El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) informó que este martes 6 de febrero hay quince provincias del centro y norte argentino y la Ciudad de Buenos Aires en alerta de nivel rojo por calor extremo, mientras otras cinco están bajo advertencias amarillas y naranjas por temperaturas altas. En las zonas donde rige el alerta roja las temperaturas pueden llegar a los 40 grados.
Pese a las altas temperaturas, que afectan a gran parte del país desde hace una semana, al parecer llega el momento de las lluvias. Para este martes, el SMN emitió alertas de nivel amarillo por tormentas con lluvias intensas en sectores de la provincia de Buenos Aires, La Pampa, Río Negro, Mendoza, La Rioja, Catamarca, Tucumán, Salta y Jujuy.
Alerta roja por calor: las zonas afectadas
La alerta roja implica temperaturas "muy peligrosas" que "pueden afectar a todas las personas, incluso a las saludables". Según el SMN, alcanza al este de Salta; gran parte de Formosa, Entre Ríos, San Luis, Neuquén y Córdoba, todo el territorio de las provincias de Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza: el oeste de Chaco y de Corrientes; el sur y centro-este de Santa Fe; localidades del norte bonaerense y el Área Metropolitana de Buenos Aires.
En la capital de San Juan se espera una máxima de 40 grados, mientras las térmicas alcanzarán los 39 en La Rioja, en Paraná (Entre Ríos) y en Goya (Corrientes), los 38 en Mendoza y en algunas localidades del norte de Buenos Aires como Colón, y los 36 en la Ciudad de Buenos Aires.
Alerta naranja y amarilla por calor: las zonas afectadas
La advertencia naranja se extiende en gran parte de Misiones, Santiago del Estero y Corrientes; el este de Formosa; el norte de Entre Ríos; el este de Chaco; y el centro sur de Córdoba.
Finalmente, el resto de las provincias de Chaco, Santa Fe, Santiago del Estero, Córdoba, Entre Ríos, San Luis y Buenos Aires; gran parte de La Pampa, Río Negro y Chubut están bajo alerta amarilla.
Las recomendaciones de Salud
El Ministerio de Salud recomienda aumentar el consumo de agua sin esperar a tener sed para mantener una hidratación adecuada, no exponerse al sol en exceso, prestar atención a los bebés, niños y niñas y a las personas mayores, evitar las bebidas con cafeína, con alcohol o muy azucaradas.
Además, evitar comidas muy abundantes, ingerir verduras y frutas, reducir la actividad física, usar ropa ligera, holgada y de colores claros; permanecer en espacios ventilados o acondicionados y recordar que no existe un tratamiento farmacológico contra el golpe de calor y sólo los métodos clásicos pueden prevenirlo y contrarrestarlo.