Thelma Fardin encabezó, durante la tarde de este miércoles, una conferencia de prensa con un equipo de profesionales del derecho que la acompañará en la nueva instancia del caso de la denuncia por abuso sexual contra Juan Darthés que comenzará en Brasil. La conferencia se llevó a cabo en el Centro Cultural Recoleta donde también dijo presente el colectivo de Actrices Argentinas y Amnistía Internacional para acompañar a la actriz de 28 años.
Recordemos que, hasta el momento, Darthés se encuentra radicado en Brasil, país donde nació y a donde decidió refugiarse luego de conocerse la denuncia -realizada el 11 de diciembre del 2018, por los hechos acontecidos durante 2009 cuando ella tenía 16 años y él, 45. A fines del 2019, la justicia de Nicaragua emitió un pedido de detención por "violación agravada" pero, para ese entonces, llevaba meses en su país natal y allí no se permite que sus ciudadanos sean extraditados.
En el inicio de la conferencia, Fardin agradeció a sus compañeras por el acompañamiento durante el extenso recorrido y anunció a Martín Arias Duval como su nuevo abogado defensor en la causa. "El ministerio público fiscal de Brasil inició una actuación de oficio, pidió colaboración a la Justicia de Argentina, para que estén a disposición las pruebas que se habían recolectado y habían sido enviadas a Nicaragua", avisó el abogado.
Al mismo tiempo, el representante legal de la joven actriz advirtió: "En Brasil consideraron que había mérito suficiente para presentar una acusación formal contra Darthés que se encuentra ante el juez interviniente. Si dan lugar a esto, podrá haber una audiencia entre las partes". Además, Arias Duval hizo un repaso de lo ocurrido hasta el momento, recordó la denuncia realizada en tierras nicaragüenses y el pedido de captura contra el actor. Incluso remarcó que INTERPOL, organismo independiente de los estados, lanzó una "alerta roja" por el acusado. Tanto el pedido de captura, extradición y dicha alerta se mantienen vigentes hasta el día de hoy y seguirán latentes a pesar de la determinación de la justicia brasileña.
Tras los dichos del abogado, Thelma Fardin tomó la palabra y habló de la importancia que tuvo su caso, como testigo a las situaciones que atraviesan muchísimas mujeres y disidencias que no tienen semejante respaldo: "Tiene que ser, sin dudas, un faro para las mujeres que están del otro lado y se están animando a denunciar. Hay que cambiar cómo se ve a las víctimas, desde la sociedad tenemos que dejar de estigmatizar a las víctimas. Es momento de que todos y todas, la Justicia, el Estado, la sociedad y los medios, entendamos cuál es el lugar que debemos asignarle a la denunciante o sobreviviente. Tenemos que asumir ese compromiso, entre todos y todas, sino será difícil seguir rompiendo silencios".
A su vez, la actriz remarcó: "Ellos deben ser perseguidos y juzgados y no nosotras o nosotres. En la pandemia se incrementó, no conseguimos una respuesta sólida por parte del Estado que prevenga los tipos de violencia a los que somos sometidas y queda en claro que la idea pregonó de abajo hacia arriba, desde el movimiento de mujeres, por la falta de respuesta de las instituciones". Y sentenció sobre el Movimiento de Mujeres: "Seguimos haciendo ese recorrido unidas, no vamos a retroceder a pesar de que nos estén amedrentando. Esto que estamos haciendo es para las que estamos y para las que siguen. Plantamos esta bandera para seguir conquistando derechos sobre nuestros cuerpos e historias que permitirán que construyamos una sociedad más justa".
Escuchá la conferencia completa:
El comunicado de Actrices Argentinas
El 11 de diciembre de 2018, haciendo cuerpo colectivo, Actrices Argentinas acompañó la denuncia penal de Thelma Fardín contra Juan Darthés, por la violación sufrida durante una gira de trabajo en Nicaragua, nueve años antes, siendo menor de edad. De inmediato supimos que este caso era mucho más que una historia particular; era la historia de miles de víctimas. Nuestra unión abría la posibilidad de empezar a hablar para luego transformar un sistema que históricamente nos ha silenciado, naturalizando el abuso, la violencia y la impunidad de sus perpetradores. Hoy estamos acá, otra vez, para hacer pública esta victoria, y corroborar que a pesar de los innumerables obstáculos, éste es un camino que para las mujeres y disidencias de América Latina no tiene vuelta atrás.
Esta causa siguió adelante por el coraje de nuestra compañera y porque tuvimos y tenemos la certeza de que a la injusticia se la enfrenta juntas y organizadas, y porque desde nuestro movimiento nunca dejamos de trabajar, no sólo en este caso, sino en muchos otros de la enorme ola que devino después de la visibilización del tema. Por dar sólo un ejemplo de los efectos de “no callarnos más” y acompañarnos: después de la denuncia de Thelma, las consultas al programa “Víctimas contra la violencia” aumentaron un 1240% en sólo 24 horas, un programa del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación que registra miles de víctimas de abuso sexual por año, de las que el 65% es menor de edad.
Hoy, asistimos a un triunfo: El Ministerio Público de Brasil formuló acusación formal contra Juan Darthés. Es decir, tres ministerios públicos fiscales de países diferentes (Argentina, Nicaragua y Brasil- adonde el denunciado se fugó para eludir su responsabilidad-), consideraron que las pruebas presentadas y recabadas tienen contundencia suficiente para acusarlo penalmente; un recorrido que está sentando jurisprudencia internacional.
Nuestro objetivo es la verdad y este avance en la causa es en sí mismo reparador.
Insistimos en señalar que el camino de la víctima es cruel y complejo: Sumado al trauma y los costos que implica económicamente, desde el momento en que se atreve a denunciar su vida cotidiana se ve expuesta y limitada. La construcción de la mirada social, fomentada y sostenida por los medios masivos de comunicación, siempre está claramente direccionada hacia ella, a la búsqueda de sus faltas, la disección de su vida privada y la prueba constante de lo que una buena víctima debe ser. La deslegitimación está a la orden del día.
Es ya ineludible e imperiosa una reforma judicial con perspectiva de género, para que ninguna víctima sea sometida a declarar 6 veces lo mismo, para que su palabra quede ratificada de una sola vez por todos los especialistas que intervienen en el proceso, para que se respete el tiempo de la víctima cuando está comprobado que se tardan años en poder hablar. El camino institucional que proponen nuestras sociedades frente a la violencia sexual es la intervención del sistema penal actual, con sus innumerables fracasos y modalidades de disciplinamiento patriarcal, frente a los que les denunciantes y aquellas personas que se atreven a testificar en su favor, se encuentran inermes. Como le sucedió a la actriz Calu Rivero, la primera que decidió denunciar públicamente los abusos de que había sido objeto por parte de Darthés y tiene que seguir afrontando una demanda en la justicia civil por parte de su abusador, que además es prófugo de la ley, o a nuestras compañeras Natalia Juncos y Anita Co, acosadas y abusadas por el mismo sujeto en el ámbito laboral. Buscamos que nuestras experiencias de violencia sean reconocidas y valoradas, libres de estereotipos de género.
El caso de Thelma es a la vez la regla y la excepción; muches sobrevivientes de abuso han pasado por esto pero pocos cuentan con su relevancia pública e interés mediático, o el respaldo de Amnistía Internacional. Sabemos que la inmensa mayoría de las causas por violación quedan impunes; de hecho, sólo el 1% obtiene una condena. Por eso, mientras reivindicamos el derecho a la verdad más allá de los tiempos de prescripción de las
causas, necesitamos una justicia respetuosa de los derechos humanos y desarrollar mecanismos de reparación efectivos para que aquellas personas que hayan padecido estos hechos aberrantes puedan sentirse reconocidas y acompañadas, en lugar de juzgadas y estigmatizadas.
Se hace urgente prevenir estas violencias. Se hace urgente que el estado provea mayores recursos para la atención de las víctimas. Se hace urgente la implementación de protocolos para que podamos vivir y trabajar en ámbitos seguros, libres de acoso y abuso. Tenemos la obligación histórica, política y social de que así sea. Muchas gracias.