El café es una de las bebidas más consumidas en todos los países. Se estima que, anualmente, se consumen 10.000 millones de kilos alrededor del mundo. Esto equivale a un promedio de 1,3 kg por persona, cada año.
La importancia de esta bebida se remonta, históricamente, al norte de Etiopía. Los primeros cafetos se encontraron alrededor del siglo XI, dando origen a un largo viaje que culminó en América.
A continuación, te contamos acerca de todas las características que hacen del café una bebida tan cotizada y popular, sin importar el paso del tiempo.
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Café: oro negro
Para el mundo de la gastronomía, el café y sus bebidas derivadas tienen un valor tanto cultural como económico sin precedentes. En los países productores de café, su economía depende en gran medida de la venta y distribución del producto.
Para los países cafetaleros, la economía depende en gran medida de la venta y distribución del café y sus productos.
El rápido avance del cambio climático ha permeado en la estabilidad y salud de las plantaciones de café, haciéndolo cada vez más escaso. Debido a que este grano requiere de condiciones específicas para crecer, su producción se centra en el Trópico.
Los países incapaces de sembrar y cosechar este grano buscan adquirirlo a toda costa. Esto genera una alta demanda que los cafetaleros no siempre pueden cubrir. Aunado a ello, las cosechas pueden mermar su producción por problemas climáticos.
Cuando la demanda supera a la oferta comienza la escasez. Esto provoca una subida en los precios con la finalidad de mantener la rentabilidad de las cosechas. Poco a poco, el café se está convirtiendo en un lujo que puede llegar a ser inalcanzable.
¿De dónde viene el café?
Los granos de café pueden ser rastreados a lo largo de la historia de la humanidad, apareciendo por primera vez alrededor del siglo XI en Etiopía. Fue entonces cuando las propiedades escondidas en las semillas del fruto del cafeto fueron descubiertas.
En un inicio, los granos eran molidos hasta crear una pasta que brindaba fuerza a los hombres y permitía alimentar al ganado. Su viaje inició con el paso de los peregrinos que iban a la Meca, permitiendo que el café llegara a Arabia.
Para el siglo XIV ya se cultivaba de forma amplia en la India y fue alcanzando otros países como Francia e Inglaterra, donde su popularidad creció. Su paso a América ocurrió con la conquista, generando también nuevas formas de disfrutarlo.
Tipos de granos de café
Pareciera que todo el café es igual, sin embargo, en su origen se divide en dos tipos distintos de grano. A partir de estas variedades se van generando otras versiones que dan paso a todos los aromas y sabores que conocemos actualmente.
La primera de ellas es la Arábica, que se considera como la cepa original y constituye un 75% de la producción total de café en el mundo. La segunda, la Robusta, su origen se remonta a Asia.
Arábica
Esta cepa de café contiene una menor concentración de cafeína que su contraparte. Se siembra en zonas que pueden oscilar entre los 500 y los 2400 metros de altitud.
Los granos de arábica aportan una bebida mucho más aromática que no ataca al paladar. Esto lo hace también un excelente digestivo, procurando la salud y bienestar del cuerpo.
En esta especie se distingue una mayor concentración de aceites y azúcares naturales. Esto altera el sabor del café, generando una experiencia mucho más dulce y afrutada que en el caso del café de cepa robusta.
Debido a sus características, los granos de arábica son los más cotizados por los expertos, siendo la elección favorita de quienes lo consumen de forma regular.
Robusta
La cepa robusta ofrece un café con una concentración mucho mayor de cafeína que la arábica. Debido a las condiciones climáticas involucradas en su cosecha, es un grano con menos propiedades digestivas.
Además, este tipo de café tiene un sabor amargo más marcado y presenta un aroma mucho más sutil. La bebida resultante de esta infusión tiene mucho más cuerpo y puede ser ligeramente irritante debido a su mayor acidez.
Esta especie ofrece mayores facilidades de cultivo, pues es más resistente a plagas e insectos. Eso también la hace mucho más económica a la venta. Se caracteriza por necesitar una menor altitud para crecer adecuadamente.
El café robusta brinda un golpe mayor de energía, lo que lo hace más conveniente cuando se trata de una bebida concentrada como el expreso.
Técnicas de cultivo y cosecha
Las cepas robusta y arábica requieren de condiciones climáticas muy distintas entre sí. Es por ello que las plantaciones se hacen de acuerdo al clima, temperatura y altura de la zona.
Para la arábica, el rango de temperatura más idóneo para que la planta crezca sin estrés se encuentra entre los 18°C y -21°C. Todo inicia con la germinación de los granos de café, que requiere alrededor de 70 días.
La temperatura es determinante para elegir el tipo de cepa de café que se puede cosechar en una zona.
Estas plántulas van creciendo y cuando llegan a ser plantas jóvenes pasan un año dentro del vivero. Aquí se busca procurar el crecimiento de las raíces para que la planta tenga estabilidad y pueda permanecer viva durante un tiempo más prolongado.
Con cada cosecha es vital procurar la salud y mantenimiento de las plantas para que sigan dando frutos. La poda se hace de acuerdo a la densidad de la siembra y cantidad de sombra que tenga la plantación, y tiene la finalidad de permitir nuevo crecimiento.
Finalmente viene el proceso de secado, donde existen tres técnicas distintas:
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Natural:
Los granos de café se dejan secar junto con la piel de la cereza. Esto permite que la bebida tenga mayor dulzura e intensifica las notas afrutadas. La desventaja de este proceso es que la consistencia de la infusión es menor.
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Lavado:
Se remueven las cerezas y se dejan los granos a fermentar con agua previo al secado. Suele requerir de una mayor cantidad de maquinaria especializada, pero permite producir un café limpio.
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Despulpado natural:
Con esta técnica se elimina parte de la fruta y se deja una cantidad de mucílago para aumentar la dulzura final. Esto también le da más cuerpo, aunque involucra un mayor esfuerzo e incrementa los riesgos.
Tuesta del café
Una vez que los granos de café están secos, pasan al proceso de tostado. La siembra, cosecha y secado pueden determinar gran parte del sabor y consistencia de la bebida. Sin embargo, es durante el tueste que se modifica la intensidad.
Existen tres grados distintos de tostado que se aplican a cualquier variedad de café. A continuación, vamos a detallar las características de cada uno de ellos.
Tostados ligeros
El tostado ligero es conocido también como tostado canela, debido al color que deja en los granos de café. Como resultado, se obtiene una bebida con mayor acidez dentro de una taza de color claro.
Mientras mejor sea la calidad del grano, mejor será el resultado del tostado ligero. Este nivel permite conservar la mayor cantidad de propiedades antioxidantes y antiinflamatorias naturales del café.
Cuenta con una menor cantidad de aceites, por lo que la superficie de la bebida no presentará brillos. Su aroma resulta mucho más afrutado.
Tostados medios
Los tostados medios se dividen en dos niveles. El primero de ellos es más ligero y busca incrementar la intensidad tanto de la dulzura como de aroma y acidez. De acuerdo a los expertos, este tipo de tueste aporta la mayor cantidad de sabores.
Para los catadores, este es el nivel ideal para poder percibir en profundidad las texturas, sabores y aromas que tiene el grano desde su origen. Suele ser conocido como tostado americano, ya que es el más popular en Estados Unidos.
El café con tostado medio es el más consumido en Estados Unidos, por lo que suele ser reconocido como tostado americano.
Por su parte, el tostado medio-oscuro permite reducir el nivel de acidez y la complejidad en los aromas. El café adquiere una consistencia más pesada, aumentando las notas amargas.
Tostados intensos
Un café de tostado intenso u oscuro pasa por un proceso de caramelización que resulta en una bebida de notas mucho más amargas. En este tipo de tostados, el grano pierde casi por completo su acidez y adquiere un color marrón profundo, casi negro.
Tiene una mayor concentración de aceites y puede revelar sabores de chocolate o cacao. Además, la textura ahumada, sin llegar a ser excesiva, incrementa la experiencia de la bebida.
Contrario a lo que podría parecer, el nivel de cafeína también se reduce de forma considerable. Sus dos variedades son Francés e Italiano y es el segundo el que se presta más para la preparación del famoso espresso.
Tipos de preparación de café
Debido a la prolongada presencia del café en la vida de la humanidad, existen muchas formas de obtener esta codiciada infusión.
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Cafeteras a presión:
Ideales para preparar espresso. Empujan agua caliente a presión hacia los granos y luego por un filtro para obtener la infusión.
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Prensa francesa:
Con un molido medio permite obtener una buena cantidad de café americano. También sirve para preparar café frío.
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Cafetera tradicional:
Prácticas y populares, estas cafeteras dominaban los hogares hasta hace no mucho. Requieren de un mayor mantenimiento.
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Cafetera Italiana:
Ideal para preparar una taza de espresso de forma rápida. Se coloca directamente en la cocina y utiliza un sistema similar a las cafeteras de presión para obtener la bebida.
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Cafeteras de goteo:
Ofrecen una bebida suave, sin toques amargos y en pocos minutos.
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Máquinas de espresso y capuccino:
Permiten preparar bebidas de forma un poco más profesional, sin la necesidad de salir de casa.
¿Qué otros usos tiene el café?
Aunque el café es reconocido como una bebida que aporta energía al organismo, se ha comprobado que tiene propiedades beneficiosas. Además de ingerirlo, ¿para qué sirve el café? Podés utilizarlo para la salud de tu cuerpo y de tus plantas.
Aquí te contamos cómo aprovechar al máximo los restos del café que preparás en casa.
Belleza
El café favorece la producción de colágeno en el cuerpo, además de contribuir a una buena circulación sanguínea. Posee propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que resultan de especial ayuda para el cuidado de la piel.
¿Qué hacer? Mezclá el café ya usado con aceite de oliva y aplicalo en cara y cuerpo para crear un efecto exfoliante. También podés preparar una taza de esta bebida y añadir té de manzanilla para reducir la inflamación debajo de los ojos.
¡Otra receta! Añadí 3 cucharadas de agua caliente a 1⁄4 de taza de granos de café molidos. Luego, incorporá aceite de avellana y otros aceites esenciales cítricos. Utilizá esta mezcla para dar un masaje a las zonas donde haya celulitis y ayudará a reducir la piel de naranja.
Podés aplicar un baño de pies que incluya café y aceite de menta para relajar los tejidos y descansar. Si mezclás los granos molidos con miel, aloe vera y aceite de jojoba tendrás una mascarilla que humectará y regenerará la piel de tu rostro.
Plantas
El café es una buena forma de aportar nutrientes a los siguientes tipos de plantas:
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Azaleas
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Frutillas
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Gardenias
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Hortensias
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Rosas
Como fertilizante natural ayuda a atraer lombrices que aportan una mayor cantidad de nutrientes a la tierra. Para lograrlo, mezclá los granos molidos con la tierra y verás que los resultados serán sorprendentes.
Recordá que debés añadir otro tipo de compostaje al café para ayudar a que la tierra y las plantas aprovechen al máximo los nutrientes.
Conclusión
El café es una de las bebidas más antiguas, cotizadas y consumidas en el mundo. Sus propiedades son conocidas por la humanidad desde hace siglos. Su popularidad ha generado una demanda que la ha convertido en una bebida de lujo.
Las dos principales cepas, arábica y robusta, requieren de condiciones climáticas distintas para poder crecer y florecer.
Actualmente existen muchas opciones para preparar distintos tipos de café, sacando el mejor provecho a sus propiedades. Además, puede ser utilizado como tratamiento de belleza e, inclusive, como fertilizante para las plantas.
Continuá leyendo El Destape donde encontrarás los mejores consejos para preparar alimentos y bebidas. Descubrí increíbles recetas y conocé más sobre la historia de los ingredientes que utilizás de forma cotidiana en tu cocina.
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