antiguos famosos por sus truncas historias, otros lo son por seguir brindando sus servicios hace un siglo. Sean cuales sean las curiosidades que destacan a cada uno, te invitamos a hacer este recorrido y conocerlas.
Hoteles antiguos de Argentina
Argentina alberga desde siempre algunos de los más buscados destinos turísticos del mundo. Eso generó que el desarrollo hotelero se desplegara a lo largo y a lo ancho del territorio. Tanto para la visita de extranjeros como también de argentinos.
Hoteles alejados, en las laderas de montañas, o sobre las sierras para quienes quieran desconectarse por completo. También a la orilla de los lagos más hermosos, o a metros del mar, siendo parte del paisaje.
También los hicieron famosos sus prestaciones. Algunos cargan en su fama no haber escatimado ningún detalle en épocas en que la servidumbre era normal.
O incluso los más estratégicos albergan baños termales, un servicio que no se encuentra en cualquier lugar. Todos ellos para una estadía más asimilada al descanso y el regocijo.
Pero también los hubo, y hay, para hombres y mujeres de la ciudad. Sabemos que Buenos Aires llamó la atención de propios y ajenos en su prometedor comienzo. Algunos de los hoteles antiguos más famosos están ahí, ahora rodeados de edificios.
En fin, los motivos de visita pueden ser muchos, lo importante es que lo icónico de estos lugares es innegable. Conocé ahora sus historias, y quién sabe si después los conozcas en persona.
725 Continental
¿Tenés un viaje de negocios o querés vivir unos días diferentes en la ciudad? La experiencia que te ofrece el 725 continental es una excelente opción. Como otros hoteles antiguos, fue totalmente remodelado por dentro y listo para las preferencias de hoy.
Un edificio levantado en 1927 de clásico estilo francés que ofrece en su interior modernas y confortables habitaciones y suites. Además una reconocida gastronomía de la que seguramente hablarás después.
Pero no termina ahí: ¿estuviste alguna vez en una piscina en una terraza? El 725 Continental te ofrece la posibilidad de ver la Ciudad de Buenos Aires desde una pileta en las alturas.
¿Te suena increíble que se combinen descanso, una piscina y una vista única de la Ciudad? Entonces no conocés el 725 Continental.
Palacio Duhau-Park Hyatt Buenos Aires
En la actual y consagrada Avenida Alvear existe, desde 1934, un palacio inspirado en el castillo francés Château du Marais. El Palacio Duhau, con casi 90 años, ofrece uno de los servicios hoteleros más completos de la ciudad.
Reconocidas celebridades pasaron por sus instalaciones en distintas ocasiones, desde Elton Jhon a Ozzy Osborne, o la banda The Offspring. Es que este hotel antiguo no pierde la popularidad que le da su servicio y su belleza arquitectónica.
Su importancia para la historia de Buenos Aires es tal que fue declarado monumento histórico desde el 2002. No quedan dudas de que merece una visita de tu parte.
Alvear Palace
Entrada la década del 30, cuando a Buenos Aires se postulaba como la nueva París, nació el Alvear. Y hacemos esta aclaración no sólo por su arquitectura de estilo francés, sino por una interesante historia.
Se dice que los componentes más importantes de su construcción fueron traídos del viejo continente. Piedras, columnas de mármol y hasta esas imponentes y características lámparas de araña.
Este hotel es considerado desde entonces un símbolo de elegancia. Más allá de sus particularidades arquitectónicas y su relación directa con Francia, suma sus servicios de lujo.
Sábanas del mejor algodón egipcio, un salón que sirve un té propio de la realeza y hasta mayordomo. No por nada se han hospedado aquí personalidades como el príncipe Carlos.
¿Un exceso? ¿Extravagancia? Puede ser. O puede ser también uno de los hoteles antiguos más lujosos que puedas conocer. Así que de tener la chance de conocerlo creemos que no deberías dejarla pasar.
Hotel Boulevard Atlántico, Mar del Sud
Si queremos hablar de hoteles antiguos, no podemos evitar hablar de uno que nació a finales del Siglo XIX. Lamentablemente el Boulevard Atlántico no está en funcionamiento. Tuvo una historia trunca, que es lo que lo hizo famoso.
Por 1890, cuando se estimaba hacer una Mar del Plata para la élite, un grupo de empresarios vio la oportunidad. Decidieron desarrollar un nuevo balneario, cuya principal obra fue este hotel.
El problema fue la crisis siguiente económica, que provocó el quiebre del grupo y la paralización de las obras. La construcción fue rematada y finalizada para reabrir en 1904.
Entre pastizales y médanos se erigió un hotel gigante y llamativo, pero que tenía un acceso algo dificultoso. El balneario sucedió, pero el edificio no tuvo el éxito esperado. Sus principales clientes fueron familias del lugar o empleados jerárquicos del ferrocarril.
En 1942 un empresario, Gamba, se enamoró allí de una cantante francesa. Es así que tomó importancia para él y para la década de 1980 lo compró con la idea de habitarlo. La pareja buscó vivir ahí, ¡pero el edificio fue tomado por una mafia!
Este grupo de usurpadores fue desmantelando el lugar a su beneficio. Cuando Gamba lo recupera en 1998 ya estaba sumido en una decadencia difícil de revertir. Finalmente lo puso en venta, y fue pasando de mano en mano.
Todos prometían su reapertura, pero eso nunca sucedió. Más de un siglo después el hotel es sólo una carcasa en peligro de derrumbe.
Hotel Correntoso
En el pleno paraíso natural que es Villa La Angostura, en 1917, un italiano inició un campamento de explotación forestal. Su esposa, a la par, estableció una pequeña pensión: la pensión Doña Rosa.
Este simple lugar que solía albergar a quienes viajaban a Chile por trabajo fue el comienzo del actual Correntoso. Fue incrementando sus habitaciones al igual que sus servicios, y ya para mitad de siglo era un lugar renombrado.
Una pequeña posada en 1917 fue el inicio de uno de los más emblemáticos hoteles de la Patagonia: El Correntoso.
Ya establecido el actual edificio de mampostería, y un servicio elegante, recibía huéspedes en plan de turismo. El río homónimo ofrecía la experiencia de pescar truchas.
Sin embargo, Francisco Capraro lo vendió al Banco de Intercambio Regional, que lo puso a funcionar como casino. Así varios años, cayó en una decadencia que parecía difícil de solucionar.
Por suerte a finales de siglo llegó a manos de Alex Laurence, quien lo reinauguró en 2003 como hotel. Se encuentra funcionando de tal modo hasta entonces. Ya sabés por dónde pasar si vas a Neuquén.
Llao Llao
De entre los hoteles antiguos, este tiene varios tropezones, pero te adelantamos que actualmente sigue en pie. Este querido emblema de la ciudad de Bariloche nació de manos de Bustillo.
Bustillo, en aquel momento presidente de la Administración de Parques Nacionales, decidió hacer una obra trascendente. El 1938 se inaugura este hotel de 132 habitaciones casi que en medio del lago Nahuel Huapi.
La ambiciosa obra contaba con oficina postal propia, telégrafo, farmacia y hasta una sucursal del Banco Nación. Pero lamentablemente todo eso se volvió cenizas en menos de dos años luego de un incendio.
Con un gran esfuerzo fue reinaugurado pocos años después, pero cerró en la complicada década del 80. Se mantuvo cerrado y abandonado durante casi 15 años. Finalmente reabrió y se volvió el actual Llao Llao Hotel & Resort.
Termas de Reyes
Al pie de la montaña, en el extremo norte de nuestro país, se encuentra el Terma de Reyes. Inaugurado a mediados de la década de 1930, cuando las autoridades jujeñas toman dimensión del beneficio de las aguas termales.
Ubicado en un bellísimo lugar, y con un servicio diferencial, funcionó por varios años. Pero sobre todo, entre el resto de los hoteles antiguos, este tiene una historia realmente particular.
En 1946, a la llegada del gobierno popular de Perón, este edificio comienza a funcionar bajo la Fundación Eva Perón. Se instala en él un albergue escuela donde asistían más de 300 niños y niñas.
Con el derrocamiento de Perón en 1955 a manos del ejército y la iglesia, el lugar vuelve a su tarea normal. Normal entre comillas, teniendo en cuenta que hablamos de un periodo de gobierno de facto.
La disputa del lugar se retomó en 1975, nuevamente con un gobierno peronista. Pero lamentablemente entró en un pasamanos sin fin hasta que cerró. Parecía el final del gigante jujeño.
Pero a finales de los 90 ocurrió algo increíble: una vez más la figura de Evita. Quincho Pederiva, un empresario, decidió reabrir este lugar que significaba algo especial para él.
Sucede que Quincho había conocido Reyes a finales de los 40, cuando su padre lo llevó a conocer a Evita. Él, atesorando tanto este recuerdo, decidió recuperar este antiguo lugar y devolverle su esplendor.
Termas de Cacheuta
¿Escuchaste hablar de la historia de este hotel que sufrió un alud? Te la contamos.
Inaugurado en 1910 en la provincia de Mendoza, el Termas de Cacheuta empezó jugando en las grandes ligas. Contaba con instalaciones de alto lujo para la época. Ascensores, un lobby que recibía un tren, y un baño termal en cada habitación.
Pero el 10 de enero de 1934 todo su esplendor se vio cubierto por agua y barro. Sucedió que durante años un glaciar se posicionó de manera tal que obstruía el recorrido normal del río Plomo. Una especie de represa natural.
El agua fue acumulándose durante años, hasta que el bloque de hielo no aguantó la presión. El agua bajó con alta presión de las alturas, volviéndose un alud destructivo. Cuando llegó a Cacheuta era una ola de más de 7 metros.
El alud inundó las aguas termales y destruyó parte del hotel. Esto dió inicio a su abandono, que concluyó en su clausura en el año 70.
Luego de la clausura vinieron varios saqueos. Pero finalmente fue concesionado y reabrió en 1986. Hoy en día está en funcionamiento y se mantienen partes históricas de la construcción original.
Hotel Termas
Seguimos en la temática termal para contarte la historia completa de nuestros hoteles antiguos. Es el turno del Termas, nacido en el Siglo XIX. Nos vamos a Salta, localidad de Rosario de la Frontera.
Atraído por el surgimiento de los tratamientos de agua termal, en 1878 el médico español Antonio Palau llega a estas tierras. Ya para 1893 había levantado este hotel y funcionaba dentro de él un casino.
Durante el gobierno de Yrigoyen se instala a dos kilómetros una estación de ferrocarril que lo favorece en su crecimiento. Así llega a competir el podio de las mayores atracciones junto con Mar del Plata y Bariloche durante tres décadas.
A mediados del Siglo XX es transferido como propiedad al Banco Provincial de Salta y se hace un mal manejo. Finalmente queda a cargo del gobierno provincial y se inicia la etapa que continúa hoy.
Actualmente permanece abierto al público. Si vas para Salta, ya sabés que tenés que parar en el Termas: te esperan historia, confort y salud.
Viejo Hotel Ostende
Este hotel antiguo es obra de dos pioneros, uno belga y otro italiano, que vieron una oportunidad en las dunas. Al llegar el ferrocarril a estas latitudes, decidieron comenzar la construcción de un hotel.
En 1913 inició la construcción y al año próximo ya llegaban los primeros clientes. Llegar era un poco exótico, ya que había que tomar un tren desde Constitución hasta la estación Juancho. De allí se hacía un trasbordo a un pequeño tren de vías móviles que iba por las dunas.
Pero lo más extraño y anecdótico sucedía cuando la entrada estaba tapada por arena. Circulan varias historias de visitantes que tuvieron que entrar o salir por las ventanas debido a la cantidad de sedimento.
Este lugar está en manos de la familia Salpeter desde los años 70 hasta hoy. Si vas a visitar la costa atlántica no podés no pasar por este ícono costero que sigue en pie.
Conclusión
Nuestro país tiene una historia rica en todo sentido. Si hablamos de sus hoteles antiguos no nos encontramos con la excepción. Conocerla no es algo menor.
Los hoteles antiguos no son sólo ladrillos y cemento. A través de ellos podemos conocer otras historias, o hasta entender procesos históricos sociales y políticos de nuestro país.
Llevan impresas malas y buenas gestiones, sean gubernamentales o privadas. Así también accidentes geográficos o irrupciones mafiosas. También, cómo no, las marcas de nuestra sinuosa economía.
Otros, más que nada en la ciudad de Buenos Aires, han visto pasar afamadas personalidades. Seguramente fueron, también, cuna de quién sabe qué proyectos de negocios.
Sea cual sea el que más te motive, todos estos hoteles históricos son un ícono del turismo. Teniendo en cuenta los vaivenes de sus historias, si se te da, ¡no deberías dejar pasar la oportunidad de conocerlos!