Sillas, reposeras, heladeritas, mantas y carpas. Todo está listo en las inmediaciones del predio de la AFA, en Ezeiza, al borde de la autopista Riccheri, para recibir a la selección campeona del mundo. La alegría, la emoción y la ilusión no hacían más crecer con el paso de las horas de la tarde y la llegada de la noche no cambió nada. La mayoría promete quedarse todo lo necesario para ver llegar a los jugadores, que se espera que aterricen en el aeropuerto internacional cercano a la madrugada. Algunos, incluso, ya están listos para acampar.
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Pese a que hay mucha presencia policial, el clima era de fiesta total. Cientos de autos estacionados donde encontraban lugar y, desde muchos de ellos, se escuchan las canciones que musicalizan los bailes, los abrazos y los pogos grupales que empiezan y terminan, de manera intermitente. Obviamente, el hit de la jornada era "Muchachos".
"Venimos desde Monte Grande caminando, queremos agradecerles a los jugadores", contaron tres chicos que no pueden contener su emoción y alegría. Salieron de sus casas caminando con la esperanza que alguien los alcanzara hasta Ezeiza y tuvieron suerte, un auto los trajo.
A su alrededor afloraban las banderas de la selección, puestos ambulantes de venta de remeras, cornetas y espumas para los más chicos. También puestos de comida y bebida, micros con gente que llegó de todas partes del país, desde todos los rincones de la provincia de Buenos Aires.
"No se lo quería perder, salimos campeones y teníamos que estar acá. Aún en silla de ruedas" dijo una mamá junto a su hijo que se quebró la pierna pero no podía perderse esta fiesta.
Comenzó la vigilia
Alrededor de las 21 horas los alrededores de la AFA comenzaron a inundarse de argentinos y argentinas que llegaron al punto central de la celebración de esta noche mágica, dónde van a llegar los jugadores que volvieron a hacer historia después de 36 años. Miles de personas eufóricas cantaron y alentaron frente a una copa gigante colgante frente al predio de la Asociación del Fútbol Argentino.
"No tengo un mango y voy igual", "hay que alentar a la selección", "Argentina ya salió campeón", y todos los clásicos para alentar al seleccionado argentino cantaron y saltaron grandes y chicos.
Ya pasadas las 22 horas, algunas familias comenzaron a preparar camas improvisadas para los más chicos que no querían perderse la llegada de Messi y compañía. También sonaron fuegos artificiales y el cielo se llenó de estrellas, si, como las tres estrellas que logró la Argentina campeón de mundo.
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