El artista plástico Ernesto Bertani, conocido como el "Ilusionista de Ituzaingó", falleció el domingo pasado a sus 72 años. El reconocido artista había sido internado hace dos meses tras sufrir un accidente cerebrovascular. Luego de su muerte, tanto el presidente Alberto Fernández como la vicepresidenta, Cristina Kirchner, lamentaron la noticia en sus redes sociales y destacaron su obra.
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Cristina Kirchner es una de las personas que posee obras de Bertani. Como despedida, la vicepresidenta expresó unas palabras a través de su Twitter: "Ante el fallecimiento del reconocido artista plástico Ernesto Bertani, quiero expresar mis condolencias a su esposa, a su familia y amigos".
Alberto Fernández, por su lado, también manifestó su tristeza por la muerte del reconocido artista y compartió públicamente una de sus obras: "Con enorme pesar supe del fallecimiento de Ernesto Bertani, un hombre que desplegó su arte con el uso de su aerógrafo sobre lienzos, tapices o casimires. Sus obras siempre fueron y seguirán siendo objeto de mi admiración. Mis sinceras condolencias a quienes hoy ya lo extrañan".
Quién fue Ernesto Bertani
Ernesto Bertani nació el 3 de febrero de 1949 en el barrio porteño de Villa Devoto. Sus obras forman parte de la colección del Museo Sívori y del Palais de Glace, así como también de colecciones privadas de políticos, periodistas y escritores de Argentina y del mundo. Bertani expuso en Argentina, pero también en Francia, Italia, Estados Unidos, Brasil, México, Perú, Venezuela, Cuba y Colombia.
Los temas constantes de su obra eran la realidad y la apariencia, el amor, el sexo, el poder, la corrupción, las convenciones sociales y la identidad nacional. Entre los galardones que recibió se cuentan el Gran Premio de Honor Salón Nacional, el Gran Premio Salón Nacional del Dibujo y el Premio Casa de las Américas en La Habana.
Antes de poder vivir de su obra ejerció varios oficios: vendió polenta, fabricó velas artesanales, y tuvo una pequeña empresa dedicada al diseño y la confección de muñecos y ropa infantil. Recién en 1975, luego de tomar clases con el pintor Víctor Chab, decidió dedicarse a la pintura.
En 1976, expuso por primera vez sus obras en la Galería Lirolay, de Buenos Aires. Presentó allí dibujos de las series "Censura", "Suicidas" y "Gangsters", con imágenes en blanco y negro que revelaban las circunstancias de Argentina que atravesaba la dictadura militar: las prohibiciones, el autoritarismo, y la represión. Estas fueron luego pintadas al óleo, material que abandonó en el año 1980, cambiándolo por el acrílico.
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